Las Palmas de Gran Canaria cerró 2023 con una tasa de reciclaje del 9,54 %, según datos del Servicio Municipal de Limpieza. La cifra confirma un estancamiento crónico en la recogida selectiva, muy por debajo de los objetivos que marca la Unión Europea para los próximos años.
A partir de estos datos, el profesor contratado doctor del Departamento de Geografía de la ULPGC, Víctor Jiménez, ha elaborado un análisis visual que representa la distribución de contenedores en la ciudad y permite reflexionar sobre las dinámicas actuales de gestión de residuos.
Estabilidad sin mejora desde 2019
El reciclaje en la capital grancanaria se ha mantenido entre el 9 y el 11 % durante los últimos cinco años. En 2023, el total de residuos separados fue de 13.096 toneladas, frente a las 124.192 toneladas de residuos mezclados, lo que evidencia la escasa penetración de la separación en origen.
Los materiales más reciclados fueron el vidrio (6.050 t) y los envases ligeros (4.466 t), mientras que el papel y cartón registraron una caída drástica, pasando de más de 5.000 t en 2021 a solo 1.679 t en 2023.
“La red de contenedores está bien distribuida”
Para elaborar su mapa, Jiménez accedió a los datos del Ayuntamiento a través del portal de transparencia. “Hay muchos contenedores y están bien repartidos”, afirma. “Prácticamente toda la población tiene acceso a alguno a menos de 150 metros, que es el parámetro habitual que se utiliza”, explica. Aun así, matiza que “lo que predomina fundamentalmente es el gris”, es decir, la fracción resto no reciclable.
Su análisis, publicado en Más Geografía, no pretende profundizar en causas estructurales. Su objetivo, señala, es divulgativo: mostrar los datos de forma visual y comprensible para la ciudadanía.
El contenedor marrón, fuera del estudio por fecha
El análisis realizado por Jiménez se basa en datos de 2023, por lo que no incluye información sobre el contenedor marrón (para residuos orgánicos), cuya instalación en la ciudad comenzó a partir de 2024. “No aparecen los orgánicos”, confirma. “La desagregación todavía no llegó a los datos”.
Aunque el Ayuntamiento ha anunciado avances en la recogida de biorresiduos, los datos disponibles públicamente aún no permiten medir con precisión su impacto ni su implantación por zonas.
“Falta conciencia sobre la importancia del reciclaje”
Jiménez apunta a un problema más profundo: la relación que mantiene la ciudadanía con el sistema. “Desde incluso el barrio donde yo vivo, hay un problema bastante grande con vertidos que aparecen en la calle”, comenta. “No hay, creo, una conciencia extendida de la importancia del reciclaje todavía. Y eso ocurre en muchas partes de España”.
A esto se suma la complejidad del propio acto de separar: “Es un engorro tener tres cubos en casa, separar los productos, llevarlos un día a cada contenedor. Y a veces no sabes por una propia ignorancia. Un plástico que ha tenido carne… ¿dónde lo meto?”, se pregunta.
Objetivos europeos, muy lejos
La normativa europea exige alcanzar un 55 % de reciclaje en 2025. En Las Palmas de Gran Canaria, la recogida selectiva apenas llega a los 32 kilos por persona al año, mientras que cada habitante genera más de 360 kilos de basura total. El 90 % de los residuos urbanos siguen sin separarse.
Para el profesor, la solución no puede ser solo técnica. “Se necesita mucha educación, desde los más pequeños hasta los mayores”, sostiene. “Alguien que viene de fuera lo nota enseguida: no hay una cultura generalizada de reciclaje, y eso requiere años de trabajo continuo”.

