Todo vuelve a empezar para los tres jóvenes acusados de matar o de dejar morir en Las Palmas de Gran Canaria a Sergio Aneiros, hijo del presidente de la Casa de Galicia y voluntario de esta organización benéfica.
La causa, tras la suspensión del juicio acordado este lunes, vuelve al Juzgado de Instrucción número 7 para tramitarse por el sistema del tribunal del jurado. Esto abre la puerta a la acusación particular para solicitar penas más elevadas a los implicados, sobre todo respecto al autor mortal de las patadas.
Nueva acusación
Luis Alejandro M. V. está acusado de lesiones en concurso ideal con homicidio imprudente, robo con fuerza en las cosas y omisión del deber de pedir socorro, delitos por los que la acusación particular reclama cuatro, tres y dos años de prisión, respectivamente.
Sin embargo, al aplicarse la ley del jurado, los tres jóvenes serán enjuiciados por un tribunal popular, y el juez instructor deberá concretar las imputaciones y darle de nuevo traslado a la partes para que formulen sus conclusiones provisionales.
Más pena
En ese nuevo trámite, la acusación particular, que está ejercida por José María Guerra, podrá acusar al autor de las patadas de homicidio, que conlleva penas entre 10 y 15 años de prisión.
Se trata de un delito más difícil de probar que el homicidio imprudente, pues requiere que exista al menos dolo eventual. Esto ocurre cuando no hay una intención directa de matar, pero sí la posibilidad de causar la muerte por la gravedad de la agresión.
Hechos
Aneiros recibió una patada en el abdomen cuyas lesiones internas causaron su muerte, pero estuvo hora y media en el suelo, inconsciente, mientras le grababan con un teléfono y se mofaban de su estado.
En el contenido de ese vídeo se apoyará el letrado de la familia para convencer al jurado de que los jóvenes sabían que Aneiros corría peligro de muerte y no hicieron nada para salvarle. Por eso se les acusa a los tres de omisión del deber de socorro, delito este último que no aprecia la Fiscalía.
Competencia
La omisión del deber de socorro es competencia del jurado popular. De ahí que la causa vuelva a juzgado de instrucción, que deberá anular el auto de procedimiento abreviado e incoar el jurado.
Las defensas no se opusieron a la corrección del error procesal, conscientes de que el juicio será muy técnico y esa circunstancia puede beneficiarles ante un tribunal popular, sobre todo al debatir el dolo eventual o plantear eximentes como la legítima defensa.
Patada en el estómago
Sergio Aneiros, hijo del presidente de la banda de gaitas de la Casa de Galicia en Las Palmas, murió el 24 de febrero de 2022 en La Minillla tras recibir una patada en el estómago que afectó a sus órganos vitales.
Aneiros acompañaba a una amiga que había quedado con los otros dos chicos, con quienes solía mantener relaciones sexuales.
Emboscada
Una vez allí, en la parte baja de un edificio alejado de la calle, se vio envuelto en una especie de emboscada por circunstancias no del todo claras, según las acusaciones.
Aneiros recibió, al menos, dos patadas, una en su costado lateral izquierdo y otra mucho más fuerte que impactó en su abdomen y lo tiró a un foso.
Allí, el joven perdió el conocimiento, permaneciendo así más de hora y media sin recibir ayuda, mientras uno de los acusados lo grababa con su móvil y hacía comentarios, sin alertar a emergencias.
Podría haberse salvado
La agresión ocurrió a las 19:44, pero los agresores abandonaron el lugar una hora después. La amiga del joven no pidió ayuda hasta las 21:23, tras intentar contactar a conocidos y recibir el consejo de una transeúnte de llamar al 112. Para entonces, el joven estaba en parada cardiorrespiratoria y, pese a los esfuerzos de los sanitarios, falleció a las 22:49 en el hospital.
La causa de la muerte fue una hemorragia digestiva y pancreatitis traumática por una patada en el abdomen, que pudo ser tratable si se hubiera actuado en la primera hora.
La Fiscalía no acusa a la amiga
La acusación particular señala a la amiga de Aneiros, Irene LL. R. por omisión del deber de socorro, aunque la Fiscalía no la acusa, considerando que intentó reanimarlo.
Los principales acusados son Luis Alejandro M. V., autor de las patadas, y Aimar G. H., quien grabó y bromeó mientras la víctima agonizaba. Ambos robaron el teléfono y el reloj del joven, objetos hallados luego cerca del lugar.
Irene, exnovia de la víctima, había pedido su ayuda por miedo a Luis Alejandro, con quien salía y quien mostraba comportamientos violentos.