Durante décadas, los conductores han recurrido a pequeños accesorios para equipar sus vehículos: fundas, ambientadores, cargadores o soportes para el móvil. Sin embargo, ninguno de ellos será tan relevante en los próximos meses como el elemento que está a punto de convertirse en imprescindible para cualquier persona que circule por carretera. A partir del 1 de enero, se inicia la transición hacia un sistema de preseñalización de emergencia que sustituirá a los tradicionales triángulos y que será obligatorio en 2026 para todos los vehículos del país.
La baliza V16 conectada, un dispositivo luminoso visible a distancia, se consolidará así como el nuevo estándar de seguridad vial. Tras varios años de avisos y campañas informativas, la Dirección General de Tráfico (DGT) recuerda que la fecha límite no experimentará cambios.
Sin prórrogas previstas
El director de la DGT, Pere Navarro, ha sido claro: "No habrá prórroga". La normativa que establece la obligatoriedad de la V16 conectada en 2026 se anunció hace cinco años y entrará en vigor tal como estaba previsto. Aunque el dispositivo podrá utilizarse desde enero en sustitución de los triángulos, su implantación definitiva se producirá el 1 de enero de 2026.
Navarro ha recomendado no esperar al último momento para adquirir la baliza. Aun así, precisó que las policías de tráfico serán "flexibles" en los primeros compases y dedicarán un periodo inicial a informar sin sancionar. El objetivo, insistió, es que el sistema se adopte de forma progresiva y eficaz, reduciendo el riesgo de atropellos en carretera.
Un complemento, no un sustituto
El director de Tráfico recordó también que el uso de la V16 no elimina la necesidad de activar el propio seguro cuando el vehículo queda inmovilizado en la vía. "Una cosa no sustituye a la otra", resaltó, subrayando que hay que seguir llamando a la asistencia en carretera para retirar el coche o reparar la avería.
Aunque la baliza cuenta con un sistema de conectividad que permite comunicar automáticamente la posición del vehículo detenido, su función es únicamente advertir a otros conductores. El resto de protocolos de seguridad permanece intacto.

Debate sobre su eficacia
En los últimos meses, parte de los conductores ha cuestionado si la introducción de la baliza V16 reducirá realmente la siniestralidad. Navarro recordó que cada año mueren entre 20 y 25 personas en España al bajarse de su vehículo en la vía, muchas de ellas al intentar colocar los triángulos de emergencia.
Si bien reconoció que no todos esos fallecimientos están vinculados a esta maniobra, insistió en que evitar que el conductor camine por la calzada en situaciones de riesgo es un avance en seguridad. La DGT realizará un seguimiento del uso del dispositivo para evaluar su eficacia real. El invento, destacó Navarro, es de origen español, y varios países europeos ya observan su implementación con interés para valorar una posible adopción futura.
Un parque móvil masivo
La entrada en vigor de la V16 afectará a un parque móvil especialmente numeroso en el Archipiélago. Canarias supera los 1,9 millones de vehículos censados, una cifra que incluye turismos, todoterrenos, motocicletas, ciclomotores, vehículos comerciales, guaguas y unidades industriales.
Con más de 821 vehículos por cada mil habitantes, el Archipiélago registra una de las tasas de motorización más altas del país. Esta densidad convierte a la seguridad vial en un asunto prioritario y explica la expectación ante la llegada del nuevo dispositivo.
Un cambio que alcanza a todos
Con casi dos millones de vehículos obligados a incorporar la baliza V16 en los próximos meses, el cambio afectará a toda la ciudadanía. La DGT insiste en que se trata de una medida pensada para proteger vidas en situaciones de emergencia, especialmente en vías rápidas y tramos con baja visibilidad.
La transición será gradual, pero inevitable: el nuevo dispositivo ya forma parte del futuro inmediato de la movilidad en España. Y, para quienes circulan por Canarias, puede convertirse en el regalo más útil para afrontar un escenario vial cada vez más complejo.