Ser alcalde no es solo gestionar los servicios públicos o aprobar presupuestos. También implica construir alianzas políticas que permitan dar estabilidad a un municipio y sacar adelante proyectos estratégicos. En La Laguna, tras las últimas elecciones, se abrieron distintas posibilidades de pacto: desde un bloque de izquierdas hasta un acuerdo con Coalición Canaria. La decisión final mostró que, más allá de la aritmética, el gobierno local depende de la capacidad de superar viejas confrontaciones y garantizar una convivencia política que dé estabilidad a la ciudad.
Pero la labor de un alcalde también se mide en su capacidad de fijar posiciones ante cuestiones que trascienden lo estrictamente municipal. La polémica en torno al paso de la Vuelta ciclista en Canarias y el próximo partido del CB Canarias contra un equipo israelí en la Champions de Baloncesto han puesto sobre la mesa el debate de si las instituciones deben limitarse a gestionar o si deben pronunciarse ante conflictos internacionales. En este caso, deporte y política se entrecruzan y obligan al consistorio a dejar clara su postura, aun sin tener competencias directas sobre el calendario de competiciones.
En ese terreno simbólico, los gestos institucionales tienen un gran peso. Lo que se discute no es solo la conveniencia de un evento deportivo, sino el mensaje político que transmite una ciudad cuando acoge, respalda o rechaza determinadas representaciones. Ser alcalde significa también asumir ese coste: pronunciarse aunque el marco de competencias sea limitado, y entender que la ciudadanía demanda coherencia política más allá de la gestión cotidiana.
También hay una dimensión personal que trasciende las fronteras del municipio: la proyección política del propio alcalde dentro del Partido Socialista y del panorama regional. La duda de si limitarse a culminar su proyecto en La Laguna o dar el salto a otras responsabilidades en el Cabildo o en la dirección del partido forma parte de la conversación política actual. Y esa reflexión, inevitablemente, conecta con la idea de que la alcaldía es un espacio de gestión, sí, pero también de posicionamiento, de estrategia y de futuro. Luis Yeray Gutiérrez, alcalde de La Laguna, analiza estos puntos con Atlántico Hoy.
PREGUNTA: Retrocedamos a la noche electoral, a la última noche electoral. Había una suma posible de que pudiera gobernar el PSOE junto a Drago Canarias y Unidas Se Puede. Usted finalmente intenta gobernar en solitario y al poco tiempo firma un pacto de gobierno con Coalición Canaria. ¿Cómo es el estado actual del pacto? ¿Gobierna más tranquilo con el actual grupo de gobierno que con la posibilidad de los otros dos partidos de izquierdas?
RESPUESTA: Son varias aristas. La principal y la más importante del motivo por el cual no se fraguó ese pacto de gobierno tiene nombres y apellidos: es el personalismo dentro de algunas formaciones políticas que todavía, a día de hoy, es difícil de entender que no hayan participado conjuntamente en una unidad electoral de las formaciones políticas de izquierda que les hubiese dado unos resultados mucho más beneficiosos. Es también el resultado de la actualidad del arco plenario en el municipio, es decir, de confrontaciones y enfrentamientos entre formaciones que se presupone están a la izquierda del Partido Socialista. Nosotros sí intentamos buscar la manera de sentarnos y de negociar con formaciones políticas de izquierda. Pero fue prácticamente imposible. Era muy difícil entenderse con exigencias que estaban por encima incluso de los resultados obtenidos. Y eso es una realidad. Hasta el último minuto, teníamos un acuerdo con Unidas Se Puede, pero no teníamos la pata de Drago-Verdes Canarias. Y hay que decirlo abiertamente: en las reuniones que se dieron en los diferentes encuentros previos al día de la toma de posesión, era muy difícil entenderse con una formación política que lo que tenía era una escopeta —y perdón por la expresión— en la mano y atacando directamente al Partido Socialista. No se puede venir a hacer política municipal guardando una mochila de odio por lo que te ha pasado en el pasado. Si me preguntan, la estabilidad es importante en el municipio de San Cristóbal de La Laguna. Para mí sí. Lo es todo. Porque no hay que irse muy lejos, cuando la agresividad política y los escándalos en el municipio estaban todos los días en los medios de comunicación. Hoy eso ha cambiado. Hoy en día vemos que intentamos tender puentes, intentamos llegar a negociaciones importantísimas. Estamos abordando cuestiones tan sumamente delicadas como el Plan General de Ordenación Urbana y ¿ustedes saben si se ha creado confrontación o si ha habido agresividad verbal? No. Se está trabajando de una manera muy participativa y estoy convencido de que esa ha sido la clave del éxito. En cuanto a Coalición Canaria, fui yo la persona que más se agredió en el mandato anterior por esa formación política. Pero es que yo vengo aquí a ser el gestor de lo público en el ámbito que considero más sagrado, la municipalidad. Si yo pongo por delante mi ego, si yo pongo por delante cuestiones personalistas, evidentemente no podríamos llegar a ningún pacto de gobierno. Hay un pacto firmado por dos formaciones políticas que se respeta, que tiene una lealtad institucional con una hoja de ruta clara, pública y notoria, que se está desarrollando, que goza ahora mismo de buena salud y que entendemos que es lo mejor que le está viniendo a este municipio. ¿Hay otra aritmética? Por supuesto que sí, pero ahora mismo la estabilidad la da este acuerdo de gobierno.
