Juan Arroyo (Aspronte): “La población con síndrome de Down ha bajado un 88% en los últimos 40 años”

La Asociación Familiar Pro Personas con Discapacidad Intelectual de Tenerife reconoció este viernes como socios de honor a Salvador Fernández Morán (a título póstumo), Víctor Gonzalo Duboy, y al Colegio La Salle San Ildefonso

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Foto de familia de los premiados por Aspronte junto al alcalde de Santa Cruz de Tenerife y el el presidente de la asociación, Juan Arroyo./ CEDIDA
Foto de familia de los premiados por Aspronte junto al alcalde de Santa Cruz de Tenerife y el el presidente de la asociación, Juan Arroyo./ CEDIDA

La Asociación Familiar Pro Personas con Discapacidad Intelectual de Tenerife (Aspronte) reconoció este viernes como socios de honor a Salvador Fernández Morán (a título póstumo), Víctor Gonzalo Duboy, y al Colegio La Salle San Ildefonso, por su compromiso y su colaboración con la asociación en la defensa de los derechos y las necesidades de las personas con discapacidad intelectual y de sus familias dedicando su tiempo, sus recursos y su energía para construir un futuro en igualdad para todos, trabajando para romper barreras, luchar contra la discriminación y promover la inclusión a todos los niveles

En ese marco, el presidente de la asociación, Juan Arroyo, quiso atender a Atlántico Hoy para poner en valor estos reconocimientos, recordar la historia de esta institución señera en Canarias y hablar sobre los retos para el futuro.



Pregunta: ¿Qué representan los premiados de este año para la institución?

Respuesta: Lo son todo, por lo que han hecho y lo que han significado. La Asamblea General de Socios aprobó por unanimidad su reconocimiento en 2019 pero por la pandemia y otras circunstancias tuvo que ser demorado y ahora, por fin, hemos tenido la oportunidad de hacer el acto de entrega de premios a estas a tres figuras clave para la entidad

Salvador Fernández Morán, que recibe el nombramiento a título póstumo, fue una persona muy querida y entregada a la ayuda de las personas con discapacidad intelectual desde el nacimiento de su hijo Salva.  Fue uno de los socios fundadores de Aspronte. Conocía de primera mano las necesidades de las personas con discapacidad intelectual y las de sus familias, y acompañado por su mujer Inmaculada, dedicó innumerables horas de esfuerzo para buscar nuevos recursos que dieran respuesta a la problemática de este colectivo en un momento en el que éramos invisibles para la sociedad, estando presente en la creación de los centros ocupacionales, colegio de educación especial, escuela de familias… y otros tantos programas que forman ya parte de nuestra historia.

El programa de acogida y escuela de familias fue de vital importancia, ya que respondía a la pregunta qué hay que hacer cuando tienes un hijo con discapacidad intelectual. También fue artífice de la adquisición del inmueble de Luis Vives donde ahora se encuentras sus nuevas instalaciones, un nuevo centro que ocupa 2500 m², un hermoso edificio al servicio de 105 chicos y chicas

Con su labor a lo largo de toda una vida, demostró que el trabajo en beneficio de los demás es una noble vocación, y marcó el camino a seguir para que, los que hemos venido detrás continuáramos avanzando en este campo tan importante.

Víctor Gonzalo Duboy, profesional y empresario de la comunicación ha sido y es una figura de vital importancia para nuestra asociacion. Tras muchos años de bagaje por diferentes centros y servicios de atención a personas con discapacidad, cuando su hijo Carlos Pablo cumple la mayoría de edad y tiene que abandonar el colegio se le presenta la oportunidad de unirse a Aspronte.

A su llegada la asociación pasaba por una época difícil. Llegar a final de mes era toda una aventura y una figura como la suya era necesaria. Supo poner su visión empresarial al servicio de Aspronte. En el ámbito profesional, puso su empresa de publicidad al servicio de Aspronte en diferentes ocasiones, suponiendo un importante impulso para dar visibilidad a las personas con discapacidad intelectual de cara a la sociedad, y para que el nombre y el buen hacer de nuestra asociación fuera conocido en toda Canarias. Este apoyo fue especialmente importante en la celebración de nuestros aniversarios, tanto los 25 como los 50 años, que supusieron un nuevo impulso en la trayectoria de ASPRONTE y en la renovación de nuestra imagen

El colegio de La Salle San Ildefonso es el tercer premiado. Vecino histórico de la Asociación, desde nuestros inicios, nos ha brindado durante todos estos años un apoyo fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad con las que trabajamos y para promover su inclusión en la sociedad.

Han sido un ejemplo de colaboración y solidaridad, compartiendo con nosotros diferentes actividades, programas y proyectos que han impactado positivamente en la vida de nuestros chicos y chicas.

En el año 2017, ante la necesidad de acometer la demolición de nuestro centro para la construcción de las nuevas instalaciones, debíamos reubicar a 80 chicos y chicas de nuestro centro ocupacional.

Para poder afrontar esta obra, nuevamente pudimos contar con la generosidad del Colegio La Salle, que nos cedió parte de sus instalaciones, a pesar de su gran ocupación, para que pudiéramos continuar con nuestros programas y actividades sin que se produjera un menoscabo en la calidad de la atención a nuestros usuarios.

Con este nombramiento hemos querido destacar la dedicación y el apoyo del Colegio La Salle San Ildefonso a nuestra asociación, reconociendo su labor como un ejemplo sobresaliente de responsabilidad social, formando en valores a su alumnado, y como un verdadero defensor de la inclusión y los derechos de las personas con discapacidad intelectual.

