El Gobierno de Canarias cedió la embarcación César Manrique al Cabildo de Lanzarote el 11 de julio de 1997. El gesto, que se llevó a cabo de buena fe, genera quebraderos de cabeza a la institución insular casi tres décadas porque no sabe qué hacer con el buque. Su mal estado y el alto coste de reparación son los principales obstáculos a la hora de tomar una decisión sobre su futuro.
La corporación presidida por Oswaldo Betancort ha llegado a la conclusión de que lo mejor es sacarlo a subasta para que, si alguien tiene interés en quedárselo, se haga con él. El trámite lo inició el pasado viernes anunciando la apertura de un concurso público por 3.000 euros en la Plataforma de Contratación del Estado.
Labores de vigilancia
Se desconoce el valor de adquisición al ser un bien adquirido por la comunidad autónoma. Cuando el Cabildo tuvo la embarcación en su poder la destinó al servicio de vigilancia de las aguas interiores de la Reserva Marina del Archipiélago Chinijo hasta 2021. Desde entonces está varada tras sufrir averías de forma frecuente.
Un año más tarde, en abril de 2022, el área de Medioambiente contrató los servicios de un ingeniero técnico naval con el objetivo de valorar el estado del César Manrique y la viabilidad de ponerla en marcha de nuevo. El informe elaborado por el experto concluyó que el estado general del buque no era del todo bueno y necesita trabajos tanto de mantenimiento como de reparación.

Pesca deportiva
El estudio tampoco deja de lado que el buque, diseñado originalmente para la pesca deportiva, “presenta carencias importantes en la actualidad para su uso profesional”. Lo más llamativo es que el valor de mercado actual del barco en el mercado es de 42.034 euros, pero ponerlo en servicio supone destinar 138.500 euros.
La diferencia de costes complica darle una nueva vida. En la actualidad se encuentra varada en seco en la Marina de Arrecife, dado que el Cabildo de Lanzarote carece de instalaciones apropiadas para su depósito. Además, la estancia de la embarcación en una instalación privada le supone a la corporación una media de 850 euros mensuales.
Sin valor
“Dado el estado de deterioro, obsolescencia y alto coste de su reparación,desde el área de Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote, se propone la enajenación de dicha embarcación mediante subasta pública al alza”, incide la memoria justificativa de la licitación.
Como conclusión al informe encargado en 2022, la institución insular expone que “el estado de deterioro que presenta requeriría de una inversión tal que supera el propio valor de la embarcación en el mercado una vez restaurada, por lo que se considera que la embarcación carece de valor alguno”.
Pero la cosa no queda ahí porque incluso trasladar sus restos para tratarlos como residuos puede tener un precio total de 3.000 euros. Sobre el contrato público, en caso de que se dé un empate entre varias propuestas, se resolverá en favor del licitador que la haya presentado en primer lugar.
