Canarias presenta uno de los niveles más bajos de años de vida saludable de España, tanto al nacer como a partir de los 65 años, según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2024 elaborado por el Ministerio de Sanidad. El dato, que mide cuántos años se viven sin limitaciones importantes por problemas de salud, se consolida como uno de los principales retos estructurales del sistema sanitario canario.
En concreto, la población canaria espera vivir 78,0 años con buena salud al nacer, frente a los 79,4 años de media estatal. La diferencia se amplía en la población mayor: a los 65 años, los canarios disponen de 17,6 años de vida saludable, un año menos que la media española, situada en 18,6 años. La brecha es persistente y afecta tanto a hombres como a mujeres, situando al Archipiélago entre las comunidades con peores resultados en este indicador clave de calidad de vida.
Enfermedades crónicas
Este dato cobra especial relevancia en un contexto de envejecimiento progresivo de la población. Canarias ha superado en 2024 los 2,23 millones de habitantes, con un crecimiento demográfico sostenido en la última década. Al mismo tiempo, el informe constata que una de cada cinco personas en España tiene 65 o más años, una tendencia que también se reproduce en el Archipiélago y que incrementa la prevalencia de enfermedades crónicas, limitaciones funcionales y necesidades de cuidados de larga duración.
El propio informe refleja que los años vividos con problemas de salud se concentran especialmente en las edades avanzadas, lo que intensifica la presión sobre la atención primaria, los servicios hospitalarios y los dispositivos de cuidados. En Canarias, esta realidad se cruza con una menor esperanza de vida global —82,5 años frente a los 83,8 de media nacional— y con indicadores de salud mental y enfermedades crónicas que siguen una tendencia creciente, especialmente en la población adulta y mayor.
Esfuerzo económico
Pese a este escenario, el esfuerzo económico de la Comunidad Autónoma es significativo. Canarias destinó 4.098 millones de euros a sanidad pública, lo que representa el 8,4% de su PIB, uno de los porcentajes más altos del país. El gasto sanitario por habitante, con 1.865 euros, se sitúa por encima de la media estatal. Sin embargo, el informe pone de relieve que un mayor esfuerzo presupuestario no se traduce automáticamente en más años de vida saludable, lo que apunta a la influencia de factores sociales, económicos y territoriales que van más allá del sistema sanitario estrictamente asistencial.

A ello se suma un elemento estructural relevante: Canarias no dispone de Centros, Servicios o Unidades de Referencia (CSUR) del Sistema Nacional de Salud, lo que limita la capacidad de resolución de patologías complejas en el propio territorio y obliga a derivaciones fuera de las islas. En un contexto de envejecimiento y aumento de la cronicidad, esta ausencia adquiere un peso específico en la planificación sanitaria a medio y largo plazo.
Coordinación
El informe no habla explícitamente de déficit sociosanitario, pero sí describe un escenario en el que más población vive más años con limitaciones, lo que sitúa en el centro del debate la necesidad de coordinación entre sanidad y servicios sociales, especialmente para atender a personas mayores con dependencia, multimorbilidad o problemas de salud mental.
En conjunto, los datos oficiales dibujan una realidad clara: Canarias vive más años, pero no necesariamente mejor, y el reto ya no es solo prolongar la vida, sino ganar años de vida saludable. Un objetivo que, según el propio diagnóstico del Ministerio, exige actuar no solo sobre el sistema sanitario, sino también sobre los determinantes sociales, la prevención, la atención a la cronicidad y la respuesta al envejecimiento poblacional.
