Xi Jinping dialoga, con ayuda de un traductor, con Vladimir Putin. / EFE
Xi Jinping dialoga, con ayuda de un traductor, con Vladimir Putin. / EFE

EE UU advierte del refuerzo chino en África y del nuevo equilibrio atlántico cerca de Canarias

El Pentágono alerta de la expansión militar y logística de Pekín en África, en un contexto de colapso de seguridad en el Sahel que reconfigura el equilibrio geopolítico al sur de Canarias

Martín Alonso

La inestabilidad crónica del Sahel africano y la creciente presencia estratégica de China en el continente han dejado de ser fenómenos aislados para convertirse en un mismo tablero geopolítico. Así lo refleja el último Informe Anual del Departamento de Defensa de Estados Unidos sobre los desarrollos militares y de seguridad de la República Popular China, un documento que, sin mencionar explícitamente al Sahel ni a Canarias, dibuja un escenario que afecta de lleno al Atlántico medio y a su equilibrio de poder.

Estados Unidos advierte de que China está consolidando una presencia militar estructural en África, más allá de la cooperación económica que durante años definió su relación con el continente. El Pentágono subraya que Pekín combina cooperación militar, asistencia en seguridad, venta y donación de armamento y presencia naval, todo ello envuelto en un discurso de liderazgo del Sur Global que, según Washington, puede facilitar también labores de inteligencia, vigilancia y posicionamiento militar permanente.

Ambición y proyección global

El informe es explícito al señalar que China ya no actúa como una potencia militar limitada a su entorno regional, sino como un actor con ambición de proyección global sostenida. Para el Departamento de Defensa estadounidense, Pekín está construyendo una red internacional de apoyos militares, logísticos y diplomáticos destinada a operar lejos de sus fronteras y proteger intereses estratégicos en escenarios clave, incluidos aquellos marcados por la fragilidad institucional.

En este contexto, el Pentágono identifica la base militar china en Yibuti como un punto de inflexión. Aunque Pekín la presenta como una instalación logística para misiones antipiratería y evacuaciones, Washington sostiene que se ha transformado en una plataforma de presencia regional continua, capaz de apoyar operaciones militares y diplomáticas en el Cuerno de África, el mar Rojo y el Índico. A partir de este precedente, el informe advierte de que China estudia nuevas ubicaciones para futuras instalaciones o accesos militares en África y otras regiones estratégicas.

Juntas militares

Esta expansión se produce en paralelo al deterioro acelerado de la seguridad en el Sahel, especialmente en Malí, Burkina Faso y Níger, países gobernados por juntas militares que han roto con antiguos aliados occidentales y han optado por fórmulas de cooperación propias. La creación de la Alianza de Estados del Sahel (AES) y la retirada o expulsión de fuerzas europeas han dejado un vacío que grupos yihadistas afiliados a Al Qaeda y al Estado Islámico han aprovechado para expandirse, agravando una crisis humanitaria que ya afecta a millones de desplazados.

Canarias funciona como un "trampolín logístico" de China para llegar a África Occidental / AH
Canarias funciona como un "trampolín logístico" de China para llegar a África Occidental / AH

Aunque el informe estadounidense no atribuye a China un papel directo en el conflicto saheliano, sí advierte de que la competencia global con Pekín se libra también en regiones inestables, donde la debilidad institucional facilita la penetración política, económica y militar. África aparece así como un espacio central en esa rivalidad, no solo por sus recursos estratégicos, sino por su peso creciente en las rutas marítimas y en la proyección de poder global.

Washington pone además el foco en el componente tecnológico de la estrategia china. El Pentágono describe a China como la amenaza más persistente en el ámbito cibernético, con capacidad para infiltrarse en infraestructuras críticas y preposicionar ataques. A ello se suma una rápida expansión de sus capacidades espaciales, con cientos de satélites de observación, navegación y comunicaciones que refuerzan su capacidad de vigilancia global y de apoyo a operaciones militares de largo alcance.

Valor estratégico

En este escenario, el Atlántico africano adquiere un valor estratégico creciente. El Pentágono alerta de que China ha mostrado interés en accesos portuarios y logísticos en países del Golfo de Guinea y del África occidental, una franja conectada directamente con las rutas atlánticas hacia Europa. Aunque Canarias no aparece citada en el informe, su posición geográfica como nodo entre Europa, África y América sitúa al archipiélago en el entorno de una reconfiguración estratégica que Washington observa con creciente atención.

La conclusión del informe es clara: la competencia con China es estructural, multidimensional y de largo plazo. En un continente marcado por la fragilidad del Sahel y la retirada de actores occidentales, Estados Unidos percibe que el avance chino puede alterar equilibrios regionales con impacto directo en el Atlántico, un escenario que refuerza el peso estratégico del entorno africano más próximo a Canarias, una tierra que Xi Jinping —séptimo presidente de la República Popular China— ha visitado tres veces. Nada es por casualidad.