La Asociación de Vecinos Nuestra Señora del Buen Viaje, del barrio marinero de San Cristóbal (Las Palmas de Gran Canaria), ha solicitado de forma oficial la creación de una parada de guaguas segura y accesible frente al barrio, en la autovía GC-1 (sentido sur–Las Palmas), a la altura del acceso por la calle Santiago Tejera Ossavarry.
La petición, registrada el pasado 12 de mayo ante el Cabildo de Gran Canaria, plantea una intervención urgente en un punto utilizado diariamente por personas mayores, escolares y usuarios de los hospitales Insular y Materno Infantil. Actualmente, los viajeros se apean sobre una acera de apenas 1,20 metros de ancho, sin marquesina ni iluminación.
“Es una parada peligrosa. No reúne condiciones mínimas de seguridad ni dignidad. Ya ha habido varios accidentes, algunos con guaguas implicadas”, denuncia Juan Jesús Santana, presidente en funciones de la asociación vecinal.
Accidentes y falta de accesibilidad
Los vecinos alertan de los riesgos viales tanto para los pasajeros como para los conductores, ya que la guagua debe reincorporarse a una vía de alta capacidad sin apenas carril de aceleración. Además, la entrada y salida al barrio se produce sin vías de incorporación adecuadas, lo que agrava la inseguridad.
En la documentación presentada, se aportan enlaces a noticias y vídeos que recogen incidentes ocurridos en ese mismo punto. La parada, identificada por Global como número 001052, soporta una carga diaria “elevada”, según el colectivo vecinal.
Dos ubicaciones en estudio
Según trasladan los propios vecinos tras conversación telefónica con la Autoridad Única del Transporte de Gran Canaria (AUTGC), la administración estaría valorando dos ubicaciones posibles para la futura parada:
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El punto actual, frente al barrio, donde ya se han desplazado técnicos topógrafos para analizar la viabilidad.
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Una zona alternativa, próxima al antiguo colegio y Universidad Popular, que podría conectarse a través de una pasarela prevista en los proyectos EDUSI.
Esta planificación, según afirman desde la asociación vecinal, se encuentra aún en fase preliminar y podría prolongarse entre dos y tres años, debido a la tramitación técnica, la coordinación interadministrativa y los plazos burocráticos habituales.
Atlántico Hoy ha intentado recabar sin éxito una versión oficial de la Autoridad Única del Transporte sobre el estado de esta petición.
Medidas provisionales
Ante esta dilación, la asociación vecinal solicita que se estudien medidas transitorias que mejoren la seguridad en la ubicación actual mientras se desarrolla una solución definitiva. Asimismo, reclaman una mayor implicación institucional por parte del Ayuntamiento capitalino, al que piden intermediación directa, mejoras urbanísticas en el entorno y la convocatoria de una reunión técnica con colectivos afectados.
“Queremos que se visibilice esta demanda. El barrio lleva años esperando algo tan básico como una parada segura. No pedimos lujos, pedimos dignidad”, sostiene Juan Jesús Santana.
Base legal
En su escrito, los vecinos argumentan que la situación actual vulnera principios constitucionales como la protección de la salud (art. 43) y el derecho a un entorno urbano adecuado (art. 45). También se apoyan en la Ley de Transporte por Carretera de Canarias, que obliga a garantizar la seguridad de los usuarios y el mantenimiento de las infraestructuras complementarias.
Además, denuncian que el actual diseño de la parada no cumple los estándares de accesibilidad universal, lo que afectaría directamente a personas con movilidad reducida y podría suponer una vulneración de derechos fundamentales.