Los funcionarios de prisiones se hartan y piden más protección en las cárceles de Gran Canaria

El sindicato Tu Abandono Me Puede Matar se ha manifestado por las agresiones sufridas en los centros penitenciarios de Las Palmas I y Las Palmas II y solicitan que se considere agentes de autoridad a los funcionarios de prisiones

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Sindicato Tu Abandono Me Puede Matar protesta contra las agresiones que sufren de mano de los presos  ATLÁNTICO HOY
Sindicato Tu Abandono Me Puede Matar protesta contra las agresiones que sufren de mano de los presos ATLÁNTICO HOY

El sindicato Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), compuesto por funcionarios de prisiones, se ha concentrado a raíz de las agresiones sufridas en los últimos días en los centros penitenciarios de Las Palmas I y Las Palmas II. A razón de los incidentes, piden a las instituciones que se les conceda el reconocimiento como agentes de autoridad, con la intención de verse más protegidos en circunstancias de ataques por parte de los internos. Asimismo, exigen una mayor formación y una equiparación de apoyos con los centros de la Península, teniendo en cuenta la insularidad. 

El pasado lunes 26 de junio, un empleado público de Las Palmas II sufrió una agresión a manos de un interno. Al tratar de solventar un conflicto entre dos internos, uno de ellos propinó varios puñetazos al funcionario en ojo izquierdo, mandíbula, tórax y otras extremidades. El preso ya contaba en su historial con agresiones previas. Según exponen desde la delegación sindical, el centro ubicado en San Bartolomé de Tirajana es la cuarta prisión más conflictiva de España. 

Figuras de autoridad

Gonzalo Legazpi, representante de TAMPM en la provincia de Las Palmas, manifiesta que se están sufriendo múltiples agresiones en los centros. Considera que uno de los principales motivos es la falta de consecuencias para los internos al cometer estos ataques. “No es normal que un interno que ha agredido a un compañero siga en la prisión”, declara. Por esta razón, solicitan una mayor acción por parte de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y que el Gobierno “se dé cuenta” de que requieren ser considerados figuras de autoridad. 

“No conlleva ningún gasto económico para ninguna institución concedernos este reconocimiento. Para nosotros es fundamental. Los propios internos comentan que sale gratis pegar a un funcionario. Al no contar con esta condición, cuando acudimos a un juicio, quedan en unas simples faltas. Esto conlleva a que los presos no muestren respeto. Las agresiones se han ido incrementando y no sabemos hasta qué punto va a llegar la situación”, denuncia Legazpi.

Prisión deJuan Grande / INSTITUCIONES PENITENCIARIAS
Prisión de Juan Grande / INSTITUCIONES PENITENCIARIAS

Clímax tenso

Rafael es el funcionario penitenciario afectado por la agresión. Lleva destinado en el centro Las Palmas II dos años y medio. Ahora mismo se encuentra de baja y ha solicitado una orden de alejamiento a través del servicio jurídico con el que cuenta el sindicato. Está dispuesto a emprender todas las medidas judiciales que estén en sus manos. Espera que la Secretaría General traslade al interno, quien se encuentra en aislamiento, lo antes posible. Lo “más probable”, plantea, es que el preso sea derivado a un centro en la Península que esté preparado para “este tipo de internos”. 

“Hay varios módulos que albergan a los internos conflictivos en los que se viven muchos incidentes, como agresiones, presiones, un clímax de tensión”, cuenta el empleado. Debido a esto, atestigua que tienen más posibilidades de que ocurran situaciones como la vivida. Rafael expresa que “no puede ser que este perfil de preso, que sobrepasa la línea hasta el punto de agredir a un funcionario, a los pocos meses, esté en un módulo ordinario”. Opina que si no se consigue un clímax “más ordenado” y “recuperar la autoridad”, no se tratará de un “caso aislado”, sino que “se repetirá en muchísimas prisiones del país”. Por ello, pide que desde la Secretaría General, sean más tajantes, ya que “se han centrado en exceso en el tratamiento y han dejado de lado la parte regimental”, puntualiza. 

Miedo de ir a trabajar

Los funcionarios penitenciarios denuncian que no se trata solo del “tema físico”, sino también psicológico. “No puede ser que vayamos al trabajo con miedo de sufrir una agresión”, declara el empleado agredido. El reconocimiento como personal de autoridad les aportaría más seguridad en su puesto laboral, según el sindicato. Expone que los maestros que acuden a dar clase o el personal sanitario sí tienen reconocida la condición de autoridad, “mientras que nosotros que convivimos con los presos, no se nos considera como tal”.

La identificación como autoridad supondría un cambio en las sanciones impuestas a los internos a la hora de agredir a un funcionario de prisiones. TAMPM comenta que una agresión o desobediencia están tipificadas de otra manera cuando se es reconocido como autoridad. “La administración debería ser más contundente si quiere atajar el problema que está habiendo en prisiones”, concluye Rafael. 

El sindicato Tu Abandono Me Puede Matar también protesta contra la falta de personal, problema que afecta a “todas las prisiones” del país. La carencia de formación es otro de los aspectos que les afecta. Detallan que se realizan cursos cada tres o cuatro años. Además, estos son selectivos, es decir, solo se imparten a 15 o 20 empleados públicos de los centros penitenciarios, donde hay cerca de 400 funcionarios por prisión. Esto conlleva a que “muchas veces no sepan cómo actuar”. Y esperan que se tenga en cuenta las condiciones de insularidad que sufren en las islas y perjudica a los equipos con los que cuentan y falta de apoyo.