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Vista del paso fronterizo de Beni Enzar, Melilla / EFE

Los empresarios de Melilla: "Marruecos usa la ciudad como moneda de cambio igual que a Canarias"

La relación comercial entre ambos territorios vive desde hace tiempo momentos de tensión por el bloqueo administrativo por parte del reino alauita

La frontera comercial entre Melilla y Marruecos se puede ver. Incluso atravesarla. Pero en la práctica no existe. Desde el año 2018 ha pasado a un segundo plano mientras que la mayor parte de las mercancías se transportan desde la Península hasta el país alauita con un recorrido triangular. Aunque se vive con cierta normalidad, los empresarios están molestos.

Enrique Alcoba, presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME-CEOE), aseguró hace unas semanas —según recoge La Razón— que la inseguridad jurídica está paralizando a las compañías a mover mercancías entre ambos territorios. Algo similar ocurre en Ceuta y Canarias podría ser —quizás— una vía para mover los productos hacia África.

Canarias no es viable

Antonio González, secretario general de CEME-CEOE, detalla en declaraciones concedidas a Atlántico Hoy que en realidad no sería viable desde un punto de vista económico. Detalla que les resulta más práctico utilizar los puertos de Almería o Algeciras. “No tiene mucho sentido pasar por el Archipiélago porque incrementaría los costes logísticos”, sostiene.

El representante de la patronal recuerda que la aduana con Marruecos está abierta y que el problema principal es el trámite administrativo porque, al ser largo, puede suponer que productos como el pescado pierdan frescura “No compensa y encarece el producto”, dice. “Antes había flexibilidad en el tránsito, ya eso no existe, ahora tardas varios días”, añade.

Vista del paso fronterizo de Beni Enzar, Melilla / EFE

Régimen de viajeros

Ahora bien, apunta que la verdadera traba que está poniendo Marruecos tanto en Ceuta como en Melilla es el llamado régimen de viajeros. Es decir, si un viajero compra algún producto en el país africano y regresa con él a Melilla el aduanero “se lo quita”. “Sea una caja de leche o una simple botella de agua”, apostilla el secretario general de CEME-CEOE.

A la pregunta de si Marruecos es un vecino complicado y si cree que utiliza a la ciudad autónoma como moneda de cambio, González responde tajante: “Sí, igual que a Canarias”. Asegura que el reino alauita presiona, sobre todo en Europa, para defender sus intereses. “Utilizan la inmigración y el terrorismo como arma”, asevera.

Vista de un paso fronterizo en Ceuta / EFE

Llegada de pateras

Apunta que Marruecos, para conseguir lo que se propone, amenaza con mandar pateras para Canarias; empieza a presionar la valla de Ceuta o de Melilla; o “no controlar a los yihadistas”. Por otro lado, explica que ante la difícil relación con Marruecos están cambiando el modelo económico de la ciudad.

“Antes estaba basado esencialmente en el intercambio comercial con Marruecos vía terrestre y ahora se está trabajando en turismo, universidad y el sector tecnológico, sobre todo a través de las bondades fiscales de Madrid”, sentencia.

Ceuta

El otro territorio que también convive con una frontera terrestre es Ceuta. Juan Manuel Parrado, el secretario general de su confederación de empresarios, apunta en declaraciones a este medio que “a nadie se le escapa qué tipo de país es Marruecos y qué normas de funcionamiento tiene”.

Eso sí, sostiene que “desde el sector empresarial no podemos entrar a valorar cuáles son las relaciones políticas, debe hacerlo el Gobierno de España apoyándose en la gran fortaleza que supone la Unión Europea (UE), una institución que es nuestra gran baza”. 

Sin normas claras

“Pero bueno, ahí la verdad es que se nos escapa. Nosotros bastante tenemos con reclamar las condiciones básicas en las que queremos que se haga una aduana comercial y el resto no está en nuestras manos”, prosigue.

En cuanto al transporte de mercancías, coincide con González en que “la vía canaria no es una opción realista por la distancia geográfica” porque supone realizar un trayecto que supera los 1.000 kilómetros. “No tendría mucho sentido”, exclama. Aclara que Algeciras, por ejemplo, es una opción más factible.

Además, relata que no están trayendo “prácticamente nada” y “mucho menos exportando” por la falta de seguridad jurídica. “No hay normas claras de funcionamiento, no están limitadas las cantidades y las infraestructuras no son adecuadas”, concluye.