El presidente de Nueva Canarias-Bloque Canarista, Román Rodríguez, ha vuelto a marcar distancias con Coalición Canaria, asegurando que, 20 años después de la ruptura, se repiten las mismas dinámicas políticas que llevaron a la escisión en 2005.
Según Rodríguez, la división entre el insularismo conservador de ATI-CC y el nacionalismo progresista de NC sigue inalterable, obligando a los grupos locales que han abandonado su formación a elegir entre dos modelos antagónicos para el futuro del Archipiélago.
El modelo
En un comunicado, Rodríguez ha rechazado las declaraciones del secretario general de CC y presidente de Canarias, Fernando Clavijo, quien negó estar detrás de la crisis interna de NC y sugirió que sus dirigentes deberían hacer autocrítica en lugar de buscar culpables fuera. Clavijo recordó que "quien rompió CC hace 20 años también ahora ha contribuido a romper NC".

El líder de Nueva Canarias, sin embargo, insiste en que el conflicto radica en el modelo de Canarias que defiende cada formación. Mientras acusa a CC de representar un modelo basado en el "desarrollismo, la privatización de los servicios públicos y una fiscalidad regresiva que favorece a los que más tienen", defiende que NC apuesta por un "nacionalismo progresista" que plantea una moratoria turística, un sistema fiscal más justo y la defensa de los servicios públicos y las energías renovables.
¿De qué lado están?
Rodríguez también ha sido contundente con los partidos que han abandonado recientemente NC, como el Bloque Nacionalista Rural, Asamblea de Barrios de Valsequillo y Compromiso por Firgas, advirtiéndoles de que no basta con "ponerse etiquetas", sino que deben definir con claridad si están del lado del "insularismo conservador" o del "nacionalismo progresista".
Con estas declaraciones, Rodríguez refuerza la idea de que Nueva Canarias es la única alternativa al modelo de ATI-CC, al que acusa de pretender hegemonizar la política canaria desde una visión insularista y conservadora.