Marruecos ha dado un salto estratégico con la apertura en Benslimane, a unos 35 kilómetros de Casablanca, de una fábrica destinada a producir el dron merodeador SpyX, un tipo de munición capaz de localizar y destruir objetivos mediante impacto directo. La instalación está impulsada por una empresa israelí integrada en Israel Aerospace Industries (IAI), uno de los gigantes del sector defensa a escala mundial.
La planta es la primera en el norte de África y Oriente Medio dedicada a este tipo de armamento fuera de territorio israelí, y forma parte de un programa que incluye transferencia tecnológica y formación específica para ingenieros marroquíes, un paso clave para consolidar una base industrial de defensa propia.
Diferentes cargas explosivas
El SpyX pertenece a la categoría de drones suicidas: puede recorrer hasta 50 kilómetros, permanecer en vuelo alrededor de hora y media y emplea un motor totalmente eléctrico. Su despliegue se realiza desde raíles instalados en vehículos y admite diferentes tipos de cargas explosivas de pequeño tamaño. Según sus desarrolladores, el sistema logra una precisión cercana al metro y se lanza contra el objetivo a una velocidad aproximada de 250 kilómetros por hora.
El proyecto se enmarca en el acercamiento acelerado entre Marruecos e Israel desde los Acuerdos de Abraham, firmados a finales de 2020, que normalizaron las relaciones entre ambos países con el aval de la Administración estadounidense de Donald Trump. Como contrapartida, Washington reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, lo que remodeló por completo el tablero regional.
Pacto Rabat-Tel Aviv
Tras aquel paso diplomático, Rabat y Tel Aviv sellaron en 2021 un pacto militar considerado uno de los más amplios firmados por Marruecos, que abrió la vía a proyectos conjuntos de producción de armamento, entre ellos el que ahora cristaliza en Benslimane.

El trasfondo geopolítico sigue marcado por el conflicto del Sáhara Occidental, donde los enfrentamientos entre Marruecos y el Frente Polisario volvieron a estallar hace cuatro años, rompiendo décadas de relativa calma. De forma paralela, el Consejo de Seguridad de la ONU ha respaldado recientemente la posibilidad de que el territorio sea autónomo dentro de Marruecos, sin cerrar aún el debate sobre la autodeterminación.
Blindados indios
El movimiento industrial marroquí no se limita a Israel. Rabat ha pactado también la instalación en su territorio de centros de producción vinculados a los drones turcos de Baykar y a blindados desarrollados por la firma india Tata Advanced Systems Limited, dentro de un plan más amplio para reforzar su autonomía militar.
Ese proceso de modernización exige una fuerte inversión. El presupuesto de defensa marroquí para 2026 alcanzará los 157.171 millones de dirhams, unos 14.700 millones de euros al cambio actual, lo que representa un incremento del 17,7% respecto al ejercicio vigente.
La puesta en marcha de esta nueva fábrica, situada a escasa distancia del archipiélago canario, añade un elemento adicional de atención estratégica para España, en un contexto regional cada vez más dinámico y militarizado.

