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Sociedad

El incendio en Vegueta pone el foco en la gestión del patrimonio histórico

Juan José Laforet, cronista oficial de Gran Canaria, analiza la situación después del fuego en el casco histórico

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Imagen del edificio incendiado en Vegueta. / Atlántico Hoy

Las Palmas de Gran Canaria vio el pasado martes cómo ardía un inmueble en Vegueta, su corazón histórico y origen de la ciudad. Un hecho que ha puesto el foco en la gestión del patrimonio histórico de la capital grancanaria debido a que la vivienda, una de los más antiguas que se conservan, está bajo titularidad municipal.

Juan José Laforet, cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria, cree que “lo más importante sobre la casa quemada es lo que se haga después” porque “no es lo mismo que decidan construir un edificio moderno de tres plantas a que reconstruyan lo que había”.

Semana Europea de Movilidad

El cronista dirigió este viernes la ruta ‘Redescubriendo a pie la ciudad’ que organiza la Concejalía de Movilidad del consistorio capitalino con motivo de la Semana Europea de Movilidad. El objetivo de la actividad era conocer de la mano de Laforet parte de la historia de la metrópolis recorriendo algunas de las calles principales.

Aunque admite que siempre se pueden cometer errores, el periodista e historiador aseguró que el patrimonio en la ciudad está muy cuidado, a pesar de los últimos acontecimientos. “A veces, los canarios somos muy exigentes y no valoramos lo que se hace”, afirmó el cronista, que también pone en valor la conciencia y la preocupación ciudadana que exige constantemente una mejoría del estado del patrimonio.

Juan José Laforet durante el paseo hablando de patrimonio histórico. / Concejalía de Movilidad

Casa de Apolinario Macías

Una tesis parecida es la que sostiene Celso Almuiña, presidente del Ateneo de Valladolid. “El conjunto de patrimonio histórico que hay en Las Palmas de Gran Canaria es todo un lujo”, sostuvo. Almuiña, parte del grupo que acompañó al experto en este paseo histórico, aclaró que en muy pocas urbes españolas se puede contemplar tanto patrimonio histórico junto y bien conservado.

Acerca de la Casa de Apolinario Macías en Las Canteras, edificio sobre el que el Cabildo de Gran Canaria acaba de enviar el expediente para declararlo Bien de Interés Cultural, Laforet opinó que lo relevante no es el valor de la casa, sino “toda la escenografía que va desde el hospital de San José hasta el edificio de Defensa”.

El cronista explicó que se trata de un conjunto que “es fundamental mantenerlo como testimonio del primer momento de la historia de Las Canteras”, dado que se da el riesgo de que, como ya pasó en la Alameda de Colón, "haya edificios modernos en medio de casas históricas”.

Recorrido por la ciudad

En el paseo dirigido por Laforet se aprendió tanto que la plaza Mayor de Santa Ana fue durante muchos años el centro de la cultura en Gran Canaria como que a Benito Pérez Galdós lo inspiraron las historias de sus abuelos para escribir los 'Episodios Nacionales'.

María, una joven vecina de Carrizal, fue con ganas de aprender y descubrir las curiosidades de las calles a las que siempre les queda algo por desentrañar. “Me encanta ser turista local en la isla”. No hay mejor ejercicio que redescubrir nuestras calles desde distintas perspectivas y ese fue el fin del recorrido realizado.

En la Alameda de Colón, el cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria mencionó que “el Teatro Cairasco fue el primero de la ciudad" y que en él se instaló la primera Sociedad Filarmónica de toda España. Se trata también de un lugar que sirvió “como la red social del siglo XIX en la capital debido a la gran afluencia de gente que había por la zona”.

Al pasar por la calle Obispo Codina se habló del deterioro del Coro de la Catedral y en la calle Muro los asistentes pudieron imaginarse cómo en los años veinte la gente paseaba para llegar hasta un afamado salón de té. Se culminó en la plaza de San Bernardo, donde Laforet destacó el olor a salitre de la ciudad y recordó los tiempos en que los gorriones llenaban de vida los alrededores. Tras dos horas de paseo, el ánimo de los presentes no había decaído y rompieron en un sonoro aplauso.