La Fundación contra la Hipertensión Pulmonar (FCHP) ha expresado su preocupación por las consecuencias que podría acarrear el reciente cambio en el tratamiento que reciben los pacientes con esta enfermedad rara en Canarias.
Según denuncian, la Consejería de Sanidad no ha respetado la promesa que hizo tras la reunión con la Fundación el año pasado en la que pidieron que no se modificara la medicación para estos pacientes, ya que funcionaba bien.
En cambio, señalan que Sanidad ha elegido un nuevo sistema de suministro, a través de un concurso público, “priorizando el precio” frente a la calidad asistencial. Esto ha dejado a los pacientes sin el soporte especializado que requiere una patología grave y crónica como la hipertensión pulmonar.
Priorizar lo económico
El vicepresidente de la FCHP, Salvador Calderón, ha explicado a Atlántico Hoy que la situación ya ha provocado incidentes en hospitales del Archipiélago. “El lunes ingresó un paciente con hipertensión pulmonar en estado grave en el Hospital Insular y no se le pudo iniciar el tratamiento adecuado, ante la falta de garantías, porque el nuevo proveedor no contaba con un equipo cualificado para administrar la medicación subcutánea”, ha relatado. Esto supuso que el paciente “pasara todo el día en peligro”.
La Fundación recuerda que el cambio se produjo tras una subasta de medicamentos organizada por Sanidad, en la que participaron tres empresas. “El problema es que solo se valoró el coste del medicamento, no la calidad del servicio ni la experiencia en el manejo de una enfermedad tan delicada como la hipertensión pulmonar”, advierte Calderón, que recuerda que se trata de “medicaciones muy complejas”, por lo que requieren de un soporte humano especializado para “no comprometer la vida del paciente”.
“Estos tratamientos se aplican mediante bombas de infusión que los pacientes deben manejar en su domicilio. Si hay un fallo en el dispositivo, no puede esperar horas a ser atendido; su vida depende de ello”, ha explicado Calderón.
Reunión con la consejería
El representante de la FCHP recuerda que hace apenas un año mantuvieron una reunión con la consejera de Sanidad, Esther Monzón, para trasladarle su preocupación ante la posibilidad de que el concurso público terminara adjudicando el suministro a una empresa sin la experiencia necesaria.
“Le dijimos que en otras comunidades autónomas ya habían surgido problemas similares, que no se puede tocar lo que funciona. Pedimos que no se modificara el modelo porque en Canarias los pacientes estaban estables, bien atendidos y con un soporte real. Pero no se nos escuchó. Y ahora ha pasado exactamente lo que temíamos”, afirma con pesar.
Calderón considera “injusto” que se haya priorizado el ahorro frente a la seguridad. “Si algo ha funcionado durante años, si ha demostrado eficacia y ha dado tranquilidad a los pacientes, ¿por qué cambiarlo? No se puede jugar con la vida de las personas por una cuestión de precio”, sentencia.

Un tratamiento que funciona
Según Calderón, el sistema anterior —gestionado por un laboratorio con años de experiencia en el manejo de la enfermedad en el Archipiélago— ofrecía una red integral de apoyo con enfermería especializada, asistencia telefónica 24 horas y psicólogos expertos en hipertensión pulmonar.
“Ese equipo humano es tan importante como la medicación. Nos ayuda a ajustar dosis, resolver incidencias y afrontar el impacto emocional de vivir con una enfermedad que no tiene cura. No se puede sustituir por un call center sin personal formado”, denuncia.
En Canarias, hay actualmente entre 15 y 20 personas bajo tratamiento por hipertensión pulmonar, recuerda la Fundación, que reitera que el cambio de proveedor podría generar desigualdades entre pacientes antiguos y nuevos, al recibir unos un soporte de calidad y otros no.
Reclamación
La FCHP reclama a la Consejería que revise el sistema de adjudicación y establezca concursos mixtos, en los que no solo se valore el precio del medicamento, sino también la experiencia, la calidad del soporte, la formación del personal y la atención al paciente.
La Fundación concluye que seguirá reclamando un cambio en el modelo para evitar que se repitan situaciones como la vivida esta semana. “Ya tenemos la primera queja en apenas unos meses desde que se cambió el tratamiento. No podemos permitir que por una decisión económica se ponga en riesgo todo lo que hemos avanzado en años de trabajo y estabilidad para los pacientes con hipertensión pulmonar”, ha finalizado.

