Los episodios de racismo en Canarias crecieron el 32% en 2021 con respecto a 2019

Por primera vez, la tasa de delitos por racismo y xenofobia se situó por encima de la media nacional

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Agentes de la Policía Local / Cedida
Agentes de la Policía Local / Cedida

Los delitos de odio aumentaron en Canarias en 2021, sobre todo los relacionados con el racismo y la xenofobia. Durante ese año se produjeron 40, 1,84 por cada 100.000 habitantes. Esa tasa es la más alta registrada desde que empezó a llevarse la contabilidad de este tipo de hechos, y por primera vez se sitúa por encima de la media nacional (1,43).

Con respecto a 2020, el aumento de la tasa de delitos de odio por racismo fue del 66,9%. Pero las estadísticas de ese año pueden estar influidas por el confinamiento. En la comparación con 2019, el crecimiento también es notable: un 32,1% más.

Los datos están extraídos del Portal Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior, que este lunes presentó el Informe sobre la evolución de los delitos de odio. El informe tiene una periodicidad anual y se realiza desde 2014. Si no se tiene en cuenta 2020, la tendencia ascendente de los delitos por racismo y xenofobia se remonta a 2017. El año pasado, la tasa de ese tipo de delitos fue un 115% más alta que la registrada cuatro años antes.

Los delitos totales, por debajo de la media nacional

A nivel general, la tasa de delitos de odio en Canarias en 2021 se situó por debajo de la media nacional: 3,04 por cada 100.000 habitantes en el Archipiélago y 3,8 en toda España. Las comunidades con las tasas más altas fueron País Vasco (11,92), Navarra (6,8), Madrid (4,93) e Islas Baleares (4,77). La región con la tasa más baja fue Extremadura, con 1,6 por cada 100.000 habitantes.

El informe explica que los delitos de odio "son delitos cometidos contra personas que son intencionalmente seleccionadas por una característica específica que le es inherente, como puede ser su raza, orientación sexual, ideología, religión etc. a las que se infringe un grave daño, no solo físico, sino también emocional". Y añade que "buscan menoscabar la dignidad de esa persona y que es inherente a nuestra condición de seres humanos, que supone ser reconocidos como iguales por parte de todos los integrantes de la sociedad. Por ello, la gravedad de estas conductas de intolerancia reside en que niegan esa condición humana, resquebrajan el derecho a desarrollar su vida en paz, armonía, libertad y por ende, lacran el compromiso de la sociedad con el pluralismo y la diversidad".

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