Usted ha rechazado recientemente el paso de la Vuelta por La Laguna, pero el CB Canarias se cruza con un equipo de Israel en la Champions. Se sopesa la posibilidad de que se juegue a puerta cerrada por un tema de seguridad. ¿Han tomado ustedes alguna decisión institucional sobre esto?
Yo creo que el blanqueo del genocidio que está soportando Palestina y la atrocidad de Israel es insoportable por parte de alguno. No entiendo la necesidad de hacer invitaciones a la isla de Tenerife, después de ser conocedores de lo que sucedió en la Península con la Vuelta no hace ni un mes. Y por esa misma razón, porque entiendo que es un posicionamiento que blanquea lo que está sucediendo en Palestina, dije abiertamente que me parecería una atrocidad y que La Laguna se iba a posicionar en contra de que la Vuelta ciclista a España pasase por aquí. Bien, dicho todo esto, soy claro y contundente. Las competencias municipales, sabemos todos cuáles son. El posicionamiento que ha hecho el ayuntamiento en el último pleno del mes de septiembre ha sido claro. Le hemos trasladado ya nuestro parecer tanto al Club de Baloncesto Canarias como a la Federación de Baloncesto y a otras entidades como el Gobierno de Canarias o el Cabildo. Entendemos que hay que buscar una alternativa y no podemos seguir mirando para otro lado mientras este tipo de equipos representativos de este país vienen a competir aquí, pero no son competencias municipales. He dicho abiertamente que no voy a participar en ese partido. De la misma manera que dije no entendía por qué se hacía esa invitación a la Vuelta. A sabiendas de lo que había sucedido, tampoco era lógico que participase el máximo representante de este municipio en un partido donde está la bandera de Israel. Y esto no se ha entendido. O incluso me han llamado demagogo en algunas ocasiones. Yo lo sigo diciendo: no es lo mismo la invitación formal por parte de una institución a una prueba deportiva [la Vuelta] que un sorteo que sabíamos perfectamente que ya se había producido [la Champions de baloncesto].
¿Su horizonte se queda en La Laguna o aspira en algún momento eh un salto al Cabildo o a la Secretaría General del Partido Socialista en Canarias?
Yo soy una persona ambiciosa. Pero la ambición en la política es loable dentro de unos márgenes. En La Laguna estamos haciendo un grandísimo trabajo. Mi intención a día de hoy, ya se lo adelanto, es presentarme en el año 2027 a liderar el proyecto de La Laguna como nos comprometimos en el año 2019 y llegar hasta 2030 con proyectos importantísimos, desarrollándolos con acciones dirigidas a la mejora de este municipio. Pero conozco perfectamente al Partido Socialista y sé que es un partido que, cuando llama y te traslada proyectos también interesantes fuera del ámbito municipal, insular o regional, evidentemente es muy difícil decir que no. A día de hoy, reitero: mi único interés está en la agenda. Mañana el futuro es impredecible.
