Canarias registra un 45 % menos de divorcios que hace 20 años
Canarias registra un 45 % menos de divorcios que hace 20 años

Canarias registra un 45 % menos de divorcios que hace 20 años

El cambio en los modelos de pareja, la práctica desaparición de las separaciones y el auge de la mediación explican esta caída

Alberto Ley

Actualizada:

Canarias ha registrado una reducción del 45 % en los divorcios y separaciones en los últimos 20 años. En 2024 se contabilizaron 4.567 disoluciones matrimoniales en el Archipiélago (4.411 divorcios y 156 separaciones), frente a los más de 8.200 casos registrados en 2004. El descenso, que comenzó tras la reforma legal de 2005, se mantiene estable desde 2020, según los datos publicados el pasado martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En detalle, el año pasado se registraron 2.388 divorcios en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y 2.073 en Las Palmas, muy por debajo de las cifras de hace dos décadas, cuando solo la provincia oriental sumaba 4.500 divorcios y separaciones en un solo año.

Cambios sociales clave

Para divorciarse, primero hay que estar casado. Y esa es, precisamente, una de las claves del descenso. Cada vez menos parejas formalizan su relación mediante matrimonio, lo que deja fuera del radar estadístico muchas rupturas de hecho. Así lo explica Maribel Matías, abogada y mediadora familiar: “Las personas ya no tienden a casarse. Entonces, desde el punto de vista legal, el divorcio procede cuando uno está casado. Si se casa menos gente, se divorcia menos”.

La letrada destaca que “a nivel social, el nivel de parejas y de separación será similar, incluso superior” al de hace 20 años, pero muchas de esas rupturas no pasan por el juzgado, especialmente entre parejas que conviven sin registrar su unión.

Adiós a las separaciones

Otra variable que explica la caída global es la desaparición progresiva de las separaciones judiciales. Mientras que en 2004 eran muy habituales, hoy su uso es residual: apenas 156 casos en todo el Archipiélago en 2024. Esto se debe a la reforma de 2005 que permitió el divorcio directo, sin necesidad de separarse previamente.

“Antes la ley exigía que te separaras como una segunda oportunidad por si te reconciliabas”, recuerda Matías. “Hoy la gente va directamente al divorcio, ya no necesita pasar por esa fase intermedia”.

Divorcio "exprés", no siempre

La reforma legal de 2005 popularizó el término "divorcio exprés", aunque para Matías esta etiqueta tiene más de social que de jurídica: “La palabra exprés muchas veces no va acorde con lo que ocurre en el juzgado. Lo que agiliza realmente es que no haya hijos ni bienes que discutir”.

Este tipo de procesos se tramitan en su mayoría de mutuo acuerdo, ya sea en sede judicial, por decreto o por escritura pública ante notario, una fórmula que representa ya el 13,8 % de los divorcios en España.

Mediación familiar al alza

Otro de los cambios es el auge de la mediación familiar, promovida por las administraciones públicas. El Gobierno de Canarias ofrece este servicio como alternativa al proceso contencioso. Según Matías, la nueva Ley 1/2025 refuerza esta vía: “Casi que es un paso obligado intentar negociar o mediar”.

No obstante, advierte que aún falta cultura ciudadana en torno a la mediación: “El ciudadano necesita ser más educado. Yo soy muy pro mediación porque los acuerdos entre las partes son más efectivos que los que impone un juez”.

Custodia compartida, nuevo estándar

El crecimiento de la custodia compartida, que superó el 49 % de los casos en 2024, es otro síntoma del cambio. Para la mediadora, se trata de un avance que reconoce la corresponsabilidad de ambos progenitores: “Antes la figura materna era la que prevalecía. Hoy se reconoce que tanto el padre como la madre pueden ejercer las mismas funciones”.

Eso sí, insiste en que debe aplicarse caso por caso: “No se puede imponer si uno de los progenitores no ha estado presente en la vida del menor. Lo fundamental es siempre el interés del menor”.

Perfil estable del demandante

En cuanto al perfil de quienes se divorcian, Maribel Matías no detecta grandes variaciones: “Suelen ser parejas jóvenes, entre los 30 y los 40 años. También hay personas que se divorcian por segunda o tercera vez. Pero el perfil general se mantiene”.

El descenso del número de divorcios no implica necesariamente menos rupturas, sino que refleja una sociedad que ha cambiado sus formas de convivir, separarse y resolver los conflictos familiares.