Los seis radares fijos —conocidos como pórticos— que hay en la GC-1 a su paso por la Avenida Marítima de Las Palmas de Gran Canaria —tres en cada dirección— están rotos. El problema, que viene de atrás, preocupa a la Policía Local del municipio que se ve con las manos atadas a la hora de perseguir a los infractores.
No tienen capacidad de recabar pruebas objetivas de que alguien se haya saltado el límite de velocidad. Pese a que la situación supone un inconveniente, ha mejorado en los últimos meses porque los tres radares móviles que hay en la ciudad están operativos de nuevo tras varios meses sin realizar su cometido.
Radares móviles
Después de varias denuncias públicas realizadas por los agentes, se solventó y han vuelto a estar en funcionamiento. Se trata de aparatos que se pueden colocar en cualquier lugar, aunque normalmente se llevan a zonas especialmente conflictivas.
Los que se podían poner en cualquier parte eran dos trucam —similares a una pistola— y el vehículo Volkswagen golf. Ahora falta que los de la Avenida Marítima vuelvan a la vida.

"No hay medios"
La realidad es que dejaron de cumplir su función entre los años 2018 y 2023. Desde entonces, no se les ha vuelto a encender la luz. “Esto puede afectar a la tarea de perseguir delitos en contra de la seguridad vial”, expone Javier Pascua, portavoz de la Plataforma Unificada de Sindicatos de Policía Local.
Quizás no repercuta en el trabajo de los agentes de forma directa, pero si en el bien de los ciudadanos “porque no hay medios para perseguir las acciones penales”.

Salir impunes
Añade que “es un riesgo para el interés general”. Los radares estropeados están localizados a lo largo y ancho de la Avenida Marítima de la capital.
Uno de ellos, por ejemplo, está a la altura del cementerio de Vegueta y otro por las oficinas municipales del Ayuntamiento. Para ser exactos, están en el kilómetro 2 Sur-Norte; en los puntos kilométricos 1,3 y 3; en el kilómetro 2; así como en los puntos kilométricos 6,6, Norte-Sur; y 5,5, Sur-Norte.
“La competencia exclusiva de tráfico la tiene la Policía Local y esto dificulta que se puedan perseguir delitos de seguridad vial, por lo que habría personas que saldrían impunes ante un posible hecho delictivo”, sentencia Pascua.
