El Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla —conocido como Fibes— habrá puesto este lunes el aire acondicionado a funcionar. Es lo mínimo que podían hacer los organizadores de la cumbre de la ONU en la capital andaluza para que los casi 70 jefes de Estado presentes aguantaran los 42 grados de máxima que convirtieron la ciudad en un infierno. Dentro del recinto, ajenos al calor, debatieron sobre las desigualdades entre occidente y el tercer mundo.
La urbe hispalense fue testigo de cómo arrancó la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo, un evento que no tenía lugar desde hacía 10 años, cuando se celebró en Addis Abeba (Etiopía). Se consiguió diálogo y entendimiento, pero pocos compromisos sobre uno de los grandes problemas en el continente africano: una deuda que asfixia a varios países como Kenia, donde solo pueden dedicar el 3% del presupuesto a la sanidad.
Compromiso político
Una década después, el foco está puesto en sacar pecho sobre la cooperación internacional, un asunto donde Canarias lleva cierta ventaja —aunque falta camino por recorrer— que puede servir como ejemplo para la cumbre de la ONU. En definitiva, si los asistentes han viajado hasta Sevilla, serán capaces de coger el telescopio para mirar unos 1.470 kilómetros más abajo con el objetivo de ver qué se ha hecho.
Antes de entrar en materia —como en cualquier tema complejo de esta vida— hay que ir despacio. La base para entender el acuerdo que Naciones Unidas firmará en España —sin apartados vinculantes, solo como compromiso político— es el abandono de Estados Unidos de las ayudas al desarrollo con los estados que más lo necesitan. Una salida que la ONU hará ver cómo que no es relevante.

"Esclavitud e imperialismo"
“La situación del tercer mundo y de África en particular es muy complicada. Tiene que ver con tres fenómenos en los que Occidente está presente: “La esclavitud, el imperialismo, el colonialismo, la ocupación del propio continente y su readaptación al neocolonialismo”, explica Germán Santana, director del Máster de Relaciones Hispano Africanas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).
La realidad ha hecho que países como Kenia tengan una deuda sobre sus hombros imposible de pagar —hasta el punto de que deben destinar cerca del 20% de sus cuentas anuales para sufragar, al menos, una parte dejan a un lado aspectos urgentes como la sanidad o la educación—. “Hay una disparidad muy grande entre el pago de la deuda y cubrir las necesidades básicas de un Estado”, afirma el experto.

Comercio con África
¿La consecuencia? Una represión hacia los ciudadanos muy difícil de gestionar para buena parte de la población. Muchas veces la respuesta desde occidente pasa por colaborar y Santana apunta que desde Canarias se ha apostado a lo largo de los últimos años por una cooperación que le parece interesante basada en la formación a personal cualificado dentro de los países africanos.
“El comercio con África se ha multiplicado exponencialmente en las últimas décadas y va a seguir así, además, porque las inversiones cada vez son mayores. De hecho, sobrepasan la del continente americano. Aparte hay otra problemática que interesa al Archipiélago, que es el control migratorio y la seguridad”, prosigue.

"Experienciaas novedosas"
“Las Islas por lo menos están lanzando”, dice, “algunas experiencias que pueden ser provechosas y ser novedosas”. Pone sobre la mesa que muchas pueden servir de ejemplo para la cumbre de la ONU en Sevilla, pero que no solo tienen la posibilidad de fijarse en Canarias, sino también en otros lugares del mundo —por ejemplo, en el norte de Europa— donde también han llevado a cabo acciones “positivas”.
Menciona el caso de la ULPGC, donde forman a enfermeros y médicos de Mozambique; o también las becas que ofrece el Gobierno autonómico con el objetivo de instruir a personal africano. “Esa experiencia es positiva y novedosa, pero no va a servir para nada, si no se cambian las reglas del juego”, destaca. Para él, la clave pasa por modificar las normas del comercio internacional o la democratización de la tecnología.
Alternativas concretas
“Occidente tiene estrangulados a los países africanos económica y políticamente, etc. ¿Qué ocurre? Que a veces también se pone el énfasis en la cooperación y, aunque bienvenida sea, no hay que centrarse tanto en ella. No solo lo pienso yo, sino también muchos africanos y analistas en la última década”, reflexiona.
En el caso de la cumbre de la ONU, una de finalidades es repensar el modelo desde el multilateralismo, aunque muchos expertos han alzado la voz para advertir que quizás no es la mejor fórmula al no traducirse en alternativas concretas que puedan paliar el infierno económico, político y social que azota al continente africano.
Movimientos sociales
“Lo que está claro es que África no va a aguantar ese ritmo, tendremos un continente con millones y millones de muertos si no cambiamos la situación”, apunta. Santana indica que cada día mueren en el continente alrededor de 2.000 personas por desnutrición y la mitad vive en extrema pobreza. “Los niños y las niñas están en chabolas, conviviendo con las ratas y con las cucarachas todos los días”, expresa.
La respuesta más conocida son los importantes movimientos sociales de migración hacia occidente —que presiona el sistema en Canarias— y no siempre por parte de las personas más desfavorecidas. El experto apunta que también ocurre con los sectores medios que no consiguen un salario que supere los 200 o 300 euros al mes a pesar de enfrentarse a una fuerte subida de los precios.
Santana señala que el sentido de la cooperación en el Archipiélago ha sido positivo en las últimas décadas, “pero eso no vale de nada si no transformamos las reglas del juego, quedarán en saco roto”. “Si nosotros formamos a personal cualificado, pero si las energías y las riquezas del mundo están en manos de unos pocos, lo que ocurrirá es que esa población cualificada acabe en un avión, en una patera o en un cayuco”, sentencia.

