A las puertas de una reunión europea sobre migración celebrada en Arrecife, la presidenta del Parlamento de Canarias, Astrid Pérez (PP), ha asegurado este lunes que el Archipiélago afronta el fenómeno migratorio “en absoluta soledad” y necesita que Europa y el Gobierno español asuman una política común que alivie esa carga. La dirigente popular sostiene que solo mostrando “la situación real” se logrará una respuesta coordinada.
El encuentro forma parte de los trabajos de la CALRE, organismo que integra a 69 parlamentos regionales europeos y que actualmente preside la propia Pérez. Su presencia en Lanzarote sirvió también para la grabación de un videopodcast sobre migración en el Castillo de San José, donde participaron representantes institucionales y expertos, entre ellos el vicepresidente del Parlamento de Bruselas y la consejera canaria de Bienestar Social.
Reclamos en un año de cifras récord
Para la presidenta, este formato audiovisual es una herramienta para “alzarse y llegar a mucha gente”, con la idea de que las instituciones europeas comprendan la complejidad de una gestión que Canarias afronta prácticamente en solitario. Su advertencia llega en un contexto de cifras crecientes: según recordó, en 2017 arribaron 427 migrantes, mientras que en 2024 el número se disparó hasta los 48.000, un cambio que atribuye a las modificaciones en la política migratoria española tras el relevo gubernamental de 2018.
El impacto no es solo numérico. Pérez subrayó que las islas tutelan actualmente a más de 5.000 menores no acompañados, de los cuales 1.000 están en proceso de asilo. Esta situación, dijo, implica un sobrecoste considerable para la comunidad y refuerza la necesidad de mecanismos europeos de reparto y solidaridad que eviten que Canarias siga gestionando sola tanto la acogida como los trámites.
La mirada puesta en el nuevo pacto europeo
La presidenta también aludió a la próxima aplicación del Pacto sobre Migración y Asilo, que entrará en vigor a mediados de 2026 y que, a su juicio, debe traducirse en soluciones tangibles para el archipiélago. Entre otros aspectos, el pacto prevé refuerzos en el control de fronteras, un punto sobre el que Pérez señaló la escasa eficacia de Frontex en España, aunque confía en que su despliegue se intensifique en la Ruta Atlántica.
El objetivo, insistió, es que el nuevo marco europeo permita a Canarias avanzar hacia una migración ordenada y un sistema que no comprometa pilares esenciales como la vivienda o el estado del bienestar, ámbitos sometidos ya a tensiones por el aumento de llegadas.
Llamamientos desde Bruselas
La demanda de apoyo tuvo eco en el vicepresidente del Parlamento de Bruselas, Mohamed Ouriagli, quien reconoció que el volumen migratorio que afrontan las islas es “enorme”. Para él, la solidaridad europea debería concretarse no solo en reforzar el control fronterizo, sino también en la distribución de centros de acogida en otros territorios y en la creación de espacios que faciliten la convivencia con las personas que llegan.