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Santa Cruz

La borrasca 'Celia' deja pérdidas de más del 50% en los bares del centro de Santa Cruz

Algunos locales tuvieron incluso que cerrar, aunque los que cuentan con un salón grande lograron mantenerse sin grandes pérdidas

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Viandantes en Santa Cruz de Tenerife protegiéndose con el paraguas de la lluvia que acompaña a la borrasca Celia./ EFE/Ramón de la Rocha Canarias

Los bares y cafeterías del centro de Santa Cruz de Tenerife perdieron más de la mitad de su facturación habitual el lunes, cuando más arreció la borrasca Celia. Los más afectados, sin duda, fueron los que dependen de sus terrazas para captar clientes. En el lado opuesto, los bares que cuentan con un salón interior o que se sitúan en centros comerciales notaron menos la tormenta, algunos incluso facturaron más.

Es el caso del Café Goiano, en la plaza Bulevar, que tiene acceso interno al centro comercial con el mismo nombre. "Ayer fue mejor que cualquier día normal", cuenta a Atlántico Hoy su encargado. "Todas las mesas de la terraza las pasamos al centro comercial, donde caben muchas más. La gente quería meterse dentro", asegura, y afirma que consiguieron entre un 10% y un 15% más de facturación que cualquier otro lunes.

Otros, como la cafetería Santa Gloria, que vende productos panaderos y pasteleros, vieron la disminución solamente reflejada en la pérdida de la terraza. "No pudimos sacar las cinco mesas que tenemos fuera, pero dentro fue normal. Perdimos un 20% de clientela aproximadamente debido a la terraza", explica su encargada.

Sin terraza no hay clientes

En el extremo opuesto, bares como el Wine & Tapas, en la calle Ruiz de Padrón, no tuvieron ni oportunidad de abrir. "Solo tengo una mesa dentro, no iba a abrir si no podía tener la terraza", indica su dueño. El local perdió el 100% de su facturación, pero haber abierto podría haberle supuesto tener que asumir también daños materiales provocados por las fuertes rachas de viento de hasta 45 kilómetros por hora que se registraron en la capital.

Algunos locales muy dependientes de sus terrazas trataron de capear el temporal. Cerca del Wine & Tapas, en la plaza del Príncipe, el Kiosko del Príncipe tuvo que renunciar al 80% de sus mesas, ya que 20 de las 25 que tiene están en terraza, bajo los árboles de la plaza, y el riesgo de caída de ramas impidió utilizarlas. Lo mismo le ocurrió al bar Derby, en la calle Pérez Galdós, que no tiene ninguna mesa en el interior y depende íntegramente de las diez que tiene en la terraza. A pesar de haber instalado una pérgola de plástico para cubrirlas, casi nadie acudió el lunes a la cafetería, que perdió el 75% de sus ingresos.

"El día fue terrible", comenta la dueña de La Moncloa, un restaurante en la calle Puerto Escondido, que no vio a más de la mitad de los clientes que acuden habitualmente un lunes a desayunar y comer. En los alrededores, se repite la estampa. Muchos locales tienen la mayoría de sus mesas en la calle y, aunque las montasen, nadie iba a sentarse en ellas. La mayoría de las terrazas tuvieron un 0% de ocupación.

Destrozos en las terrazas

Algunos montaron una sola mesa a modo de señuelo. "Pusimos una mesa en la terraza, para que la gente supiese que estábamos abiertos, pero aun así perdimos al 90% de la clientela que solemos tener", dicen desde el Salzza Salad Bar, un restaurante de ensaladas al gusto del cliente afincado en la calle La Luna.

"El problema es la gente de Santa Cruz. Cuando llueve, la gente se esconde", comenta el dueño del Rincón de Pelu, aunque sí reconoce que el viento le rompió una contraventana y decidió no montar la terraza para evitar males mayores. Muchos locales han sufrido daños. En Royal Hamburguesa, las ráfagas destrozaron las mamparas con las que protegen del viento las ocho mesas que tienen en terraza, por lo que tuvieron que renunciar a ellas. En el Rincón del Pan, al lado de la hamburguesería, varias sillas y el palo de una de las sombrillas resultaron dañados.

Peor por la tarde

En cualquier caso, algunos locales indican a Atlántico Hoy que la tarde fue peor que la mañana. "Ni siquiera vinieron los clientes habituales. Por la mañana fue algo mejor, pero desde que salieron los niños del colegio no vino casi nadie. ¿Quién quiere salir con los niños con la tarde así?", indica la encargada del bar La Garriga, en la calle Pérez Galdós.

Algunos locales tuvieron la suerte de que el temporal coincidió, al ser lunes, con su día de libranza. En cualquier caso, de los que abrieron, la mayoría sufrieron pérdidas de entre el 50% y el 75%. La mejora de las condiciones climatológicas a partir del martes ha permitido a muchos bares y cafeterías recuperar lentamente su facturación y comenzar a arreglar los desperfectos que Celia ha dejado en sus terrazas.