El Gobierno de Canarias anunció a finales del año pasado el Plan Estratégico de Infraestructuras Educativas 2024-2035 con el objetivo de mejorar la calidad de las clases impartidas tanto en colegios como institutos públicos del Archipiélago. Entre los propósitos marcados en el documento está eliminar las aulas prefabricadas —en su momento llamadas barracones— de los centros a partir de un estudio exhaustivo.
La Consejería de Educación tiene cuantificadas 186 en la comunidad autónoma. Son espacios que se levantaron porque hubo una época donde en determinadas zonas tensionadas como Lanzarote, Fuerteventura, el sur de Tenerife o el sureste de Gran Canaria no había espacio suficiente para ubicar al alumnado. Ahora que la situación ha mejorado, el área dirigida por Poli Suárez pretende borrar hasta 51 aulas modulares del mapa a lo largo de 2025.
Beneficiarios
Iván González, director general de Infraestructuras y Equipamientos, cuenta a Atlántico Hoy que la medida beneficiará a unos 1.275 jóvenes —de media, hay alrededor de 25 personas por cada aula prefabricada—. Desde que el movimiento se haga efectivo, podrán dar clases dentro de su colegio e instituto con normalidad y en mejores condiciones.
Es un asunto importante al tener en cuenta que son estudiantes en lugares con dificultades de escolarización, por lo que esas infraestructuras se establecieron de manera temporal para hacer frente al problema. Explica que antes de tomar la decisión analizaron las que están instaladas en cada una de las islas y observaron cómo distintas circunstancias permitían eliminarlas.

Ampliación de centros
Las razones son muy variadas como la ampliación de centros o la apertura de otros nuevos que permite la creación de nuevas plazas de manera definitiva. Pero la cosa no queda ahí porque desde la Dirección General han creado un grupo de trabajo junto a la Inspección Educativa con la finalidad de observar a fondo “todas y cada una de las aulas modulares de Canarias”.
Detalla que la Inspección ha acudido a los centros, se ha reunido con los equipos directivos y se ha hecho un análisis de si son necesarias. La razón es que algunas se inauguraron hace más de una década y no se ha estudiado si aún son útiles. Sin ir más lejos, varias “ya no se estaban utilizando para el fin para el que se crearon”.

La retirada por islas
Puede que a estas alturas alguien se pregunte cuántas se van a suprimir en cada isla a lo largo de 2025. González comenta que de Fuerteventura desaparecerán ocho —donde hay 19 en total—, en Tenerife quitarán 37 de 68, en Gran Canaria retirarán tres de 38 y en Lanzarote tres de 56. Mientras, en El Hierro solo hay una en pie —que por lo pronto seguirá existiendo—, en La Palma tienen cuatro y en La Gomera no hay ninguna.
El director general de Infraestructuras y Equipamientos matiza que las aulas prefabricadas actuales no tienen nada que ver con las de hace muchos años, conocidas como barracones. “Antes eran de un tamaño mucho más reducido y no tenían las condiciones necesarias para impartir clases”, señala.
Condiciones
Sostiene que ahora son más grandes, disponen de aire acondicionado y permiten la instalación de pizarras digitales. “Es decir, que ya tienen una mejoría, pero aún así nosotros optamos por unas instalaciones permanentes y de mayor calidad”, exclama.
González destaca que el plan ha generado que a lo largo de 2025 —con toda probabilidad en el segundo semestre— vayan a publicar otro que será consecuencia del primero. En él especificarán cuál va a ser la planificación de cara a los próximos años en cuanto a la retirada progresiva de las aulas modulares.
“Por otro lado, también nos planteamos la transformación de algunas de estas aulas modulares en construcciones permanentes, pero preindustrializadas, que ahora están desarrollándose mucho en el mundo de la arquitectura. Se crean de una manera mucho más rápida que la construcción tradicional y que su calidad es mucho mayor que las modulares”, sentencia.
