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Luis Campos, secretario general de NC / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO

Luis Campos: "Será difícil tener una candidatura de Morales con NC y Primero Canarias juntos"

El nuevo secretario general de Nueva Canarias insiste en que la organización política de Teodoro Sosa y Óscar Hernández tiene a más de 20 tránsfugas de NC que deben entregar el acta que se llevaron consigo

Luis Campos entra a la sede de Nueva Canarias (NC) tras una semana de ajetreo en el pleno del Parlamento autonómico. Los días en la cámara regional fueron intensos, pero durante los descansos, aeropuertos y ratos libres debía atender una responsabilidad que ostenta desde hace dos meses: llevar las riendas de un partido en reconstrucción.

El congreso celebrado el pasado 27 de julio por los canaristas lo auparon a ser el secretario general de la formación. Aquel día terminó un oscuro capítulo para NC después de que 22 cargos públicos que se habían presentado a las elecciones bajo sus siglas se marcharan denunciando una falta de renovación interna.

¿Renovadores?

Ahora forman parte de Municipalistas Primero Canarias, una organización encabezada tanto por Teodoro Sosa, vicepresidente primero del Cabildo de Gran Canaria; como por Óscar Hernández, alcalde de Agüimes. Se les conoce como renovadores, pero Campos se niega a denominarlos así. Afirma sin titubeos que para él son unos "revocadores".

Tanto el nuevo secretario general de NC como el resto de la militancia están dolidos. Eso sí, aunque las heridas todavía supuran, Campos no quiere hacer leña del árbol caído: "Hay que poner un punto y final, lo mejor es centrarnos en nuestra propia organización".

[Pregunta] ¿Cómo han sido estos dos primeros meses como secretario general de Nueva Canarias?

[Respuesta] Muy bien, con muchísima actividad. He tenido una acogida positiva tanto de la militancia como por parte de otros actores. Hablo de medios de comunicación, pero también de los ciudadanos que uno se va encontrando y que empiezan a identificarte. Incluso por parte de quienes podemos denominar como adversarios políticos. Lo enfrento con mucha ilusión.

Los primeros pasos suelen ser los más difíciles de concretar.

No solo asumo el puesto, sino también las nuevas tareas. Porque el Congreso no fue solo una renovación de cara, sino también en la forma de organizarnos. Tenemos una estructura mucho más horizontal, nuevas figuras que se han creado y supone, después de muchos años de funcionamiento, una cierta modernización en las formas organizativas de estructurarnos. De conectar con la sociedad y la militancia.

¿Ha tenido hueco en la agenda?

Ha sido un no parar con reuniones continuas y viéndonos con todos nuestros comités. Además hemos empezado a tener contacto con otras organizaciones políticas, fundamentalmente del espacio de la izquierda canaria. Todo esto lo hemos hecho compatible con la actividad que ya teníamos antes, en mi caso concreto como portavoz en el Parlamento de Canarias.

¿Alguna de esas conversaciones han sido con Teodoro Sosa u Óscar Hernández?

No, vamos a ver, nosotros no invitamos a los miembros de Primero Canarias al Congreso de julio. Algunos me preguntaron que si los equiparamos con Vox porque ellos tampoco fueron invitados y respondí que nunca se me ocurriría compararlos porque no son lo mismo. Bajo ningún concepto, yo no voy a jugar a eso.

Luis Campos, portavoz de NC en el Parlamento / EFE - ELVIRA URQUIJO A.

¿Entonces qué ocurrió?

La extrema derecha de Vox jamás estará en un Congreso de Nueva Canarias y yo aspiro a que Primero Canarias pueda acudir al siguiente congreso. Pero en este no era posible, las heridas estaban muy abiertas. Es una organización que tiene entre sus filas a 23 tránsfugas que vienen de NC. Eso no quita una cosa: con Teodoro Sosa no he tenido ocasión, pero yo me he encontrado con Óscar [Hernández] en distintos espacios y por supuesto que nos saludamos.

¿Cómo han sido esos encuentros?

El trato ha sido afectuoso, pero no hemos entrado a hablar de aspectos políticos. Ellos decidieron coger un camino y ahora yo estoy centrado absolutamente en la nueva dirección de Nueva Canarias. Le dedicamos más de un año y medio, todo nuestro tiempo y toda nuestra energía, a gente que no quería estar en este proyecto. Hemos pasado página.

¿A qué están ahora?

Toda nuestra energía está volcada en quienes se quedaron en Nueva Canarias, en quienes han sido leales al proyecto, en quienes creen en las políticas que defiende el partido, en aquellos que están volviendo y en todos los que están viniendo por primera vez. Hablo de Ahora Guía, con el que hemos llegado a un acuerdo. O de Nueva Canarias Firgas, municipio en el que no teníamos comité local propio. Además, constituiremos uno en Güímar (Tenerife).

