Al grito de “más soluciones, menos agresiones”, “no más golpes, no más miedo” y de “si no hay soluciones que rueden sillones” se manifiestan ante Presidencia del Gobierno de Canarias los profesionales que trabajan en el Centro de Internamiento Educativo para Menores Infractores (CIEMI) Tabares -más conocido como centro de menores de Valle Tabares.
No son nuevas las reivindicaciones de las y los trabajadores de IDEO, empresa responsable de la gestión del CIEMI Tabares. En declaraciones a Atlántico Hoy, Patricia Pérez, trabajadora del centro, ha explicado el sufrimiento que supone ir a trabajar ante la gran inseguridad a la que se someten cada día, llegando a temer, incluso, por la propia vida.
Precariedad e inseguridad
Tras muchos intentos de hallar solución a la precariedad laboral y a los altos niveles de inseguridad a los que se someten las personas que trabajan en estos centros, sufriendo agresiones verbales y físicas casi a diario, no les ha quedado más remedio que llevar la protesta a la calle, solicitando el apoyo del resto de la sociedad.
Pérez, quien también es presidenta del comité de empresa del sindicato USO Canarias, comenta que en la mañana del lunes, 7 de julio, antes de que diese comienzo la movilización, recibieron una comunicación de la Consejería de Bienestar Social del Ejecutivo Autonómico -máxima responsable del funcionamiento de estos centros-, instándolos a solicitar una reunión “como comité de empresa y no como sección sindical de uso”.
Acercamiento
“Esto no es más que puro cachondeo”, responde cuando le pedimos que interprete esa “invitación” por parte de la Consejería, máxime teniendo en cuenta que, según nos han comentado, cuando los trabajadores han pedido reuniones en situaciones anteriores les han indicado que se reúnan con la dirección del centro.
“En cualquier caso, enviaremos el correo solicitando la reunión como comité de empresa”, explica, comentando que no van a dar un paso atrás y continuarán con las movilizaciones y reivindicaciones hasta que pongan en marcha una solución ante los maltratos y agresiones que sufren por parte de los menores y jóvenes internos con medidas judiciales.
Falta de personal
“Problemas ha habido siempre, pero a niveles más bajos”, explica Pérez, argumentando que la agresividad ha aumentado a raíz de la apertura de Tabares 2. “El número de chicos se ha incrementado mientras que ha disminuido el número de trabajadores”.
Por otro lado, critica la trabajadora que la empresa está contratando a trabajadores “sin estar cualificados, gente muy joven y sin experiencia, lo que agudiza la dificultad para imponerse. Algunos tienen casi la misma edad que algunos de los chicos internos”.
Exigencias
Estrés, ansiedad y muchas bajas por problemas de salud mental afectan a la mayoría de los monitores y educadores. “Si no están de baja por agresión lo están por salud mental”, asevera.
Aproximadamente 200 personas trabajan en CIEMI Tabares para atender a 92 internos, la gran mayoría de origen canario. Las y los trabajadores piden que se les reconozca como profesión de riesgo y como agente de autoridad, “Igual que a la policía, médicos y profesores”, subraya
