Un total de 3.090 personas murieron en 2025 cuando intentaban alcanzar las costas españolas en pateras o cayucos, según el balance hecho público este lunes por el colectivo Caminando Fronteras. De ellas, 1.906 viajaban rumbo a Canarias, en un año que ha registrado un aumento significativo de las tragedias en la ruta argelina hacia Baleares.
Las cifras del año que termina reflejan, no obstante, el descenso de las llegadas por la ruta canaria, considerada la más mortífera.
Un 40% menos
De acuerdo con el Ministerio del Interior, a 15 de diciembre las llegadas irregulares de personas migrantes a España bajaron un 40,4% respecto a 2024. La caída fue aún más acusada en Canarias, donde el descenso alcanzó el 59,9%.
El informe ‘Monitoreo Derecho a la Vida 2025’, cerrado también a 15 de diciembre, detalla que de las 3.090 personas fallecidas, 192 eran mujeres y 437 menores de edad, un dato que vuelve a poner el foco en la especial vulnerabilidad de estos colectivos.
En total, se han detectado 303 tragedias en las distintas rutas. De ellas, 121 se produjeron entre Argelia y Baleares, especialmente hacia Ibiza y Formentera, una ruta que este año ha superado a la atlántica en número de embarcaciones en tránsito.
Ruta más letal
Pese a ello, el gran volumen de cayucos que se dirigen a Canarias convierte a esta vía en la de mayor número de personas y, por tanto, en la más letal, con 1.906 víctimas, frente a las 1.037 de la ruta mediterránea.
Caminando Fronteras ha advertido además de la apertura de una nueva ruta desde Guinea Conakry, más lejana y peligrosa, por la que viajan mujeres y menores de edad, a pesar del descenso general de llegadas y fallecidos.
Llegada a nado
En el Estrecho, el informe constata un aumento de las tentativas de llegada a nado y de las tragedias asociadas, con 139 víctimas, de las cuales el 24% son niños, niñas y adolescentes.
Según Helena Maleno, coordinadora de la investigación, el descenso del número de fallecidos no responde a una mayor protección del derecho a la vida, sino a un “decrecimiento estadístico”, ya que las embarcaciones que se hunden en la ruta argelina son de menor tamaño que los cayucos que viajan hacia Canarias.
El colectivo insiste en que parte de estas muertes se producen por la insuficiente activación de los dispositivos de rescate y por la externalización del control fronterizo a terceros países, dinámicas que, según denuncia, incrementan la vulnerabilidad y la desprotección de las personas durante los trayectos migratorios.