¿Quiere decir que ha sido una pérdida de tiempo intentar que el sector renovador se quedara?

Para mí no ha sido una pérdida de tiempo. En algún caso yo creo que había una hoja de ruta para irse. Aunque no lo digo de todos, ni de todas las organizaciones políticas que no eran Nueva Canarias ni de todos los militantes que fueron cargos públicos. Por tanto, cualquier esfuerzo que hiciéramos desde la Dirección Nacional para evitar esa ruptura estuvo bien empleado, aunque luego no saliera bien.

Teodoro Sosa, consejero de Presidencia y Movilidad del Cabildo de Gran Canaria / AYUNTAMIENTO DE GÁLDAR

¿El esfuerzo valió la pena para algo?

A lo mejor ese esfuerzo hizo que otros decidieran quedarse y discutir dentro, porque nunca estuvimos en contra de que se hablara de renovación. Eso es absolutamente legítimo. Lo que no compartíamos era que se intentara imponer la renovación porque unos cuantos lo decidieran al margen del conjunto de la militancia y fuera de los órganos que democráticamente habíamos establecido.

¿Qué conclusiones saca?

Se demostró que en este partido cabe cualquier debate y que la renovación era posible frente al discurso que otros tenían. Pero nunca fue tiempo perdido, no lo hicimos solo por mantener la estructura de Nueva Canarias [intentar que se quedaran quienes se habían marchado], sino porque rompíamos un espacio político. Esa es la parte que más me apena de todo esto.

Ahora que ya se han ido, ¿las heridas están cerradas o aún queda trabajo para que dejen de supurar?

No, las heridas no cierran de la noche a la mañana. Hay heridas muy profundas. Hay 23 cargos públicos que legítimamente podían irse de la organización con la misma libertad que decidieron entrar, pero lo razonable es que entregaran el acta. Por tanto son tránsfugas y esa herida está ahí. Nuestra militancia se ha sentido traicionada por aquella gente a la que eligió en sus asambleas locales para que la representara en las instituciones.

Yo estoy centrado, como comenté antes, en mi organización política. Sobre todo en no profundizar más las heridas. Están ahí y ojalá cicatricen algún día. No voy a dedicar tiempo en denostar a otros partidos, ellos desarrollan ahora su camino.

¿Sintió vértigo cuando fue consciente de que era la cara visible de la renovación por la que Nueva Canarias apostó al final?

Siempre hay vértigo cuando asumes una responsabilidad. Lo sentí la primera vez que fui en una candidatura al Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana o cuando Román [Rodríguez] me llamó para ir en la lista a la candidatura al Parlamento. Y supuso vértigo asumir la dirección de una organización con la historia que trasciende a los 20 años de las siglas de Nueva Canarias.

El portavoz de NC, Luis Campos. / EFE-ÁNGEL MEDINA G.

¿Es el momento idóneo?

No es un momento cómodo, pero no lo hago solo. Cuento con una dirección muy potente, con un equipo extraordinario de gente joven que asume nuevas responsabilidades. Pero también lo hago junto a personas con historia, trayectoria, liderazgo y conocimiento. Además de tener con nosotros a una militancia muy comprometida.

Dentro de su candidatura iba Carmelo Ramírez y finalmente Román Rodríguez se ha quedado en el partido. Después de todo el debate sobre la renovación, ¿no temen que cuando llegue 2027, se elaboren las listas y haya actos públicos en campaña la gente pueda pensar que están los de siempre? ¿Se enfrentan a un reto de imagen?

Creo que no tendremos ese problema. Vamos a ver, de la misma manera que algunos pueden jugar a que si Román [Rodríguez] o Carmelo [Ramírez] dentro de dos años piden el voto para Nueva Canarias, ni siquiera que sean candidatos, y decir que siguen ahí...

De hecho siguen ahí, tienen cargos dentro del partido.

¿Pero qué pretendían? ¿No solo que dejaran la presidencia, sino que además los mandáramos a Siberia? Que a nadie le quepa la menor duda de que ambos tienen su electorado y aportan a este partido. Mire, en esta organización no sobra nadie. Falta gente y vamos a ir a buscarla. Nosotros no arrinconaremos a personas que pueden seguir aportando tanto. 

¿Cuál es la hoja de ruta?

No haremos que desaparezcan porque por la imagen, quizás, nos pueda restar tres votos. O a lo mejor nos suma 10, eso no lo sabremos nunca. Lo importante son las propuestas que hagamos a la gente, llevar iniciativas que respondan a sus demandas. Hablo de la vivienda, de las políticas sociales, de la sanidad, de la dependencia, del modelo de desarrollo o la contención del crecimiento turístico.

