El murguero Tito Rosales celebra que el Carnaval vuelva a La Isleta: "Estoy muy feliz"

Asegura que entiende la molestia de algunos vecinos por la decisión del Ayuntamiento, pero sostiene que se debe mirar “por el bien común”

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El murguero Tito Rosales / CABILDO DE GRAN CANARIA
El murguero Tito Rosales / CABILDO DE GRAN CANARIA

Con el árbol de Navidad recogido y el belén en la caja los canarios tienen marcado en la agenda el Carnaval. Es el caso de Tito Rosales, presidente de la murga Los Chancletas –nacida en 1980–, quien está muy satisfecho con que la fiesta se celebre –como ya se hacía antaño– en La Isleta. Un barrio al que ama porque vive en él desde hace 40 años. Asegura que entiende la molestia de algunos vecinos por la decisión del Ayuntamiento, pero sostiene que se debe mirar “por el bien común”. 

En una entrevista concedida a Atlántico Hoy transmite la emoción que le hace sentir el Carnaval porque para él ha sido su vida. “Yo estoy muy feliz como murguero y como chancleta de que vuelva al barrio y de que se celebre ahí la fiesta”, exclama convencido. El espectáculo en el que el disfraz es protagonista genera polémica cada año en Las Palmas de Gran Canaria y en 2024 no ha sido menos. Ha habido, incluso, hasta una recogida de firmas. 

Fallas y Sanfermines

“Yo creo”, reflexiona, “que hay que asentarla ya en un sitio como se hace con Las Fallas o los Sanfermines porque este año se declaró Fiesta de Interés Turístico Internacional”. Considera fundamental que los vecinos entiendan “que la ciudad no tiene un espacio específico fuera donde no pueda molestar a nadie”. Más incluso si se tiene en cuenta que habrá galas, mogollones y cabalgata. 

La gran afluencia del Carnaval es evidente, por lo que bajo su punto de vista “el perjuicio de ellos este mes va a ser el regocijo y el beneficio para 200.000 personas”. “Hay que poner en la balanza las dos cosas”, subraya. El isletero “de adopción” insiste en que como murgueros les encanta que la fiesta vuelva al barrio “y que esté en las calles”.

El murguero Tito Rosales / CABILDO DE GRAN CANARIA
El murguero Tito Rosales / CABILDO DE GRAN CANARIA

El carnaval antaño

Quiere poner también sobre la mesa que “son 15 o 20 días donde la ciudad va a estar en boca de todos a nivel internacional”. Apunta que los carnavales son las únicas fiestas que unen “a toda la capital” y no se pueden perder. “Ahora seguro que la gente de Simón Bolívar y Santa Catalina que protestaba vendrá a disfrutar a La Isleta”, agrega. 

La fiesta más importante de la capital ya se celebró en el barrio isletero hace varias décadas, allá por los 70 cuando un grupo de vecinos decidió coger las riendas tras la muerte del dictador. Rosales recuerda con cariño la época en la que era más joven y el Carnaval “no era abierto a toda la ciudad”.

Murga Los Chancletas en 1981 / LOS CHANCLETAS
Murga Los Chancletas en 1981 / LOS CHANCLETAS

Un carnaval de barrio

“Se desarrollaba más en El Hespéride, el Club Victoria, el Racing, donde había verbenas. Yo recuerdo que la primera cabalgata que se hizo fue en Albareda, fue cortita, pero de ahí se recogió el fruto, creció y se ha convertido en una fiesta de toda la isla de Gran Canaria”, rememora el murguero. 

Cuenta que a sus 63 años ha tenido la oportunidad de ir viviendo todas las etapas del Carnaval. “Empezó flojito, era más de barrio y de conocer mascaritas. Yo recuerdo ponerme una sábana con dos ojos abiertos e irme abajo a la Alameda de Colón a bailar y a las afueras del Teatro Pérez Galdós”, narra con añoranza. 

Murga Los Chancletas / CABILDO DE GRAN CANARIA
Murga Los Chancletas / CABILDO DE GRAN CANARIA

Otras agrupaciones

Algunas denuncias por parte de vecinos ha hecho que la Policía les haya cerrado varios locales donde Los Chancletas ensayaban. Es un tema que siempre le ha dolido “porque cuando vas al parque te apoyan, pero en algún lado habrá que ensayar y prepararse”. “¿Y a dónde vamos? Ahora estamos todos los grupos fuera de nuestros barrios concentrados en el Manuel Lois. Se ha perdido el arraigo de que cada murga estaba en su barrio”, detalla. 

Cuando estaban en cada esquina agrupaciones míticas como Los Hijos de Caín, Los Bancarota o Los Mezclao “se respiraba carnaval por todos los poros”. Ahora considera que el espíritu se ha perdido y “lo que no entiende la gente es que traemos turismo”.

Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria / EFE
Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria / EFE

Beneficios económicos

Aquí se mueve muchísimo la economía, no solo por los visitantes sino por las personas de aquí”. Las mercerías, las costureras, los restaurantes, bares, diseñadores… Hay tanto dinero en juego alrededor del Carnaval que yo creo que no podemos perderlo de ninguna de las maneras. 

Rosales destaca que la gran fiesta de las Islas le ha dado vida y la posibilidad de conocer todo el Archipiélago. “He tenido la fortuna de tener a mi familia conmigo alrededor de mi pasión. Yo me siento unido porque tengo muchísimos amigos”, culmina.