En Canarias, la temperatura media durante el año 2022 fue de 19,1ºC. Es una anomalía de 0,8ºC sobre la media de la serie de referencia y, según la Agencia Estatal de Meteorología de Canarias (Aemet), representa un carácter “muy cálido”. De esta forma, y con estos valores, el año se puede calificar “como el cuarto más cálido desde 1961”.
El valor medio de las precipitaciones acumuladas fue de 308.6. mm, valor de precipitación que “corresponde a un carácter normal”, alcanzando el 106% de la precipitación media esperada, según la serie de referencia. Ha sido el 23º año más húmedo desde 1961.
David Suárez, delegado de la Aemet en Canarias, explica que “las anomalías positivas siguen las tendencias de lo observado en los últimos años a nivel global y localmente en Canarias", y que "estas tendencias al alza entran dentro de lo esperado en un contexto de calentamiento global y cambio climático”.
Episodios extraordinarios
Durante el mes de julio se produjeron dos olas de calor. La primera entre los días 9 y 11 que, atendiendo al criterio de temperatura media de las máximas, “fue la segunda más cálida de entre las 41 que se han registrado desde 1975, quedando en primer lugar la ola de calor de julio de 2012”. La segunda se dio entre los días 24 al 26. En esta segunda ola se midieron la mayor parte de las máximas del año.
La aproximación de la tormenta tropical Hermine también forma parte de estas anomalías en el clima. El mes de septiembre se convirtió en el más húmedo desde 1961, con 107,5 mm de precipitación media. Se encuentra lejos del septiembre más húmedo de la serie, que fue el de 1967, en el que se registraron 38.4 mm de media. “Durante septiembre de 2022 se superó el 500% de la precipitación media esperada, según la serie de referencia, otorgándole un carácter extremadamente húmedo”.
"Las consecuencias del cambio climático son ampliamente conocidas: subida del nivel del mar, aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, pérdida de la biodiversidad, aumento de la competencia por el agua, migraciones climáticas...", expone Suárez.
Muertes atribuibles a las altas temperaturas
Al cierre de 2022, el Archipiélago registró un total de 40 muertes que fueron consecuencia de las olas de calor que vivieron las islas, según los últimos datos publicados por el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo). En lo que se refiere al conjunto de España, en 2022 5.876 fallecimientos fueron atribuibles a las altas temperaturas registradas a lo largo del verano. El objetivo del sistema MoMo es identificar las desviaciones de mortalidad diaria observada con respecto a la esperada según las series históricas de mortalidad, y permite estimar de forma indirecta el impacto de cualquier evento de importancia en salud pública.
Sin embargo, el estudio Heat-attributable mortality in the summer of 2022 in Spain, publicado en la revista Epidemiology, recoge de forma más fidedigna las muertes causadas por el calor. La investigación se basa en las propias cifras del sistema, pero redefiniendo el calor extremo, que es lo que según el estudio dispara las cifras y las sitúa en niveles mucho más altos que los normales. El estudio calcula que 6.738 fallecimientos estuvieron causados por temperaturas moderadamente elevadas y 5.316 por las extremas. El 60% de ellas se produjeron en el mes de julio.
El diciembre más cálido
Canarias también despidió el 2022 con el diciembre más cálido desde 1961, "unas temperaturas muy inusuales para esa época del año". Además, la Aemet hace hincapié en que la pluviometría presentó “una marcada diferencia” entre las dos provincias: en Las Palmas hubo una precipitación total de 20,4 milímetros, lo que supone un carácter seco, y en la de Santa Cruz de Tenerife, 81,7 milímetros, equivalente a un carácter normal.
El año hidrológico en curso, que se inició el 1 de octubre de 2022, presenta de momento un carácter muy seco, con una precipitación acumulada de 61,4 milímetros, lo que corresponde a un 44% del valor esperado. En la provincia de Las Palmas la precipitación total es de 30,5 milímetros, el séptimo peor valor desde 1961, y en la de Santa Cruz de Tenerife, de 98,5 milímetros, el undécimo más seco de la serie histórica.