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El fiscal pide el internamiento psiquiátrico de un enfermo mental reincidente por asesinato

El acusado intentó matar con un cuchillo a un hermano en la casa familiar de capital grancanaria, tras cumplir una condena de 18 años de cárcel por otro crimen. El día de la agresión se fumó 10 porros. Los forenses alertan del riesgo de sus delirios

Un enfermo mental condenado por asesinato volverá a sentarse en el banquillo por intentar matar a otro familiar en Las Palmas de Gran Canaria.

La Fiscalía reclama 14 años de internamiento psiquiátrico para José Antonio D. P. y alerta en su escrito de acusación del "riesgo muy alto" de que vuelve a cometer otro crimen similar.

Y es que la historia de José Antonio, de 54 años, escenifica el fracaso del sistema ante este tipo de patologías violentas. Es el menor de cuatro hermanos, vive con su padre, suele trabajar en la construcción y sufre una esquizofrenia paranoide asociada al abuso de cannabis.

Antecedentes

El 22 de febrero de 1991 fue condenado por la Audiencia de Las Palmas como autor de un delito de asesinato. La Sección Segunda le impuso 18 años de pena por matar a un familiar. Después de cumplir la sentencia, volvió a vivir con su padre, y el 27 de marzo de 2024 reincidió.

Tras recibir la visita de un hermano, José Antonio lo siguió hasta la cocina, cogió un cuchillo de 20 centímetros y lo apuñaló por la espalda. El ataque continuó en el pasillo, mientras la víctima gritaba y corría para escapar, hasta que finalmente bajó otro hermano de la planta de arriba y logró desarmarlo.

El agredido recibió varias puñaladas en el cuello y en la espalda, pero logró salvar su vida, con secuelas estéticas y funcionales que afectan a determinados nervios y a un hombro.

Eximente

El diagnóstico de los médicos forenses es tan claro y contundente que la Fiscalía de La Palmas aprecia una eximente completa de la responsabilidad penal, reclamando que se cambie la prisión por el internamiento en un centro especializado para que reciba tratamiento médico, entre otras medidas de seguridad como la libertad vigilada y la prohibición de acercarse a la víctima.

En líneas generales, el procesado reconoce los hechos y está conforme con las consecuencias, incluso se muestra partidario de ir a Fontcalent, que es el centro psiquiátrico penitenciario en el que cumplió la condena anterior, pero no es consciente de su enfermedad ni muestra arrepentimiento.

Es más: califica lo sucedido como un "desliz" y justifica su actuación en base a "ideas delirantes de perjuicio", sin que responda de manera satisfactoria al tratamiento.

Peligro

Esa voluntad de causar daño, combinada con la obsesión por su hermano y el anterior asesinato, es la que lo convierten en una persona peligrosa, con una alta probabilidad de volver a cometer hechos similares, aunque su conducta sea tranquila y adecuada.

El día de la agresión se fumó diez porros. Desde entonces permanece en prisión provisional a la espera de juicio.

El sumario ha sido remitido por el Juzgado de Instrucción número 1 a la Audiencia de Las Palmas para la celebración de la vista oral, aunque este trámite es reciente y aún no hay fecha de señalamiento.