En las últimas semanas, el debate sobre la migración ha vuelto a ocupar el centro de la agenda política en España. Desde la Región de Murcia el Partido Popular (PP) ha defendido la necesidad de implantar nuevas medidas para controlar las llegadas con un discurso que, según afirman desde la formación, servirá para distanciarse de los extremos.
Sin embargo, las propuestas de su presidente, Alberto Núñez Feijóo —como la implantación de un visado por puntos o la vinculación del Ingreso Mínimo Vital a la búsqueda activa de empleo—, han reavivado las críticas de quienes consideran que los populares están endureciendo su mensaje y acercándose a los postulados de Vox.
Jacob Qadri, vicesecretario de Organización y Comunicación del PP en Canarias, asegura en una entrevista concedida a Atlántico Hoy que las medidas pretenden crear “una convivencia sana y armoniosa basada en la cultura y en los valores de nuestro país”. Todo, apunta, para evitar que se generen guetos como ocurre en Barcelona o París.
[Pregunta] ¿El Partido Popular está demonizando y señalando a los migrantes con las propuestas que se definieron en la Región de Murcia?
[Respuesta] No, para nada. El Partido Popular lo que intenta es poner orden y sentido común. Ahora mismo estamos asistiendo a un debate totalmente polarizado. Por un lado, barra libre para que entre a nuestro país cualquier tipo de migrantes para hacer cualquier tipo de cosa [en alusión a la gestión actual] y por otro proponen que debemos echarlos inmediatamente a todos de aquí [en referencia al discurso de Vox].
¿Entonces cuál es el camino?
Ir por la misma línea que el resto de países europeos: buscar a los inmigrantes una legalidad y un beneficio mutuo. Tú puedes estar en mi país con una serie de condiciones y porque a mí me interesa. Por ejemplo, porque necesito mano de obra en determinados sectores y a cambio te voy a ofrecer una serie de servicios y prestaciones que en tu país no vas a tener.
¿Pero cree que ese mensaje ha llegado a la sociedad? Porque aunque ustedes han insistido en que no quieren polarizar, han recibido críticas por, por ejemplo, la propuesta sobre el ingreso mínimo vital. Y quizás algunos sí han pensado que han querido demonizar a los migrantes.
Es verdad que determinados sectores a lo mejor se dedican a desvirtuar, ensuciar o enturbiar muchos mensajes. Ahora mismo tenemos una inmigración totalmente descontrolada y se trata de poner orden y control. Para eso Feijóo y el Partido Popular Nacional, apoyado por nuestras comunidades, aportan una serie de medidas o de cambios legislativos viendo la experiencia que existe en otros países. No hay ningún tipo de control en las fronteras. Desde el PP de Canarias lo hemos dicho 200 veces. Solicitar el despliegue del Frontex, por ejemplo.
Una de las últimas propuestas planteada por Alberto Núñez Feijóo es la de implantar un visado por puntos para los migrantes. ¿Es viable ante una situación de llegadas masivas como las que el Archipiélago ha llegado a experimentar?
Este visado no está pensado para 17 cayucos que lleguen la próxima semana con 200 personas cada uno. Estamos hablando siempre de una inmigración controlada y legal. Es importantísimo llevar a cabo acciones contundentes en los países de origen y otras que no hagan efecto llamada. Con esto podemos controlar quién viene a España y para qué.
¿Cómo se puede efectuar?
Priorizando, por ejemplo, personas de países que sepamos, con experiencias previas, que tienen una mayor capacidad para integrarse. Que conozcan y respeten nuestras costumbres y cultura. Que vengan a trabajar a sectores donde hay una necesidad patente de mano de obra. Que procedan de países con los que ya tengamos ciertos acuerdos internacionales.
¿A qué se refiere el Partido Popular cuando dice que quienes quieran entrar en España deben aceptar las reglas del juego, la cultura y las tradiciones del país? Feijóo dijo hace unos días que era importante priorizar la migración “culturalmente próxima” y puede llevar a pensar que se refiere a dejar en un segundo plano a quienes vienen de África.
Está demostrado que tienen una mayor capacidad de integración aquellas culturas que son más próximas a la nuestra. Eso es importante, hay que trabajar en que estas personas que llegan a nuestro país tengan una integración real. Eso es respeto por nuestra cultura, respeto por nuestros valores, no hacer guetos que no socializan con el resto de la comunidad o intentar en determinadas zonas imponer su cultura o su forma de vida.
¿Pero con qué hoja de ruta? Porque quizás muchas veces esos guetos se producen al sentir más cercanía entre ellos por el origen o el idioma, al mismo tiempo que el sistema no propone demasiadas alternativas. Aquí todavía no lo vemos demasiado, aunque en otras ciudades como Barcelona o París parece que sí es más común escuchar estos temas. ¿Qué proponen aquí desde el punto de vista de la gestión?
La hoja de ruta son cambios legislativos y normativos para corregir esa serie de cuestiones que hemos visto que están generando problemas. Recordemos las revueltas sociales tan grandes que hubo en Francia hace cuatro o cinco años. O en Barcelona, donde hay barrios en el centro de la ciudad en los que el catalán de a pie se siente incluso violentado o temeroso de estar allí.
¿Qué pretenden ustedes entonces?
Se trata de evitar todo eso. Garantizar una convivencia sana y armoniosa basada en la cultura y en los valores de nuestro país. Es lo que nos han transmitido nuestros padres y abuelos y yo creo que es lo que todos debemos defender. No nos podemos sentir extraños en nuestro propio país y eso está ocurriendo ahora mismo en muchas zonas del territorio español.