¿Cómo se definen?

Somos una organización con soberanía canaria y las tomas de decisión parten de aquí. Por eso hemos tenido éxito históricamente, no contamos ni con los beneplácitos de los poderes fácticos económicos ni mediáticos y seguimos resistiendo y creciendo. Estamos alejados de otras organizaciones que dicen ser de soberanía canaria, pero se han ido convirtiendo en organizaciones que renuncian a los autogobiernos. Me refiero a Coalición Canaria.

Luis Campos, portavoz de NC en el Parlamento / EFE

Usted fue elegido secretario general en el congreso de julio con 226 votos a favor, nueve en blanco y una abstención. ¿Si los renovadores hubieran estado allí como parte de NC habría salido todo igual? ¿Habría sido lo mismo enfrentarse a una candidatura liderada, por ejemplo, por Teodoro Sosa?

En su momento dije que me hubiera gustado alguna abstención y algún voto en contra más. Tampoco muchos, pero sí algunos más. Esa fue la demostración de que no solo era posible la renovación, sino que incluso hay gente que discrepa de la renovación que se produjo. A lo mejor había personas que creían que era Román el que debía continuar. Tenemos que perder el miedo a que pueda haber discrepancia dentro de las organizaciones políticas y fomentar que las voces críticas se expresen.

¿Habría sido sana entonces una candidatura alternativa de Teodoro Sosa?

Absolutamente sana. No sé si de Teodoro Sosa o encabezada por Óscar Hernández, quien quisiera.

Exacto, cualquiera de los renovadores. 

No, ustedes [los medios de comunicación] hablan de renovadores, pero yo hablo de revocadores. Porque lo que pretendían no era renovar, se ha demostrado. Se marcharon y no esperaron a eso. Les planteamos que se presentaran y la militancia decidiera donde había que hacerlo.

¿Ve factible que Antonio Morales se presente a las elecciones de 2027 en una candidatura conjunta entre Nueva Canarias y Primero Canarias?

Ya le digo que difícilmente esa circunstancia pueda darse. A nosotros nos encantaría seguir contando con Antonio [Morales] porque nos parece un referente del nacionalismo de progreso de izquierda en Canarias. Estuvo presente en el último consejo político del año 2024 y votó a favor de todo lo que nosotros propusimos para llegar a un consenso. Los que no estuvieron fueron los que nos pidieron adelantar el Congreso.

Pero va a resultar difícil. En el 2027 ese espacio va a ser muy complejo y creo que no debemos estar engañando a la gente. Vuelvo y reitero, esas heridas están muy abiertas. Porque además creo que otros están eligiendo claramente otro camino y otras alianzas.

Por dejarlo claro, ¿no ve viable entonces una candidatura de Antonio Morales con Primero Canarias y NC al mismo tiempo?

Es difícil que en el mismo espacio, al menos en 2027, podamos concurrir. Insisto, estamos hablando de una organización política que tiene a 22 tránsfugas de Nueva Canarias dentro de la misma. Y obviamente, ya no hablo solo de la dirección, la militancia de NC no lo entendería.

Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria. / ÁNGEL MEDINA G.-EFE

Dentro del nacionalismo en Gran Canaria hay cuatro agentes clave: ustedes, NC; Coalición Canaria; Primero Canarias; y Somos Gran Canaria. ¿Cree que todos deben ir bajo una candidatura en las próximas elecciones? Onalia Bueno defiende que no hay otra opción y Pablo Rodríguez (CC) ha dicho que no le cerrarán las puertas a nadie.

Pablo Rodríguez abre la puerta a todo el mundo, incluido Vox. Lo digo porque es lo que está haciendo Coalición Canaria en Lanzarote o en Tenerife. Salvo que aquí luego se nieguen. Pero si les viniera bien, lo harían a pesar de que manifestaron que eso era una línea roja para ellos. Es difícil entenderse con una CC que pacta con el fascismo.

¿Y qué me dice de Onalia Bueno?

La señora Onalia Bueno tiene de todo menos de nacionalista. Luego podrá tener un respaldo popular, eso no lo negamos, pero ni es nacionalista ni del espacio de progreso bajo ningún concepto. Por tanto no vamos a compartir espacio. La primera pregunta debe ser: ¿unirnos todos para qué? A veces hemos ido junto a CC en las elecciones generales porque en la defensa de Canarias en España coincidimos en muchos temas. Pero en el modelo de desarrollo del Archipiélago hay enormes divergencias.

¿Cómo ve esa tendencia de la que se habla últimamente sobre trabajar desde el municipalismo?

