Edificio de Prácticos del puerto de Santa Cruz de Tenerife./ ARCHIVO
Edificio de Prácticos del puerto de Santa Cruz de Tenerife./ ARCHIVO

Los prácticos del puerto de Santa Cruz vuelven a su histórico edificio tras una década exiliados

La obra de rehabilitación de la Casa de Prácticos fue entregada en julio y la Autoridad Portuaria de Tenerife ya ha aprobado la concesión para que vuelvan al edificio

Álvaro Oliver González, redactor jefe en Tenerife

Los prácticos del puerto de Santa Cruz de Tenerife regresan a casa. Este lunes, el BOE ha anunciado la concesión administrativa a favor de la Corporación de Prácticos de los Puertos de Tenerife, S.L. para volver a ocupar el conocido como Edificio de Prácticos o Casa del Práctico, un inmueble ligado al servicio de practicaje desde mediados del siglo XX y situado en el muelle norte junto al Club Náutico.

El acuerdo, adoptado por el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria el 29 de septiembre, establece un plazo de concesión hasta el 14 de octubre de 2032. Según el anuncio, la empresa abonará una tasa anual de ocupación de 42.718,48 euros y otra de actividad de 322,75 euros. Con esta resolución, la entidad regulariza de forma definitiva su uso del inmueble tras un largo periodo de obras y traslados provisionales.

Un edificio con historia

El edificio de los prácticos es una de las construcciones más singulares del frente marítimo de Santa Cruz de Tenerife. Su origen se remonta a 1945, cuando la Comandancia Militar de Marina solicitó a la Junta de Obras del puerto la creación de una casa para los prácticos que sirviera como base de operaciones y punto de observación sobre la dársena. El proyecto fue diseñado por el arquitecto Tomás Machado y Méndez Fernández de Lugo, figura destacada del racionalismo canario de posguerra, y aprobado por la Dirección General de Puertos y Señales Marítimas. Las obras concluyeron en 1947.

De líneas depuradas y proporciones equilibradas, la construcción se inspira en el puente de un buque y combina formas curvas y horizontales con una caseta de vigía en su azotea, desde donde los prácticos supervisaban las maniobras de entrada y salida de los barcos. Durante décadas, el edificio fue el corazón operativo del practicaje en la capital tinerfeña, además de un hito arquitectónico en el paisaje portuario.

Una década fuera de casa

El inmueble fue desalojado hacia finales de 2014, cuando la Autoridad Portuaria emprendió la primera gran rehabilitación de la historia del inmueble. Aquel proyecto, cofinanciado por la propia entidad y la Corporación de Prácticos, tuvo un presupuesto aproximado de 600.000 mil euros y se centró en la recuperación estructural del edificio, muy deteriorado por el paso del tiempo y la exposición al mar.

Durante las obras, los prácticos se trasladaron primero a unas oficinas en barracones en el muelle de ribera y posteriormente a una ubicación provisional junto al muelle norte. La primera fase concluyó hacia 2016, y en 2024 se licitó una segunda actuación destinada a la redistribución interior, la renovación de instalaciones y la mejora de la eficiencia energética, con un presupuesto de 438.899 euros. Esa última fase permitió completar la restauración integral del inmueble, que fue entregado a mediados de 2025.

El edificio, de tres plantas y planta semisótano, ha recuperado su aspecto original tras las sucesivas intervenciones. Su imagen blanca, de inspiración náutica y racionalista, vuelve a destacar en el entorno del muelle norte como testimonio de la arquitectura portuaria del siglo pasado.