El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha dicho al portavoz de Vox en el Parlamento de Canarias, Nicasio Galván, que llamarle fascista "no es un insulto", sino "una evidencia empírica", después de que este se quejara en el transcurso del pleno de control al Gobierno de los supuestos insultos que recibe su partido.
Galván había preguntado a Clavijo si consideraba que la presencia del barco de ayuda humanitaria Open Arms en las islas puede servir como efecto llamada a la inmigración ilegal, mientras que el presidente defendió su labor porque "se jugarían la vida incluso por salvarlo a usted y a su jefe" si cayeran al mar.
En su intervención, el portavoz de Vox afirmó que el Open Arms es "un eslabón en la cadena de tráfico de seres humanos", y acusó a la ONG de "enriquecerse" y hacer negocio con el tráfico de seres humanos, una realidad que "no pueden ocultar insultando a Vox y a su presidente".
El presidente negó que haya insultado a la formación porque, a su juicio, llamarles fascistas es "una evidencia empírica" e invitó a Galván "y a su jefe" a visitar con él el Open Arms para escuchar "el drama de elegir entre dejar un niño huérfano y rescatarlo o dejar que muera el niño y rescatar al padre, esas son las decisiones que tienen que tomar esas personas a las que ustedes denigran", afirmó Clavijo.
“Algo estamos haciendo mal”
Pese a su contundencia ante las opiniones sobre migración del partido de ultraderecha, otras formaciones, como Nueva Canarias, afean al presidente del Gobierno los acuerdos que mantiene con Vox en algunos ayuntamientos como Granadilla (Tenerife) o Teguise (Lanzarote).
El portavoz de NC, Luis Campos, dijo sobre las declaraciones de presidente sobre Abascal que nunca ha estado tan de acuerdo con Clavijo pero que la coherencia le dura "30 segundos" cuando tiene que apoyarse en Vox para gobernar en ayuntamientos. "Abascal dirige una organización que niega la violencia machista, los derechos de las mujeres y los derechos humanos" ha dicho Campos que ha recordado que "ese fascista" es su socio en varios ayuntamientos y le blanquea los "discurso del odio".
El jefe del Ejecutivo canario ha aclarado que no quiere acabar con Vox pero le preocupa la actitud de algunos que hace que aumente el descrédito social a la política, y ha insistido que en que si hay gente que piensa que Vox es la respuesta "es que algo estamos haciendo mal".