Nosotros vamos a seguir trabajando desde el municipalismo porque es nuestra forma de entender la política. De ahí venimos, el municipalismo es Santa Lucía, Telde, Las Palmas de Gran Canaria, Teror o Guía. Lo que no es para nosotros razonable desde el municipalismo es que la premisa sea ir con el que tenga éxito.

Quizás eso es lo que ayuda después a captar votos de cara a las elecciones. 

Sí, ¿pero para desarrollar qué política? No vamos a pactar con Ciuca ni con Juan Antonio Peña [alcalde de Telde]. Otros que se abracen todos los días si quieren, pero ahí no nos van a encontrar. Y nosotros no vamos a pactar con Onalia Bueno, saque las mayorías absolutas que pudiera sacar o no. En ese espacio a nosotros no nos encontrarán. Por eso nuestro lema era: raíces, principios, valores y futuro.

¿Onalia Bueno y Juan Antonio Peña son, por lo tanto, una línea roja para ustedes a la hora de pactar de cara a las elecciones?

Onalia Bueno y Ciuca sin duda alguna. Con Coalición tenemos enormes diferencias, podemos llegar a algún acuerdo en ciertos momento, pero no ahora con la CC absolutamente frentista y de las políticas neoliberales que siguen propiciando el desarrollismo.

Onalia Bueno, alcaldesa de Mogán / AH

Usted ha llegado a decir que el proyecto de Nueva Canarias es un plan para ocho islas y 88 municipios. ¿Creen que en esta nueva etapa conseguirán potenciar su presencia en la provincia occidental? ¿Es realista pensar que en un par de años igual veremos un alcalde de NC, por ponerle un ejemplo, en Arona, Valverde o San Sebastián de La Gomera?

Es perfectamente factible porque ya los hemos tenido. En la legislatura pasada, el alcalde de Tacoronte fue de Nueva Canarias. En este momento tenemos concejales en Santa Cruz de La Palma, en Hermigua, en San Sebastián de La Gomera, en San Juan de la Rambla o en Arona. Esa realidad ya existe. ¿Que debemos trabajarla más? Sin duda.

¿De qué forma?

Es verdad que debemos reforzar ese trabajo, ese espacio y es algo que estamos haciendo de manera intensa porque debemos llevar la capacidad de transformación demostrada allí donde hemos gobernado al conjunto de Canarias como una oferta que la gente conozca, que sea atractiva. Hablo de ayuntamientos, del Cabildo de Gran Canaria, del Gobierno autonómico o del Congreso de los Diputados, donde logramos la bonificación del 75% que consiguió Pedro Quevedo.

Ahora que lo menciona, ¿José Eduardo Ramírez traicionó a Pedro Quevedo marchándose de NC en pleno mandato del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria?

José Eduardo Ramírez no traicionó [solo] a Pedro Quevedo, sino a Nueva Canarias y su militancia. Está traicionando a la organización porque su asamblea lo eligió para que lo representara en la candidatura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Para zanjar el tema, solo una cosa más. ¿Veremos relativamente pronto una fotografía de Teodoro Sosa y Luis Campos tendiendo puentes?

[Reflexiona durante algunos segundos] Pronto no. Eso sí, donde no me van a encontrar es en ningún espacio destruyendo más puentes. No voy a seguir ahondando más en las heridas que siguen abiertas. Hay que poner un punto y final. Lo mejor es centrarnos en nuestra propia organización y defender que esas personas que se han llevado sus actas deben devolverlas. Hasta que eso no se produzca, no va a ser posible sentarnos a hablar de propuestas políticas de futuro a nivel orgánico.

Antes de acabar, ¿ha sido para tanto la filtración del borrador de la Comisión Parlamentaria acerca de las mascarillas?

Yo diferencio dos cuestiones: la filtración es poco ética, pero para mí no es tan grave dado que las filtraciones en política existen. Sobre todo porque hay alguien que está haciendo bien su trabajo: el periodista. A mí lo que me ha parecido grave es el texto que se ha filtrado.

¿Por qué?

Porque teóricamente lo ha escrito el presidente de la comisión y un presidente de la comisión que determina, antes de poner las ideas en común, que hay responsabilidades políticas y señala a fulano, mengano y sotano... Para mí es absolutamente sesgado y tendencioso. No me parece serio.

Es grave, pero no me sorprende. El día que se hizo una rueda de prensa por parte del Partido Popular y de Coalición Canaria para presentar que iban a solicitar una comisión de investigación en el parlamento lo denominaron como el caso Torres. Ellos ya habían determinado quién era el culpable a pesar de que [Ángel Víctor Torres] ni está imputado ni ha sido llamado por la justicia.