La muerte de dos bomberos al intentar apagar las llamas de un coche en la calle Lilos de Alcorcón (Madrid), híbrido enchufable concretamente, ha abierto el debate sobre los problemas para sofocar un incendio en vehículos con este tipo de baterías o si suponen algún peligro.
Los hechos ocurrieron el pasado miércoles cuando un vecino procedía a entrar al garaje de su edificio con un vehículo marca Porsche. Según las primeras hipótesis, todo apunta a que el conductor aceleró por causas desconocidas y se produjo una deflagración tras el choque, que provocó el fuego y el colapso de un techo. Ambos profesionales fallecieron, uno de ellos tras intentar rescatar a su compañero. Además 14 efectivos tuvieron que ser atendidos.
Métodos diferentes
Antonio Sánchez, director de I+D+i en EAVE Canarias; Daniel Ojeda, delegado de la Unión Sindical de Policías y Bomberos (USPB); y Cristóbal Gómez bombero del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, coinciden en que se trata de un tipo de incendio que requiere de unos métodos de intervención diferentes y que la modificación de los protocolos o la dotación de más medios es todavía una asignatura pendiente.
Por su parte Ramón Amorin, CEO de Canary Charger, señala también que esta tecnología supone una intervención especial pero, al igual que Sánchez, Ojeda y Gómez, niega que estos vehículos sean más peligrosos que uno de combustión. A esta opinión se suma Vicente Cámara, oficial de la zona norte de Bomberos de Tenerife, quien señala también esa necesidad de mejorar los protocolos pero apunta que en la isla hay medios para hacer frente.
Estadísticas
Sánchez subraya que las estadísticas apuntan que hay menos incendios de vehículos eléctricos que de combustión. "Como cualquier sistema que almacena energía hay que llevarlo con responsabilidad, pero hay que recordar que los vehículos eléctricos están diseñados con diferentes capas de protección".
El director de I+D+i en EAVE insiste en que las estadísticas señalan que la probabilidad de incendio es menor. "Es una tecnología diferente y requiere de conocimiento", apunta reconociendo que "sí es más complicado de apagar". A su parecer, lo importante es tener las técnicas para hacer frente y mejorar los medios. "Tenemos que ponernos las pilas y ya estamos trabajando en ello", cuenta. Además ha ofrecido todo el respaldo y apoyo a los efectivos de seguridad.
Recomendaciones complejas
El riesgo no es mayor, pero lo que ocurre es que la intervención se complica porque este tipo de baterías no puede extinguirse ya que se autoconsumen solas y los bomberos proceden solo a enfriar. Cristóbal Gómez recuerda que los protocolos para intervenciones vehículos eléctricos como tal no existen, pero sí para actuar en incendios de vehículos.
"Que se haya producido por un vehículo eléctrico condiciona un poco, porque los protocolos hay que modificarlos. Ahí entraría el trabajo nuestro dentro de nuestras instituciones para poder actuar con mejores garantías de seguridad", asegura. El problema, según Gómez, es que los fabricantes hacen recomendaciones sobre cómo actuar, que son complejas a la hora de implementarlas los bomberos por falta de medios y formación reglada.
Por su parte, Cámara también considera que se deben mejorar, aunque recuerda que pueden actuar de cara a un incendio de estas características. "En Tenerife por ejemplo realizamos una formación hace dos años a través de profesionales con experiencia, así como un ingeniero. En todos los parques hay material", cuenta.
Aprendizaje
Por su parte, Daniel Ojeda cuenta que en el caso de Las Palmas de Gran Canaria afortunadamente solo han tenido que actuar en algún hecho aislado de incendio en coche híbrido, pero que se ha solventado.
En base a su experiencia, señala que la falta de personal o de la actualización de los protocolos son los principales problemas a los que se enfrentan. "Tenemos compañeros capacitados que han ido por su cuenta a hacer cursos para tener conocimientos. También es necesario reiterar la necesidad de tener camiones bien equipados", cuenta.
"Se ha generado un falso temor"
Al parecer el coche afectado es un Porsche híbrido enchufable, un hecho que ha generado "un falso temor sobre cualquier vehículo que lleve batería", señala Roberto Amorin. El empresario subraya que este tipo de vehículos tienen entre 60 y 70 litros de gasolina al lado de una pequeña batería. "Puede arder como arden todos los coches cuando tienen un accidente. En el sector estamos muy seguros de que la condición de vehículo eléctrico no tiene nada que ver", asegura.
Amorin explica que las baterías vienen en un "sarcófago de seguridad" donde se encuentra protegido ante impactos normales. "Es un temor infundado cuando hablamos de una tecnología que simplemente requiere otra manera de intervención. Por ejemplo, si vuelca un camión con ácido sulfúrico, la intervención de los bomberos requiere unos métodos distintos", valora.