Rafael Hernández presuntamente reconoce que tenía trabajando a menores migrantes: "Soy un pecador"

Hernández está siendo investigado por un presunto delito de trata de personas por usar a menores para trabajar en sus fincas

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Rafael Hernández, presidente de COAG / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO
Rafael Hernández, presidente de COAG / ATLÁNTICO HOY - MARCOS MORENO

El extrabajador de la Asociación Oportunidades de Vida ha roto su silencio tras denunciar a Rafael Hernández, presidente de la COAG, por presuntamente emplear a menores migrantes de manera ilegal en sus fincas de cultivo. En declaraciones a Televisión Canaria, el extrabajador de la ONG proporciona audios de conversaciones con Hernández y afirma que, tras la inspección de trabajo que constató que 10 menores trabajaban en sus terrenos, el presidente de la COAG ordenó manipular el expediente.

Aunque en uno de esos audios se puede escuchar al propio Rafael Hernández asegurar que es “un pecador” después de que el extrabajador le echara en cara el uso de trabajadores menores en sus fincas, el propio Hernández defiende que pueden estar “manipulados”

“Un pecador”

El denunciante explica que, después de que la Inspección de Trabajo constatara que los menores trabajaban en una finca propiedad del presidente de la COAG, este “dio instrucciones para falsificar el expediente”

"Yo no me los llevaba a mi huerta para lucrarme para coger patatas”, se escucha al extrabajador, “eso lo has hecho tú, no yo”. Es entonces cuando Hernández responde: “Soy un pecador”. El denunciante continúa contando que, tras la denuncia ante la Inspección, Hernández hace que los menores pasen a un programa de empleo que sí existe —”rápido y corriendo”—. “Te han pillado”, se oye en otro de los audios presentados. 

Audios

El testigo afirma que una de las razones que lo llevó a grabar las conversaciones con el que era su jefe fue que, en el relato defendido por Hernández, una de las docentes de los menores —que habría sabido que estos estaban siendo explotados— era su mujer. “Tenía la responsabilidad de acreditar que mi mujer nunca había estado allí”. 

El denunciante, que guarda en todo momento el anonimato, fue despedido el pasado septiembre y en la carta de la ONG se expone que la causa del despido es una “pérdida de confianza del trabajador hacia su jefe”.