Entiendo que su propósito es evitar que en Canarias se puedan llegar a crear esos guetos de los que habla.
El problema de Canarias hay que focalizarlo en otra cosa: poner freno a esta inmigración descontrolada, aumentar el control de nuestras fronteras marítimas, empezar a derivar menores migrantes y una serie de políticas urgentes. Y por supuesto a medio plazo intentar tomar medidas. Sobre todo para que los inmigrantes que se van a quedar en las islas estén perfectamente integrados y todos nos sintamos cómodos.
La propuesta de que el Ingreso Mínimo Vital debe estar ligado a la búsqueda activa de empleo ha sido otra de las más llamativas. ¿No es así ya? ¿Tienen cifras de cuántos migrantes en Canarias lo reciben sin estar detrás de alguna oportunidad laboral? ¿Cómo han llegado a la conclusión de que se debe combatir esto?
Ese tema lo llevé al Parlamento de Canarias a principios de la legislatura pasada. Fue cuando se empezó a activar el ingreso mínimo vital, nosotros llevamos una propuesta defendida por mí para que aquellas personas que iban a ser beneficiadas del ingreso mínimo vital, tuvieran una búsqueda activa de empleo o formativa. Es decir, que asistieran obligatoriamente a cursos del Servicio Canario de Empleo o desempeñaran labores a la comunidad.
¿De qué manera?
No estoy hablando de formas de trabajo, pero sí de que se pusieran a disposición de los ayuntamientos para colaborar y realizar una contraprestación a ese ingreso mínimo, manutención o pensión que iban a recibir. Ahora mismo tenemos un país totalmente deficitario, donde no están garantizadas las pensiones a futuro, donde el gasto público multiplica los ingresos de la parte privada.
Para ustedes, ¿eso qué consecuencias puede tener?
Es insostenible, la deuda se multiplica y no podemos estar, entre comillas, ofreciendo ingresos o prestaciones a personas que a lo mejor no han cotizado nunca ni han aportado ni un céntimo a la caja de todos. ¿Sabes por qué? ¿Sabes por qué? Porque luego los que sí han aportado, como los pensionistas, se van a quedar sin ellos y eso no es justo.
Pero insisto en la pregunta: ¿eso ocurre a día de hoy? ¿De dónde saca el Partido Popular las cifras para decir, por ejemplo, que 550.000 migrantes en España reciben ayudas sin trabajar?
Las cifras son públicas. Soy alcalde de Barlovento y todos los ingresos mínimos vitales que tenemos en el municipio los tramitamos nosotros. Da igual que sea una persona oriunda del lugar o alguien que llegó hace siete meses de Venezuela. Si cumple los requisitos, los cumple. El problema que tenemos ahora mismo es que de la caja de todos está saliendo muchísimo y están entrando muy poco.
Entre los dirigentes del PP que estaban en el escenario este fin de semana tras Feijóo, se encontraba Domínguez. A diferencia del resto —Ayuso, López Miras o Rueda—, la comunidad que dirige es la más afectada por la migración y además debe entenderse con Coalición Canaria. ¿Hay algún matiz para las Islas en lo acordado en Murcia?
Se llegó a una serie de acuerdos en materia migratoria en términos generales: poner orden en todo el caos migratorio que está viviendo en este país, sentido común, huir de los extremos y luego cada comunidad autónoma tiene capacidad para decidir y actuar en función de la casuística que tenga cada una de ellas. Nada tiene que ver la realidad de Canarias o Baleares ahora mismo con Galicia o la Comunidad de Madrid.
¿Qué le parecen las críticas que ha recibido su formación sobre haber endurecido su discurso y estar más cerca, según algunas voces, de Vox?
Son críticas interesadas, partidistas, que lo único que buscan es enturbiar. Ahora mismo el enemigo a batir es el que ha ganado las cuatro las cuatro últimas elecciones en España: el Partido Popular. Ganó el Congreso de los Diputados, el Senado, las municipales y las europeas. Las otras fuerzas políticas y los medios que las acompañan intentan muchas veces desvirtuar un mensaje exagerándolo o minimizándolo.
¿A qué se refiere?
La parte más a la izquierda dice que son medidas que se acercan a Vox y la parte más a la derecha defiende que son medidas que se acercan al PSOE. Creo que eso es bueno porque demuestra que estás en el camino correcto, no es ni echarte para un lado ni para el otro, sino intentar buscar una coherencia argumentativa y buscar soluciones respecto a las experiencias de otros países.
El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, ha dicho que no hay nada nuevo en la propuesta de ustedes porque se realiza control en fronteras a través de Frontex y el arraigo ya está regulado.
Claro, para Torres nunca hay nada nuevo. Para él todo es igual. ¿Dónde está desplegado el Frontex? No sé, yo estoy ahora mismo aquí en mi casa y no lo veo. Es decir, Lanzarote, Fuerteventura… ¿Dónde está? Lo hemos solicitado. Y si ya hay política de arraigo e integración, ¿por qué están ocurriendo los problemas que tenemos con esos guetos en determinadas ciudades españolas? Hay ciudadanos que tienen verdadero miedo a salir a la calle y se sienten extraños en su propio país.
Veo que no comparte ni un ápice la tesis del ministro.
No es capaz de hacer ningún tipo de autocrítica para intentar mejorar o corregir lo que no funciona bien. Aquí no pasa nada, aquí no hay ningún problema y seguimos tirando para adelante. Al final son las políticas del sanchismo, aguantar lo que sea, intentar seguir en La Moncloa a toda costa.