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Estado actual de la Fuente Luminosa de Las Palmas de Gran Canaria, emblema histórico de la capital. AH- ALBERTO LEY

¿Está condenada a desaparecer la Fuente Luminosa de la capital grancanaria?

Inaugurada en 1973 como símbolo de modernidad, la Fuente Luminosa lleva más de un año apagada y su futuro apunta más a la sustitución que a la rehabilitación

Cuando se inauguró en 1973, la Fuente Luminosa de Las Palmas de Gran Canaria deslumbró a todos. En pleno cruce entre León y Castillo y la Avenida Marítima, los chorros de agua danzaban al ritmo de la música mientras luces de colores dibujaban un espectáculo único en Canarias. Fue un hito: llegó a ser la segunda fuente luminosa más grande de España tras Montjuïc.

Durante años fue punto de encuentro, escenario de fotos familiares y un orgullo para la urbe. Para muchos vecinos, ver la fuente encendida era la señal de que la capital miraba al futuro con modernidad.

La caída de un icono

Con el paso del tiempo, las averías comenzaron a ser frecuentes. Motores desgastados, fugas de agua y un sistema eléctrico que se quedaba obsoleto. El Ayuntamiento trató de mantenerla a flote con reparaciones puntuales, como la renovación de la iluminación y la impermeabilización de los vasos en 2022, cuando se anunció que “recuperaba sus colores”.

Pero el espejismo duró poco. Apenas un año después, la Fuente Luminosa volvió a apagarse. Desde 2023 permanece prácticamente seca y a oscuras, sin que los intentos de reactivarla hayan dado resultado.

¿Por qué no funciona?

Los técnicos municipales apuntan a problemas de calado: el forjado que sostiene el vaso principal está deteriorado tras más de cinco décadas de uso. La instalación hidráulica provoca fugas constantes y los motores de impulsión no responden como deberían. A esto se suma que el sistema eléctrico y las luminarias LED, renovadas hace apenas tres años, dejaron de funcionar con estabilidad, corroídos por la humedad y la falta de un plan integral.

El resultado es una fuente que hoy no puede encenderse sin riesgo ni ofrecer el espectáculo para el que fue creada.

Placa conmemorativa en la base de la Fuente Luminosa, que recuerda que fue donada a la ciudad por la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria.

El espejo de Montjuïc

La comparación con Barcelona es inevitable. Allí, la Fuente Mágica de Montjuïc también ha tenido cierres, sobre todo durante la sequía. Pero el Ayuntamiento cuenta con un plan de inversión plurianual que destina millones de euros a renovar y modernizar sus fuentes ornamentales. Solo la Font Màgica concentra cerca de tres millones entre 2024 y 2025 para actualizar sistemas de control e iluminación.

Además, la ciudad informa con antelación sobre cierres, calendarios de mantenimiento y horarios de los espectáculos. Un modelo de gestión planificado y transparente que contrasta con el apagón prolongado de la Fuente Luminosa en Las Palmas.

Un espacio deslucido

La imagen actual impacta a cualquiera que la recuerde en funcionamiento: una fuente vacía, rodeada por una plaza sin apenas sombra que apenas invita a detenerse.

Los informes encargados por el Consistorio son claros: devolverla a la vida costaría prácticamente lo mismo que derribarla y rediseñar la plaza. Y ahí empieza un debate que toca de lleno a la memoria de la ciudad.

¿Reparar o empezar de cero?

El área de Desarrollo Sostenible ha planteado que Las Palmas no puede seguir sumando plazas sin sombra ni vegetación. La propuesta pasaría por renaturalizar el espacio, con árboles, zonas verdes y áreas de estancia. La idea es que el nuevo proyecto pueda ejecutarse antes de que acabe la legislatura.

En la práctica, esto significa que la Fuente Luminosa está más cerca de desaparecer en su forma actual que de volver a encenderse.

Un debate que divide a la ciudad

Entre la nostalgia y el pragmatismo, la ciudadanía se debate. Hay quienes exigen que se recupere el icono que marcó la infancia de varias generaciones, mientras otros defienden que no tiene sentido seguir invirtiendo en un monumento obsoleto y caro de mantener.

Más de cincuenta años después de su estreno, la Fuente Luminosa se encuentra en una encrucijada. Lo que decida el Ayuntamiento en los próximos meses no solo determinará el futuro de una fuente: marcará también cómo la ciudad gestiona la memoria de sus símbolos y su apuesta por el espacio público del mañana.