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Sociedad

Seis meses de prisión por hacerse pasar por dentista en Agüimes

Ante la mala praxis ejercida, una paciente requirió de un nuevo tratamiento de rehabilitación en otra clínica dental donde tuvo que abonar 4.400 euros

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Imagen de municipio de Agüimes. / Ayuntamiento de Agüimes

El Juzgado de lo Penal Nº6 de Las Palmas de Gran Canaria ha condenado al dueño de una clínica dental en Agüimes y de profesión protésico, a la pena de seis meses de cárcel por intrusismo profesional al tratar a una paciente como si fuera un odontólogo. Un dentista que trabaja con él, ha sido condenado como cooperador necesario de un delito de intrusismo profesional a la misma pena.

Los hechos juzgados comenzaron el 8 de enero de 2016. Ese día, una paciente acudió a la clínica de la que era propietario el condenado con la intención de realizarse un tratamiento rehabilitador de las piezas ausentes y de las remanentes en la boca. El dueño de la clínica, haciéndose pasar por odontólogo aunque tenía el título de técnico de prótesis dentales, le presentó un presupuesto que incluía el tratamiento de la rehabilitación dental de 6 fundas de cerámica, prótesis esquelética con ataches en sector posterior, extracción de piezas dentales y restos radiculares y reconstrucción de caries por importe de 2.000 euros.

Un dentista colaboró con el protésico

Entre los días 8 de enero y 5 de septiembre de 2016, le realizó una toma de impresión, tallado superior de varios dientes, pruebas de metal superior esquelético con atache y control, entrega del puente superior esquelético con atache, apertura y cierre de endodoncia de un diente y su reconstrucción. El otro condenado, que si tenía el título de dentista, colaboró inicialmente en la ejecución del tratamiento mediante la realización de la preparación dentaria, obturaciones e inicio de endodoncias, y a sabiendas de que su compañero carecía de la condición de odontólogo y de los riesgos que ello suponía, delegó en éste la realización del resto del tratamiento, hasta que finalmente la paciente decidió no seguir en la clínica. 

“Como consecuencia de ello, al realizar los tallados no se respetó la unión gingival y el diente, sin que el diseño de las coronas fuera el correcto, los ataches no estaban activos y existían caries que debieron ser tratadas previamente a la colocación del aparato removible inferior, sin que finalmente se completara el tratamiento contratado, tras abonar la perjudicada 1.410 euros”, explica la sentencia firmada por la jueza Natalia Suárez

No entrarán en prisión si no delinquen más

El resultado fue que las coronas dentarias del puente metal-porcelana de la paciente no guardaban armonía estética ni funcional con la simetría y morfología de la cara, provocando inflamación gingival debido a la invasión del espacio biológico gingival periodontal, una falta de estabilidad de los ataches y rozaduras con demasiado espacio entre la transición de la prótesis fija y la removible.

“Además se apreció un sellado defectuoso entre la prótesis removible de resina y los dientes remanentes, con la existencia de caries y descalcificaciones linguales, siendo el equilibrio entre ambas arcadas incorrecto con contactos anómalos en varias piezas dentarias, lo que precisó ante la mala praxis ejercida un nuevo tratamiento de rehabilitación en otra clínica dental donde la perjudicada tuvo que abonar 4.400 euros”, detalla la sentencia. Los dos condenados no entrarán en la cárcel al llegar a un acuerdo de conformidad con la fiscalía mientras no cometan un delito en los próximos tres años. Además, deberán pagar 5.810 euros a la víctima.

El Colegio Oficial de Dentistas de Las Palmas que se personó en la causa como acusación particular, ha iniciado una campaña para animar a denunciar y poder evitar la lacra del intrusismo en esta profesión. 

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