Desde niña, Matilde Gómez tuvo claro que quería ser ginecóloga: “No médica, ginecóloga”, aclara con seguridad. A día de hoy es una de las profesionales del ámbito de la ginecología más respetadas y aplaudidas dentro y fuera de la isla de Tenerife. Con una dilatada trayectoria en hospitales y clínicas, además de su rol como comunicadora y escritora del libro Mujeres sin Reglas, Matilde conoce todos las fases del ciclo vital de las mujeres.
Ella, junto a otras cuatro ponentes, se han sumado al cartel de un evento pionero en la isla de Tenerife: Menopausia sin Reglas. La Laguna 2025. El climaterio, a pesar de ser una de las fases naturales de la vida de las mujeres, ha sido históricamente invisibilizado a la sombra del estigma. Por mucho que sus efectos causen síntomas tan molestos como temidos sofocos o la dolorosa sequedad vaginal, la medicina y el conjunto social tienen una deuda acumulada con la información que se ha brindado sobre la menopausia, no sólo con las personas que la transitan, sino con las que la pasarán o acompañarán en ese proceso.
A fin de paliar, no sólo los sofocos o la niebla mental, sino la desinformación como el mayor prejuicio que tienen y que han tenido que soportar las mujeres, el movimiento Menopausia Power trae este sábado 24 de mayo, a La Laguna Gran Hotel, las amenas ponencias de: Matilde Gómez, ginecóloga y obstetra; Ana Lombardía, psicología y sexología; Bárbara Munar, nutricionista y Laura Rojas, fisioterapéuta especialista en suelo pélvico.
Omitida de la vida
[Pregunta] Pese a ser una fase natural de la vida de una mujer a muchas la menopausia les toma por sorpresa ¿Tan omitida está de nuestra vida en general?
[Respuesta] Totalmente. La menopausia sigue siendo una gran desconocida, incluso para muchas mujeres que están a punto de vivirla o que ya la están atravesando. No es casual: durante décadas ha sido un tema silenciado, envuelto en tabúes, asociado a decadencia, vejez o pérdida de feminidad. Como si fuera algo que hay que soportar en silencio y no como una etapa más ¿Natural? Sí, pero que puede venir con cambios físicos y emocionales que merecen atención y acompañamiento .Ni en casa, ni en el colegio, ni en los medios, ni siquiera muchas veces en la consulta médica se habla con claridad de esta fase.
Recuerdo de acompañar a mi madre a “la cita”, esa en la que tratando de buscar respuestas a ciertas problemáticas un médico le dijo: “¿Qué quieres que le haga? Es la menopausia” Falta de vocación, desconocimiento…
Esa escena que describes, lamentablemente, ha sido, y sigue siendo, demasiado común. Muchas mujeres recuerdan ese tipo de respuestas como un momento clave: no solo por lo que les dijeron, sino por cómo las hicieron sentir, solas e incomprendidas: “¿Qué quieres que le haga? Es la menopausia”. Estas frases, más allá de la falta de empatía, revelan una gran ignorancia profesional. Porque sí, se puede hacer mucho. Porque la menopausia no es una enfermedad, pero puede venir acompañada de síntomas que afectan seriamente la calidad de vida: insomnio, sudores, sequedad vaginal, cambios de humor, dolor articular, pérdidas de memoria… No se trata de medicalizarla sino de entender qué está pasando y ofrecer opciones. La buena noticia es que eso está cambiando. Cada vez hay más profesionales comprometidos, más acceso a información rigurosa y más mujeres que no se conforman con ese tipo de respuestas y exigen un trato digno, informado y humano.
Herramientas para la menopausia
¿Qué le sorprendería saber a una mujer que no tiene ni idea de formas de mejorar su calidad de vida, aún estando en menopausia?
Le sorprendería saber que no tiene por qué resignarse a sentirse mal. Que hay mucha vida después de la menopausia, y que existen herramientas eficaces para mejorar su bienestar físico, mental y sexual. Aquí van algunas verdades que suelen sorprender:
-Que no tiene que aguantar los sofocos, el insomnio ni la niebla mental. Existen tratamientos que son seguros y muy eficaces. Y también alternativas no hormonales que pueden ayudar.
-Que la sequedad vaginal, el dolor con las relaciones o la pérdida de deseo no son normales “porque ya tienes una edad”. Hay tratamientos locales, ejercicios de suelo pélvico, láser ginecológico, lubricantes, hidratantes, fisioterapia y, sobre todo, mucha información que puede mejorar su vida íntima.
-Que el ejercicio no solo es bueno para el corazón, sino que mejora los huesos, el estado de ánimo, la salud cerebral y la líbido. Una rutina bien adaptada puede marcar la diferencia.
-Que cuidar la alimentación en esta etapa no es solo “para no engordar”. Tiene impacto en la inflamación, el sueño, la salud ósea y la energía. No s etrata de hacer dieta si no de aprender a nutrirnos.
-Que puede aprender a escuchar su cuerpo de otra manera, darse prioridad y tomar decisiones informadas sobre cómo quiere vivir esta etapa.
Y, sobre todo, le sorprendería descubrir que no está sola. Que lo que le pasa a ella, le pasa a millones de mujeres. Y que hablarlo, buscar ayuda y rodearse de otras mujeres que están transitando lo mismo puede ser profundamente liberador.
Visibilizarla
¿Has comparado en algún momento la menopausia con la andropausia? Tú sola… con compañeros y compañeras de la profesión
Lo hemos comentado muchas veces entre profesionales que hay una doble vara de medir. A la menopausia femenina se la ha invisibilizado, mientras que los síntomas de envejecimiento masculino se atienden con más prontitud, sin ese aura de resignación. Los hombres también pasan por un envejecimiento natural pero nunca es equiparable a la menopausia porque el cambio en los hombres es gradual y a las mujeres nos ocurre bruscamente sin apenas tiempo a adaptarnos
En tu libro ‘Mujeres sin reglas’ dedicas todo un capítulo a hablar de las mujeres trans y la menopausia. Si se habla poco del climaterio en sí, no me quiero imaginar de las personas del colectivo. A grandes rasgos ¿Qué se sabe?
Exactamente. Si ya hablamos poco y mal de la menopausia en mujeres cis, lo que se sabe (y se dice) sobre el climaterio en personas trans es todavía más escaso, más difuso y, a menudo, más atravesado por prejuicios que por ciencia.
Las mujeres trans que realizan una terapia hormonal feminizante (estrógenos + antiandrógenos) no atraviesan una menopausia como tal, pero pueden experimentar síntomas similares si interrumpen la terapia, si se ajustan las dosis o con el paso del tiempo. Las personas trans masculinas o no binarias que conservan ovarios y útero, y que han dejado de menstruar debido a la testosterona, sí tendrán un climaterio, aunque no siempre se detecte a tiempo
La salud ósea, cardiovascular, sexual y mental de estas personas puede verse afectada si no hay un buen control del equilibrio hormonal. Y eso requiere profesionales formados, que conozcan los efectos de las distintas terapias de afirmación de género y sepan acompañar con sensibilidad. También hay que transmitir la información para que esas personas busquen asesoramiento por profesionales formados y no crean que es normal lo que les pasa.
¿Llegaremos a estudiar en los colegios, igual que se habla de la menstruación, de la menopausia?
Hablar de la menopausia en los colegios no es una exageración, es una necesidad. Así cómo se enseña qué es la menstruación, cómo cuidarse y qué esperar en la pubertad, también deberíamos hablar de qué pasa cuando el cuerpo cambia de nuevo, muchos años después. Sobre todo, porque la educación en salud es muy importante para la prevención de enfermedades.