Yacimiento arqueológico de El Julan, en El Hierro./ ISLAS CANARIAS.
Yacimiento arqueológico de El Julan, en El Hierro./ ISLAS CANARIAS.

Así es el desconocido yacimiento arqueológico de Canarias: grabados en lava de hace más de mil años

Esta joya del patrimonio arqueológico canario alberga algunas de las inscripciones en piedra mejor conservadas del archipiélago

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Durante los últimos años, el interés por conocer el pasado de las poblaciones prehispánicas de Canarias ha despertado un especial interés por la arqueología. A raíz de importantes hitos, como la inclusión de Risco Caído y el paisaje cultural de las montañas sagradas de Gran Canaria en la Lista de Patrimonio Mundial del UNESCO en 2019, así como los nuevos descubrimientos y la reactivación de campañas, el pasado de Canarias está más presente que nunca

En este ámbito, como en tantos otros, por cada nueva certeza surgen aún más preguntas acerca de estas sociedades aborígenes que fueron doblegadas por la espada a lo largo del siglo XV y olvidadas, víctimas de una indeferencia casi generalizada, hasta fechas recientes. Pese a todo el legado de los aborígenes sigue oculto -o no tanto- esperando ser descubierto y, sobre todo, interpretado y comprendido.

Aunque no sean tan conocidos como los podomorfos de Tindaya, o las pintaderas de la Cueva Pintada de Gáldar o los tagoror de Tenerife, en Canarias existen otras manifestaciones culturales rupestres que pueden arrojar luz sobre las poblaciones que habitaron en estas islas siglos atrás. En este sentido, el yacimiento arqueológico de El Julan, en El Hierro, nos acerca a una escritura ancestral que, sin embargo, a día de hoy aún no somos capaces de descifrar.

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Paetroglifos en El Julan./ ISLAS CANARIAS.

Escrituras sobre lava

A falta de testimonios escritos en papel, para adentrarnos en la forma de vida de los pueblos aborígenes debemos aprender a leer las inscripciones en piedra, a menudo grabadas sobre coladas de lava con los materiales que tenían a mano. Así, mediante estas ténicas, los primeros pobladores de Canarias modelaban el paisaje para crear espacios de reunión, funerarios o rituales como el mencionado yacimiento de El Julan.

En la zona sudoccidental de la isla, y con el Mar de las Calmas bajo nuestros pies, se alza este yacimiento donde los bimbaches realizaron numerosos petroglifos con motivos geométricos, podomorfos o zoomorfos, pero también inscripciones en líbico-bereber, esa escritura ancestral que, si bien no ha podido ser traducida de manera fiable, es una prueba de la procedencia norteafricana de los primeros pobladores.

El Julan posee una atmósfera de lugar sagrado coronado por su impresionante tagoror, que corona la zona en una ubicación privilegiada. A su alrededor distintas cavidades, utilizadas como espacios funerarias o de habitación -como la cueva de Juan Baltasar- y un impresionante acumulación de conchas marinas que podría ser resultado de los desechos de banquetes o rituales, donde se han encontrado restos de pescados como vieja o morena.

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Los bimbaches eligieron un paraje de difícil acceso para ubicar el tagoror y los grabados./ ISLAS CANARIAS.

Redescubiertos en el siglo XIX

Entre fuertes pendientes y tierras poco fértiles, el sacerdote y arqueólogo Aquilino Padrón redescubrió este enclave en el último cuarto del siglo XIX, dejando constancia y reproduciendo los grabados, en distintos paneles, que los pastores habían denominado Los Letreros. Un año después, su hermano Gumersindo Padrón descubrió otra estación, que denominó Los Números, para establecer diferenciación con el panel geométrico y figurativo.

A pesar de lo recóndito de este lugar que el antropólogo René Verneau describió como "una comarca es seca y árida, no produce sino algunas hierbas esmirriadas donde pacen, sueltas, un gran número de cabras salvajes", los arqueólogos han determinado que fue un importante asentamiento durante cerca de mil años. Todo ello con la información extraída hace casi medio siglo, fecha de la que data la última excavación en El Julan.