Un señor comprando en una administración de lotería premio. / Europa Press
Un señor comprando en una administración de lotería premio. / Europa Press

Las tres administraciones de Canarias que siempre dan premios en la Lotería de Navidad: nunca fallan

Descubre cuáles son las administraciones de lotería en Canarias que cada año atraen largas colas por su historial de premios y por qué se han convertido en auténticos templos de la suerte en Navidad

luna moya

La historia del Sorteo Extraordinario de Navidad se remonta a principios del siglo XIX, una época en la que España necesitaba recaudar fondos para sostener la Hacienda pública. Corría el año 1812 cuando las Cortes de Cádiz aprobaron un sistema de lotería bajo el nombre de Lotería Moderna, un antecedente directo del sorteo actual. Curiosamente, ese primer premio no se llamó todavía “El Gordo”, pero sentó las bases de una tradición que, dos siglos después, sigue marcando el arranque sentimental de cada diciembre en miles de hogares de Canarias y la península.

Con el tiempo, el sorteo evolucionó hasta recibir oficialmente el nombre de Lotería de Navidad en 1892, consolidándose como el evento más esperado del año. Sus bombos, sus números cantados y la voz de los niños de San Ildefonso se convirtieron en un ritual colectivo que combina ilusión, costumbre y un toque casi mágico. Quizá por eso cada diciembre se repite la misma escena: colas interminables ante las administraciones con fama de repartir fortuna, lugares que se han ganado a pulso su reputación.

Administraciones afortunadas

La tradición de comprar décimos en establecimientos “tocados por la suerte” es casi tan antigua como el sorteo mismo. Aunque todos los boletos tienen exactamente la misma probabilidad de resultar agraciados, la realidad es que el volumen de ventas y la historia de premios influyen en dónde acuden los jugadores. En Canarias, tres administraciones destacan año tras año por su capacidad para atraer colas, esperanzas y titulares.

La Chasnera

La primera es la ya legendaria gasolinera La Chasnera, en Granadilla de Abona, Tenerife. Conocida en todo el país, funciona como una especie de Doña Manolita canaria. Su fama no es fruto de la casualidad: cada año acumula premios de diferentes sorteos, lo que atrae a más compradores y refuerza su reputación como punto caliente de la suerte. Ese efecto bola de nieve ha hecho que La Chasnera sea sinónimo de décimos afortunados, un fenómeno que sigue creciendo mientras los viajeros se detienen expresamente a comprar allí antes de llegar al aeropuerto.

La Brujita de Telde

En segundo lugar se encuentra La Brujita de Telde, en Gran Canaria, probablemente la administración más mediática de la isla. Disponen incluso de un portal donde registran todos los premios repartidos: La Primitiva, la Bonoloto, sorteos semanales y, por supuesto, el Gordo de Navidad. Su historial es tan extenso que se ha ganado un lugar fijo en el imaginario colectivo de los canarios, que suelen señalarla como destino obligatorio cuando llega diciembre.

El Timple Dorado

La tercera administración que completa este podio afortunado es El Timple Dorado, en Las Palmas de Gran Canaria. Con 82 años de historia, presume de ser la primera administración de la provincia de Las Palmas, fundada en 1941. Ubicada en el Mercado de Vegueta, ha crecido junto al propio barrio y mantiene una clientela fiel que cada año confía en que la tradición se repita. Su trayectoria —salpicada de premios en distintos sorteos— refuerza su posición como uno de los lugares con más fortuna del Archipiélago.