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Hernia discal: el quirófano, la última opción

La mayoría de los tratamientos conservadores permiten controlar el dolor y hacen innecesaria la intervención quirúrgica

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Un hombre se queja de un dolor lumbar mientras hace deporte: la hernia discal es muy incapacitante / QUIRÓNSALUD
Un hombre se queja de un dolor lumbar mientras hace deporte: la hernia discal es muy incapacitante / QUIRÓNSALUD

Una hernia discal es el desplazamiento o rotura del disco intervertebral que se produce con más frecuencia en la parte baja de la espalda. Es una de las causas más comunes de dolor lumbar, y también de la ciática. Es una patología que entre el 30 % y el 40% de la población tendrá a lo largo de su vida.

Aunque una hernia de disco a veces puede ser algo muy doloroso, la mayoría de las personas se sienten mucho mejor con solo unas pocas semanas o meses de tratamiento no quirúrgico. Gracias a las técnicas de rehabilitación y al desarrollo de las terapias de control del dolor, la gran mayoría (en torno al 90%) no necesita pasar por quirófano para resolver este problema de salud, que puede prevenirse con un adecuado control del peso y un buen estado físico.

Tratamiento conservador

“Intentamos que la mayoría de la gente con hernias de disco no se opere”, apunta el neurocirujano de Quirónsalud Tenerife y Quirónsalud Costa Adeje el doctor Luis Pérez Orribo.  El especialista explica que cuando se diagnostica una hernia se deben agotar todas las opciones conservadoras, como la planificación de una buena rehabilitación o un buen control del dolor, con bloqueos o infiltraciones.

 “De esta forma, sólo el 10% de las personas con hernias de disco terminan en quirófano: aquellas que tienen una clínica neurológica o un déficit neurológico que les incapacita", subraya el neurocirujano.

La cirugía, la última alternativa

Las personas con hernia que se operan de la columna son aquellas que tienen un intenso dolor que se prolonga en el tiempo (a partir de 6-8 semanas) y que no les deja caminar o que sufren crisis de dolor incapacitantes. También acaban pasando por el quirófano los que padecen una afectación clara de la fuerza de las piernas o de la función esfinteriana o, incluso, cuando la médula está comprometida.

El doctor Pérez Orribo señala también que, aunque es la última opción después de haberlo intentado todo, cuando una persona entra en quirófano tiene que tener claro que lo hace en un entorno de máxima seguridad y que el resultado de este tipo de cirugías es muy bueno. De hecho, los pacientes se levantan al día siguiente y a las 48 horas se pueden ir de alta.

Prevenir la lesión

Para evitar esta lesión, el especialista de Quirónsalud insiste en que es fundamental "no tener sobrepeso, mantener un buen estado físico, tener una musculatura del tronco fortalecida y bien activa y evitar manipular grandes pesos”.

 

 

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