La ubicación de los acampados por una vivienda digna deja en el aire el regreso del Rastro

El Ayuntamiento de Santa Cruz y el Gobierno de Canarias se tiran la pelota el uno al otro sobre la localización del campamento

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Rastro de Santa Cruz de Tenerife. / Archivo
Rastro de Santa Cruz de Tenerife. / Archivo

La próxima reubicación del popular Rastro de Santa Cruz de Tenerife en su localización habitual se va a encontrar con una situación incómoda de manejar, pues lo primero son las personas. Y es que los acampados por una vivienda digna se encuentran instalados en la avenida donde Santa Cruz asegura que en junio volverá el rastro, tras más de dos años de ausencia por la pandemia.

Un contexto que ya tuvo un capítulo similar  el pasado mes de diciembre cuando el campamento estaba instalado en la plaza de La Candelaria y se acercaba la Navidad. Entonces, tras avances en las negociaciones con el Consistorio capitalino y una orden previa de desalojo presentada por Guillermo Díaz Guerra, de la que TSJC explicó que no vulneraba los derechos de los acampados por la ausencia de permiso para ello, impulsó que en la víspera de Nochebuena regresaran a la que fue su primera ubicación cuando comenzaron las protestas, frente al edificio de Presidencia de Gobierno.

Bermúdez señala al Gobierno

Ahora, desde el ayuntamiento vuelven a insistir que quien tiene que tomar medidas en el asunto es el Ejecutivo regional. “Es quien tiene que atenderlo junto. Nosotros, los hemos recibido y nos hemos reunido en numerosas ocasiones y algunas de sus peticiones se las hemos atendidos, pero la mayoría tiene que ayudar a resolverlas el Gobierno”, explica el alcalde de la ciudad a Atlántico Hoy, José Manuel Bermúdez. 

“Lo que me sorprende es que ni siquiera les atiendan ni se reúnan y que permitan que sigan ahí per sécula seculórum”, señala el regidor municipal, que tiene el convencimiento de que a los afectados de la acampada “no les gusta estar ahí y desde luego a la ciudad tampoco. No es plato de buen gusto”.

Desatendidos

Además, Bermúdez cree que el Gobierno “debe abrir una mesa de diálogo” con ellos. “Hay demandas que se pueden atender y hay otras que son muy difíciles”, porque dependen de normativa europea o española. 

Finaliza el alcalde que, según le cuentan los afectados por la vivienda, “no se les atiende, no se les escucha y no hay una persona responsable que le puedan dar una respuesta y pasan los meses y no es agradable, en primer lugar para ellos”.

"Que se pongan las pilas"

En la misma línea se sitúa Carlos Tarife, concejal de Servicios Públicos del ayuntamiento por parte del Partido Popular, mantiene un enfrentamiento interno con el alcalde y el edil de Promoción Económica, Alfonso Cabello, por esa reubicación del rastro sobre la que Tarife pide que se estudie nuevas localizaciones y no junto al Mercado de Nuestra Señora de África.

“Yo creo que los acampados están esperando que el Gobierno de Canarias haga su trabajo, y mientras no lo hagan van a seguir acampados”, expone el edil. “Lo que hay que pedir al consejero del Ramo -Sebastián Franquis- y a Ángel Víctor Torres es que se pongan las pilas”, añade Carlos Tarife.

El gobierno señala a Santa Cruz

Por su parte, el Ejecutivo regional, no ha querido mostrarse muy elocuente frente a este medio de comunicación al trasladar las consultas respecto a la situación del campamento, que siguen esperando soluciones de la consejería de Viviendas.

Así, trasladaron que “esas preguntas se deben dirigir al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, ya que el suelo en el que está situada la acampada es de su competencia”, pasando de nuevo la pelota al Consistorio y los más afectados, los acampados, en el centro de todo.

Preocupación del rastro

También desde la propia organización del Rastro de Santa Cruz de Tenerife han mostrado su “preocupación” por esa incómoda situación que, a día de hoy, no cuenta con salida. “Los chicos llevan un tiempo ahí tras estar en la plaza de la Candelaria. Vamos a ver cómo se arregla, que sí Dios quiere, que se arregle”, expresó la presidenta de la Asociación del rastro, Carmen Tejera.