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Banding, la técnica que elimina las hemorroides sin sufrimiento

Este procedimiento no requiere anestesia, no precisa Ingreso, reduce el dolor postoperatorio y permite recuperar rápidamente la rutina diaria

3 minutos

Un hombre siente dolor a causa de las hemorroides / QUIRÓNSALUD

Las hemorroides, también conocidas como almorranas, son vasos sanguíneos dilatados que pueden aparecer dentro del recto o debajo de la piel alrededor del ano. Se localizan generalmente en el ano y en el canal anal.  No se trata de una enfermedad en sí pero es un trastorno muy frecuente y prácticamente la mitad de la población sufrirá algún síntoma a lo largo de su vida.

A menudo, las hemorroides se producen como consecuencia del aumento de presión en la venas descritas, lo cual puede deberse a factores como: el esfuerzo defecatorio, el estreñimiento o la diarrea crónica, el embarazo, la posición de sentado durante periodos prolongados, la obesidad, etc. Cuando aumentan patológicamente de tamaño o se deslizan hacia el exterior provocan molestias y sintomatología: picor, escozor, dolor o sangrado.

Un trastorno muy molesto

Por lo general, no suelen suponer un problema médico de gravedad y suelen desaparecer por sí solas. De todos modos, son muy molestas, y es posible que surjan algunas complicaciones a las que debe prestar atención. El mejor tratamiento es el preventivo y lo primero que se debe hacer es modificar algunas rutinas de la vida diaria.

“Las hemorroides pueden ser externas, y por tanto cubiertas por piel, o internas, que se localizan en la parte inferior del recto, aunque pueden protruir hacia fuera a través del ano”, concreta el doctor Luis Eduardo Pérez, especialista en Coloproctología de Quirónsalud Vida.

Solución quirúrgica indolora: el banding hemorroidal

Recientemente se han incorporado nuevos procedimientos que no requieren la intervención quirúrgica del paciente, y de hecho se pueden aplicar de forma ambulatoria, sin necesidad de ingreso. Además, no son tan agresivas como la cirugía, y tampoco tan dolorosas.

Es el caso del banding o ligadura hemorroidal. Son unas gomas pequeñas que se colocan en las hemorroides, propiciando que se caigan sin que haya heridas. Es una técnica mínimamente invasiva que no emplea anestesia y puede ser practicada en consultas, con mínimas molestias y una recuperación precoz, así como alivio sintomático desde la aplicación del tratamiento. La recuperación del paciente es inmediata, sin dolor y con mejoría precoz de los síntomas.

¿Cómo se aplica?

“Este tipo de técnica busca eliminar el riego sanguíneo de la hemorroide al colocar una banda elástica de forma que esta queda “estrangulada”. Mediante un dispositivo que se introduce por vía anal podemos aspirar la hemorroide a tratar, colocando posteriormente la banda en su base y generando así la necrosis y retracción del tejido hemorroidal”, explica el doctor Pérez. 

La preparación es sencilla ya que únicamente se requiere la aplicación de un enema anal de limpieza entre 8 y 10 horas antes de llevar a cabo el procedimiento.

Los beneficios

Con el desarrollo de técnicas mínimamente invasivas como el banding, el beneficio es evidente dado que únicamente presentará unas leves molestias en el momento de la realización de la técnica.

Muy diferente al procedimiento que se aplicaba hasta ahora. “Clásicamente, el tratamiento de las hemorroides ha sido quirúrgico, con la exéresis completa de las mismas bajo anestesia locorregional, y gravada con el consiguiente dolor posoperatorio”, recuerda especialista de Quirònsalud Vida

Un posoperatorio cómodo

Después de la operación se requieren una serie de cuidados por parte del paciente, como los baños de asiento dos veces al día, como mínimo, y tras cada defecación, con agua templada y descartando el uso de geles agresivos. Además, se controlan las molestias con paracetamol y antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y otra serie de medicamentos que favorezcan la cicatrización.

La recuperación es inmediata, sin necesidad de analgesia y con un cese de los síntomas prácticamente desde el primer día. Habitualmente, se requiere el empleo de un laxante y un antibiótico los primeros días tras el procedimiento como profilaxis para el estreñimiento y la infección. “En el periodo de 7-10 días tras la técnica, en ocasiones, se produce un leve sangrado como consecuencia de la “caída” de la hemorroide tratada, que no suele generar ningún otro síntoma”, concluye el doctor.