El cáncer de cuello de útero es una de las principales enfermedades oncológicas que afectan a las mujeres en todo el mundo. Su principal causa es la infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH), un virus de transmisión sexual.
Aunque este tipo de cáncer representa aproximadamente el 3% de todos los tumores femeninos, su impacto es significativo, especialmente porque suele diagnosticarse en edades relativamente tempranas. La media de diagnóstico es de 48 años, pero casi la mitad de los casos se detectan antes de los 35.
El cáncer de cérvix o cáncer de cuello uterino es la cuarta neoplasia más frecuente en mujeres a nivel mundial. La edad media de diagnóstico es de 48 años. La estimación de nuevos casos de cáncer de cérvix en España para el 2024 es de 2.259 casos.
Medidas de protección
Aun así, el cáncer de cuello de útero es una enfermedad prevenible y tratable si se detecta a tiempo. “La vacunación, los controles ginecológicos periódicos y las pruebas de cribado son herramientas esenciales para reducir su incidencia”, concreta el doctor José Antonio Pérez Álvarez, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Quirónsalud Tenerife.
Además, los avances en cirugía robótica han mejorado significativamente el tratamiento en fases iniciales, ofreciendo a las pacientes una mejor calidad de vida y mayores posibilidades de curación. La concienciación y la prevención siguen siendo las mejores estrategias para combatir esta enfermedad.
La importancia de la prevención
La prevención del cáncer de cuello de útero es clave para reducir su incidencia y mejorar el pronóstico de las pacientes. Según los especialistas, existen diversas estrategias eficaces para minimizar el riesgo de desarrollar esta enfermedad:
- Vacunación contra el VPH: La vacuna contra el virus del papiloma humano es una de las medidas más eficaces para prevenir la infección y, en consecuencia, el desarrollo del cáncer de cuello uterino.
- Revisiones ginecológicas periódicas: La detección temprana de lesiones precancerosas es fundamental para evitar la progresión del tumor.
- Pruebas de cribado: Además del tradicional test de Papanicolaou (citología), el test de detección del VPH permite identificar la presencia del virus en etapas tempranas.
- Estilo de vida saludable: Evitar el tabaquismo, llevar una alimentación equilibrada y mantener un sistema inmunológico fuerte contribuyen a reducir el riesgo de infección por VPH y el desarrollo de cáncer.
Síntomas y diagnóstico precoz
En sus primeras fases, el cáncer de cuello de útero suele ser asintomático, lo que hace que su diagnóstico precoz sea crucial. Sin embargo, a medida que la enfermedad avanza, pueden aparecer algunos síntomas característicos.
Un sangrado vaginal anormal, especialmente después de las relaciones sexuales; dolor pélvico persistente sin causa aparente, flujo vaginal con mal olor o de color inusual e incluso molestias durante las relaciones sexuales son los más comunes. Ante cualquiera de estos signos es fundamental acudir a un ginecólogo “para realizar una evaluación adecuada y descartar posibles patologías”, enfatiza el doctor Pérez Álvarez.
La cirugía robótica
El tratamiento del cáncer de cuello de útero depende del estadio en el que se diagnostique. Cuando la enfermedad se detecta en fases tempranas, la tasa de curación es muy elevada. En estos casos, la cirugía es una de las opciones principales y, en la actualidad, la cirugía robótica representa un gran avance en la ginecología oncológica.
“Esta tecnología permite una intervención quirúrgica más precisa y menos invasiva, con ventajas como un mayor control en la extirpación del tejido tumoral, menos complicaciones postoperatorias, una importante minimización del dolor tras la cirugía y una recuperación más rápida de la paciente”, afirma el doctor Pérez Álvarez.
“En estadios más avanzados, el tratamiento puede combinar diferentes estrategias, como la radioterapia y la quimioterapia, para mejorar el pronóstico de la paciente”, concluye.