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Loli Palliser fue la primera mujer en el Parlamento de Canarias / DOLORES PALLISER

Loli Palliser: “Hace falta que las mujeres se unan para ir contra la ultraderecha”

Una pionera en el mundo de la política marcado por los hombres, fue la primera mujer en ocupar un escaño en el Parlamento de Canarias y en formar parte del Gobierno autonómico

Una mujer de armas tomar y con las ideas claras, así se podría definir a María Dolores (Loli) Palliser Díaz, quien fue la primera mujer en ocupar un escaño en el Parlamento de Canarias y en formar parte del Gobierno autonómico. Una pionera en el mundo de la política, que, por aquel entonces (1983), solo pertenecía a los hombres. 

Cuatro décadas después, las cosas han cambiado. Sin embargo, hay algo que preocupa mucho a Palliser: el auge de los movimientos de ultraderecha, que pueden suponer el retroceso de todos los logros obtenidos. Para ella es vital la unión de las mujeres, principales afectadas de esta ola, para evitar su asentamiento. 

Referentes

Palliser reconoce que su camino ha estado influenciado por figuras femeninas inspiradoras en su familia – ¡qué importantes son los referentes! –, sobre todo, su abuela, quien trabajó con Balenciaga en Madrid, logró costear la educación de sus cuatro hijos, incluida su madre, que se convirtió en la primera abogada de Canarias tras la Guerra Civil. Para la expolítica y abogada supone todo un orgullo. "Me parezco a mi abuela, que era muy luchadora. Todo eso influye. Me ayudó a ser quien soy". 

De su madre también heredó la fortaleza y la naturalidad para desenvolverse en entornos dominados por hombres. "Mi madre estuvo rodeada de hombres en su trabajo, por lo que cuando llegué al mundo de la política, no se me hizo raro. No sufrí discriminación. Mi carácter tampoco me lo hubiera permitido", afirma.

Primera mujer

Asimismo, el apoyo de Jerónimo Saavedra fue fundamental. Al llegar a la universidad fue cuando Palliser tomó conciencia de la realidad política del país, entonces bajo una dictadura. Decidió así afiliarse al Partido Socialista Popular (PSP) de Tierno Galván, que luego se fusionaría con el PSOE ante la victoria de Felipe González. 

“Ahí empezaron a fijarse en mí. Yo había sido alumna de Jerónimo. Cuando fue nombrado en el gobierno provisional, me dijo <<Loli, tú vas a ser mi consejera de Turismo y Transporte>>. Me asombré. Me enfrenté a ser la primera parlamentaria y la primera consejera sin haber pasado ni por concejal de pueblo. Fue por la puerta grande”, cuenta la abogada. 

Palliser fue elegida Diputada al Parlamento de Canarias en las dos primeras legislaturas en la que fue la única mujer (1983-1987 y 1987-1990).

Grandes batallas

Su paso por el Parlamento y el Gobierno de Canarias no estuvo exento de retos: "No tuve problemas en el Parlamento y el Gobierno, pero sí con varios ministros. Incluso me llevaron a la Comisión de Conflicto en Madrid, pero no pasó nada. Yo defendía las ideas que tenía claras". 

Entre sus grandes batallas, recuerda la creación del aeropuerto de La Gomera y la lucha para establecer la aerolínea Binter. "Cuando tú crees que estás haciendo las cosas bien y presentas estudios viables, hay que luchar. Y a mí no me importaba que fuera el PSOE. Yo defiendo mis propias condiciones personales y profesionales ante cualquier partido", asegura. 

Su carácter fuerte pero conciliador le permitió navegar en la política sin caer en enfrentamientos personales. "Hoy nos peleamos, mañana te quiero", dice sobre su estilo de negociación, destacando la importancia del respeto en democracia.

Si fuera un hombre

Pese a su destacada trayectoria, marcada por su visibilidad en los medios y su constante actividad parlamentaria, Palliser reflexiona que, de haber sido hombre, probablemente ya habría recibido un reconocimiento o premio.

Aún así, es consciente y enfatiza que, en comparación con muchas otras mujeres, ha tenido una trayectoria privilegiada: "Con todo lo que han sufrido las mujeres y siguen sufriendo, mi vida fue un privilegio".

El auge de la ultraderecha

Los avances costaron en llegar a las instituciones, aunque ella ya hubiera ocupado su posición. Durante ocho años fue la única mujer en el Parlamento autonómico, y tuvieron que transcurrir más de una década hasta que otra mujer, María Eugenia Márquez (PP), fuera nombrada consejera autonómica. Para Palliser, la Ley de Igualdad ha sido clave para abrir puertas a muchas mujeres en la política, facilitando su acceso sin necesidad de “darse codazos” para llegar. 

Los logros obtenidos a lo largo de estas décadas son para celebrar; sin embargo, una gran preocupación ronda la mente de la expolítica: el auge de movimientos de ultraderecha que amenazan los derechos conquistados por las mujeres. "Trump ya es escandaloso, pero lo que me preocupa es cómo estos movimientos están creciendo en Europa", advierte. Menciona casos como Milei en Argentina y el avance de partidos de extrema derecha en Austria, Alemania, Italia y España. 

Para ella, la clave para frenar estos retrocesos está en la movilización de las mujeres. "Solo nosotras podemos parar esto con nuestro voto", declara con firmeza. Considera fundamental organizar un movimiento internacional que explique a las mujeres las consecuencias de respaldar a partidos que buscan eliminar la igualdad lograda tras décadas de lucha. "No necesitamos solo el voto femenino; necesitamos que este voto aleje del poder a quienes nos hacen daño", sentencia.

La lucha sigue

La vida de Palliser ha estado marcada por la determinación y el compromiso, defendiendo siempre sus creencias. Una mujer que ha sido pionera en muchos ámbitos de su vida, desde lo laboral en el mundo político hasta incluso en lo personal, al ser de las primeras en acogerse a la Ley del Divorcio de 1982. "No había comprensión con mi primer marido, así que estaba esperando el divorcio. Menos mal que fue ponente la parlamentaria estatal María Dolores Pelayo, también canaria, y lo sacó adelante. Fue un alivio porque no tenía sentido seguir en una relación así", recuerda. 

Ahora la lucha sigue con este panorama que se presenta y su mensaje actual es claro: la historia ha demostrado que la lucha de las mujeres es constante y que el mayor peligro ahora es la amenaza de la ultraderecha. "No podemos permitirnos este retroceso. Necesitamos un compromiso global para detenerlo. Aunque yo no haya sufrido ciertas discriminaciones, siempre estaré en las manifestaciones y donde mis compañeras me necesiten", concluye.