Hubara Canaria, una de las especies en peligro de extinción.  IMAGEN DE LA RED
Hubara Canaria, una de las especies en peligro de extinción. IMAGEN DE LA RED

Canarias pone en marcha nuevos planes de recuperación ante el riesgo de extinción de 11 especies

La introducción de conejos, la ganadería, los residuos o la constante construcción en las zonas costeras están favoreciendo la desaparición de algunas de las especies únicas que habitan las islas

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La introducción de conejos, la ganadería, los residuos o la constante construcción en las zonas costeras están favoreciendo la desaparición de algunas de las especies únicas que habitan las islas. La previsible desaparición de 11 especies ha llevado al Gobierno de Canarias a elaborar nuevos planes de recuperación de dichas especies, a fin de no perderlas para siempre. 

Se trata de las plantas pico de fuego, picocernícalo, yerbamuda de Jinámar, cardo de Tenteniguada, escobilla de Guayadeque, piñamar, piña mayor, el drago de Gran Canaria y los lagartos gigantes de El Hierro y Tenerife, así como la hubara canaria. Todos están en peligro de extinción por la mano del hombre, tanto de forma directa como indirecta.

Justo por ello es la mano del hombre la que está luchando ahora por favorecer la reproducción de estas especies. La Dirección General de Espacios Naturales y Biodiversidad ha aprobado los decretos de los planes de recuperación de estas especies, que están actualmente en trámite de consulta pública. 

Escasa población

Todas estas especies ya han sido objeto de planes de recuperación en el pasado, que sí que favorecieron la protección de las especies, pero que solo fueron un primer paso para conseguir que se mantuvieran. Algunas de ellas están en una situación muy crítica, como el drago de Gran Canaria, del que solo quedan 61 ejemplares, de los que solo 13 son adultos. 

Este árbol se encuentra en zonas de difícil acceso, justo eso es uno de los factores que dificulta su reproducción, debido a derrumbes, sequías, la presencia de cabras y conejos, pero también por la presión antrópica, que ha fragmentado su hábitat, según recoge el plan. 

El problema de los conejos

La introducción de conejos y la presencia de ganado es uno de los principales factores que ponen en peligro de extinción a estas especies según los planes de recuperación. Es el caso de las plantas pico de fuego y picocernícalo, en La Palma, de las que se ha habido momentos en los que solo ha habido 2 y 3 ejemplares, respectivamente. 

El principal condicionante a la hora de abordar la recuperación de estas especies es “la dificultad, y la incapacidad que ha existido hasta el momento actual, de eliminar el principal factor de amenaza para estas dos especies, que es la presencia de herbívoros introducidos en sus áreas de distribución”. 

Sucede de forma similar con la yerbamuda de Jinámar o la escobilla de Guayadeque, que han disminuido principalmente por la presencia de conejos y de otros herbívoros. Pero la mano humana también ha sido un importante causante de que algunas de estas especies estén en peligro de extinción. 

Escobilla de Guayadeque.BIOTAR. MESA COELLO
Escobilla de Guayadeque. BIOTA R. MESA COELLO

La acción humana

En el caso de la yerbamuda, un proceso de “extracciones masivas de áridos, obras de infraestructura viaria, desarrollo urbanístico residencial, comercial e industrial, apertura de pistas, vertidos incontrolados” provocó la reducción de su hábitat. 

Similar sucede con la hubara, según recoge el plan, la caza, el expolio de los nidos y el deterioro del hábitat por sobrepastoreo fueron las primeras causas que provocaron la paulatina desaparición de este ave, aunque actualmente el desarrollo urbanístico, la construcción de infraestructuras, las actividades extractivas de áridos y las actividades humanas al aire libre lo están acelerando. 

Los gatos

Para los lagartos gigantes de El Hierro y Tenerife, sin embargo, la principal amenaza son los gatos y en menor medida las ratas, que les han relegado a solo estar presente en acantilados de difícil acceso, ese a que los registros calculan que estas especies antes estaban presentes en toda su isla.

Los planes de recuperación se fijan objetivos de aumentar las especies, a través de la distribución de semillas, de su reproducción en viveros o en centros de fauna, la protección de las especies que ya están en el medio natural o fomentar un mayor conocimiento para evitar que la actividad humana afecte a las especies.