En Canarias hay un 73,5% más de perros que de menores de 15 años / EFE
En Canarias hay un 73,5% más de perros que de menores de 15 años / EFE

Los perros casi triplican a los menores de 15 años en Canarias

El problema de acceso a la vivienda y los sueldos son los principales frenos para que la juventud canaria opte por tener bebés y se decante por un perro

ariadna

Si una observa a su alrededor a medida que pasea por cualquier ciudad de las islas, lo habitual será ver muchas más correas de perros que carritos con bebés. La natalidad en Canarias no para de disminuir y el censo de los animales de compañía, como perros y gatos, sigue creciendo. 

En el Archipiélago hay censados, por ejemplo, 571.958 perros, según los datos de Zoocan (Registro Canario de Identificación Animal), mientras que solo hay registrados 264.613 menores de 15 años, acorde con las cifras del Instituto Canario de Estadística (ISTAC) en 2022, última información disponible. 

Un 73,5% más de perros

¿Cómo se traducen estos números? Hay 307.345 perros más que niños y niñas menores de 15 años, es decir, un 73,5% más. Por ejemplo, los perros registrados tanto en la provincia de Las Palmas como en la de Santa Cruz de Tenerife — rondan cada una unos 282.000 canes — superan al total de menores de todo el archipiélago. 

Tenerife es la isla que más perros tiene censados, alcanzado los 237.195. Le sigue Gran Canaria con 198.598, Fuerteventura (42.678), Lanzarote (39.810), La Palma (34.285), La Gomera (5.890) y El Hierro (4.042). A estos se suman unos 9.485 que Zoocan califica como No Canario. 

Baja natalidad

Mientras que los amigos peludos de cuatro patas aumentan, en el otro extremo de la balanza, los niños y niñas disminuyen. La cifra de menores de 15 años más alta registrada por el ISTAC en los últimos 20 años corresponde a 2010, cuando había 311.913 infantes y adolescentes. 

El ISTAC también cuenta con datos de los menores de 5 y 1 año. En 2022, había 70.074 niños y niñas con menos de cinco años, un número mucho inferior que los registrados en 2009 cuando alcanzaron los 100.242. En el caso de los bebés, la última cifra refleja 11.415 menores de un año, en comparación con los 17.176 de 2009. 

La natalidad en las Islas ha caído de manera intensa en los últimos años, un 35% menos de nacimientos que a inicios del siglo XXI. Según los datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC), que recogen cifras desde 1999, el Archipiélago ha pasado de registrar 18.790 nacimientos en ese año a contabilizar solo 11.718 en 2024, de acuerdo con los datos más recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Sueldos y vivienda

¿Qué hace que los y las jóvenes opten por adoptar un animal a tener un bebé? En muchas ocasiones no se trata solo de porque no se quiera ser madre, el deseo está, pero el contexto socioeconómico pesa mucho más. 

Así lo expresa Ana Perdomo, una joven de 29 que adoptó junto a su pareja un perro el año pasado: “Si no tengo hijos ahora mismo es porque no creemos que sea lo más sensato pagando el alquiler que pagamos, ya que no sabemos las necesidades que nuestro hijo podría tener y si podríamos cubrirlas. Lo que es una locura porque ambos trabajamos y cobramos más del sueldo mínimo (SMI)”. 

El mismo panorama vislumbra Sara Torres con casi 30 años. Ella y su pareja tienen varios animales, tanto perro, peces y una tortuga, entre otros, pero ningún hijo/a. Aunque la decisión surge en principio de querer “disfrutar un poco más de la vida sin esa responsabilidad”, también les pesa el no tener casa propia, y “hasta que ese proyecto no se cierre, no iríamos a por la crianza”.

Nuevo panorama social

De esta manera, se establece la imagen de ciudades repletas de perros y cada vez con menos niños, no solo como algo visual, sino como el reflejo del cambio de modelo de vida de las nuevas generaciones. Mientras el número de animales de compañía sigue aumentando, tener hijos se ha convertido, para muchos jóvenes canarios, en un proyecto aplazado o directamente descartado ante la precariedad económica, la falta de acceso a la vivienda y la incertidumbre de futuro.