P: ¿Qué retos se plantean para el futuro?

R: Ahora vamos a empezar con lo que llamamos Servicio de promoción de la autonomía personal, orientada a personas con un nivel de dependencia ligera, que tienen necesidad de apoyos puntuales para lograr su inclusión social haciendo uso de los recursos comunitarios y participar plenamente en la sociedad. Yo creo que es un reto muy importante para ellos y vamos a darle ese impulso que necesitan, acompañándolos a través del proceso para que sean capaces de desarrollar un proyecto de vida plena, en el que puedan encontrar un trabajo, vivir de forma independiente, etc.

Ahora se está hablando mucho de la educación de cero a tres años y aquí hay una cosa muy importante. Debe haber una atención temprana a los niños y niñas con discapacidad intelectual y es prioritario incorporarlos cuanto antes a este tipo de tratamientos. ¿Por qué? Porque la plasticidad cerebral se desarrolla hasta los seis años, todo lo que hagamos después tiene muy poco efecto. Esperar para tratamientos de estimulación precoz es un error, porque después todo es más difícil y a veces imposible. Creo que el Gobierno de Canarias debe, a través de Asuntos Sociales y Educación, propiciar una atención temprana mediante conciertos con entidades privadas especializadas, para que la maquinaria se ponga en funcionamiento. Hay que poner los medios necesarios y hacer un esfuerzo mediático, económico y de todo tipo para que esto sea una realidad.

P: ¿Qué supone la estimulación precoz?

R: Para empezar hay que decir que la atención ha de ser intensiva, con muchas horas diarias y un seguimiento constante. No se puede despachar con una hora de atención cada dos días porque eso no tiene efecto ninguno. Con un buen tratamiento de estimulación precoz muchos niños y niñas, desarrollan mejor sus capacidades y al final consiguen aprender a hablar, a leer e incluso a manejar un ordenador. No hay una demostración científica de que esto sirva, pero yo estoy convencido de que es así. Recuerdo ver a niños con la mirada perdida y pasados unos meses de tratamiento ver en ellos caras vívidas y despiertas.

P: ¿A cuántas personas prestan servicio en la actualidad?

R: Tenemos atendidos a 180 personas aproximadamente entre Santa Cruz (en el centro de atención diurna y el Colegio de Educación Especial) y el centro del Valle de La Orotava. Al principio vivíamos de subvenciones aisladas, donativos, benefactores e incluso llegamos a tener un bingo para costear los servicios, pero con el paso del tiempo las instituciones empezaron a concertar servicios con nosotros. Ahora mismo nuestros centros están concertados con las administraciones públicas, lo que garantiza unos ingresos estables, lo cual ayuda mucho porque los gastos son enormes. Tenemos a 58 personas empleadas y los gastos son considerables, pero creo que hemos dado un paso gigantesco, hemos entrado con fuerza en el siglo XXI, siendo los decanos en Canarias de la discapacidad intelectual.

P: ¿Qué retos afrontan para el futuro?

R: Hay algo muy importante que debe ser lo más inmediato. Nuestro mayor reto para el futuro es crear pisos tutelados para que chicos y chicas con discapacidad intelectual puedan vivir de forma independiente, con la supervisión de profesionales que promuevan su autonomía. Hay que conseguir financiación porque la inversión es grande, empezando por un primer piso para 5-6 personas e ir creciendo con el tiempo.

P: Películas como Forrest Gump o Campeones hablan sin trabas de personas con discapacidad intelectual. ¿Cree que se refleja adecuadamente en la sociedad lo que viven estas personas?

R: Lo que plasma Forrest Gump, que es una crítica enorme a la sociedad, es la realidad que viven estos chicos y lo que viven las familias. Mirar a esa persona tan especial que tienes en tu casa. No son menos que nadie, solo son especiales, y esa película, o Campeones, de Javier Fesser, puso eso en valor, lo cual tiene mucho mérito. Son personas con posibilidades de hacer cosas extraordinarias porque tiene otros talentos ocultos que nosotros somos incapaces de ver. Esto es lo que yo llamo la asimetría de la discapacidad, unos son de una manera y otros de otra.

P: ¿Cuál es la situación actual de la población con discapacidad intelectual?

R: La población de niños con síndrome de Down ha bajado un 88% en los últimos 40 años, pero hay otro tipos de discapacidad intelectual que han hecho su aparición como los Síndromes del espectro autista, Síndrome de Williams etc. Por otro lado, hay niños con trastornos de conducta grave, y otros síndromes. Por todo ello el tratamiento de estas personas con discapacidad intelectual, requiere una atención individualizada y muy especializada.

El sacrificio que hacemos los padres de los chicos con discapacidad intelectual es enorme, pero ellos nos dan mucho más y sirven de nexo para toda la familia, nos hace mejores personas. Yo soy mejor de lo que era hace 30 años, estoy seguro. Es duro, pero tras la experiencia, a mí, personalmente, mi hija Mery me aporta más satisfacciones que disgustos.

P: ¿Qué legado le gustaría dejar tras su paso por Aspronte?

R: Me conformaría con que la atención temprana fuese una realidad y que lleguemos a un acuerdo con el cabildo para prestar atención temprana a los niños y niñas de Tenerife, y que Aspronte pueda formar parte de esa red de intervención. Eso colmaría todas mis aspiraciones.