El Gobierno comienza el proceso para declarar como BIC la Casa de Torres, en Teguise

El objetivo es que la casa se convierta en un museo, en una sala de arte y que tenga usos relacionados con actividades culturales

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Interior y exterior actual de la Casa de Torres, en Teguise / CICOP
Interior y exterior actual de la Casa de Torres, en Teguise / CICOP

La Casa Torres de Teguise está un paso más cerca de convertirse en un museo y un lugar que fomente la cultura en Lanzarote. Se trata de uno de los edificios más singulares del casco histórico del municipio y el Gobierno de Canarias ya ha dado el primer paso para que se le considere un Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento. 

Se trata de una edificación que data del siglo XVIII y que contiene elementos históricos que la diferencian del resto de antiguas viviendas de la Isla. La Casa de Torres está incluida en el Catálogo Arquitectónico del Plan General de Ordenación del Municipio, lo que ya le otorga cierto grado de protección, pero es la categoría de monumento la que permitirá llevar a cabo el proyecto que lo convierta en un centro cultural de referencia en Lanzarote. 

¿Por qué es especial la Casa de Torres?

No es fácil descubrir el origen de la actual Casa de Torres, ya que los cambios de propiedad durante los siglos XVII y XVIII lo impiden en gran medida. Lo que sí se conoce es que Antonio Torres Rivera fue quien la rehabilitó. 

Entre compras y ventas del inmueble, uno de los propietarios fue el capitán Gaspar Rodríguez Carrasco, uno de los vecinos más importantes de Teguise en el tránsito de los siglos XVII y XVIII. Gaspar, que los últimos días de su vida los pasó viajando entre Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote, fue un hombre preocupado por la salud pública, la educación y la formación religiosa, invirtiendo grandes sumas de dinero para ello.

A pesar de la importancia del capitán como uno de los principales compradores de la casa, el que ha conseguido dejar de legado su nombre en la antigua vivienda es Torres. En Lanzarote ganó peso como propietario e inversor de capitales en toda clase de empresas agrarias. Dicha coyuntura explica que la vivienda donde residía de forma permanente en Teguise, muy cerca de la parroquia, se convirtiera en objeto de admiración y estima.

Interior y exterior actual de la Casa de Torres, en Teguise / GOBIERNO DE CANARIAS
Interior y exterior actual de la Casa de Torres, en Teguise / GOBIERNO DE CANARIAS

Valores arquitectónicos

Según la publicación del Boletín Oficial de Canarias (BOC), actualmente hay muy pocas casas que sean capaces de conservar las construcciones y los recursos de carpintería tan bien como la de Torres, lo que potencia su valor arquitectónico. 

Sus rasgos son extrapolables a muchas manifestaciones de la arquitectura tradicional por quedar fundamentadas en amplios muros de mampuesto y piedra, además de contar con recursos carpinteriles en los corredores del patio y otros componentes básicos como techumbres, puertas y ventanas.

Interior y exterior de la Casa de Torres, en Teguise / CICOP
Interior y exterior de la Casa de Torres, en Teguise / CICOP

Otros valores de la vivienda 

Los materiales que dan forma a la propia vivienda también realzan el valor histórico que ha viajado con la edificación desde hace tres siglos. De hecho, “la última dueña de la casa conservó muchos de los bienes muebles, lo que es una gran ventaja para iniciar el proceso de musealización”, explicó Barroso.

La Casa de Torres es también un muestrario de materiales y posibilidades edificativas que fueron recurridas en la isla durante los siglos del Antiguo Régimen. Así, por ejemplo, conserva atractivos testimonios de piedra en toda clase de componentes, especialmente en las gradas de acceso desde el exterior, el pavimento del zaguán o el más cuidado de otras dependencias por medio de losetas. Algunas estancias tienen ladrillos vidriados de colores verde y amarillo, habituales en construcciones canarias del siglo XVIII e importados habitualmente desde Andalucía.

Tras las reformas contemporáneas, el inmueble conserva estos elementos en algunas partes del pavimento de la cocina y comedor, los corredores bajos del patio y, sobre todo, la antesala o primer lateral del mismo patio, ahora cerrado. 

Museo a la vista 

El objetivo será convertir la Casa de Torres en un museo y un espacio donde desarrollar e impulsar diferentes acciones culturales por medio de la denominación de BIC en la categoría de monumento. La vivienda señorial cuenta con dos plantas y varias habitaciones que podrán albergar las diferentes actividades de ocio. 

Se trata del primer edificio con valores históricos que el Área de Cultura del Gobierno de Canarias adquirió para la difusión de los valores patrimoniales tanto de la Isla como de Canarias. 

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