Los perjudicados por el incivismo del empresario y vicepresidente de la UD Las Palmas, Nicolás Ortega, recurrirán a la vía civil para reclamar una indemnización por daños y perjuicios.
Ortega está condenado por arrojar desde su casa de Las Canteras "huevos, bolsas con heces y líquidos malolientes" a los clientes de la terraza Ginger, que está situada debajo de su vivienda, según los hechos declarados probados por la sentencia.
Demanda a la vista
El fallo judicial, que está recurrido por la defensa del empresario en la Audiencia de Las Palmas, impone al empresario una multa de 900 euros como autor de un delito leve de coacciones continuadas, pero niega a los denunciantes la indemnización por los daños morales causados.
Los dueños de la terraza Ginger y del pub El viajero esperan por la firmeza de la sentencia para acudir a la vía civil y pelear por la compensación económica que les ha sido rechazada en la jurisdicción penal. Reclaman 20.000 euros, pero la cantidad podría aumentar al formular la demanda definitiva.
Y es que los lanzamientos de Ortega son reiterados y continuados en el tiempo, pues abarcan desde 2015 a 2024, una década de hostigamiento en la que han perdido clientes, han sufrido la renuncia de trabajadores y se han visto obligados a comprar sombrillas o poner toldos para protegerse de la lluvia de inmundicias.
Todos esos gastos y perjuicios, más la contratación de un detective privado, formarán parte de la futura demanda.
Vídeo
El detective grabó al propio Ortega arrojando los desechos desde las ventanas de su casa, y la sentencia señala que perseguía "obstaculizar" el funcionamiento de la terraza con esas acciones, porque estaba molesto por los ruidos generados por el negocio. De ahí que exista una base sólida para exigir una indemnización en la vía civil, sobre todo si la Audiencia de Las Palmas ratifica que las coacciones son continuadas y no están prescritas.
Pese a obtener esta primera sentencia favorable, la terraza Ginger ha vuelto a sufrir el lanzamiento de huevos. Ocurrió el pasado fin de semana y sus responsables han decidido poner una nueva denuncia. En este caso no va dirigida contra Ortega porque no se ha podido acredita quién o desde dónde se tiraban los huevos.
Los hechos y la manera de actuar, en cualquier caso, parecen las mismas, con el daño que esas fechorías conllevan para la moral de los empleados, los clientes y los dueños del negocio.