Imagen generada por la IA del tren de Tenerife / AH
Imagen generada por la IA del tren de Tenerife / AH

"Soy Canarias y me compro un tren, pero no una casa": la dura crítica a los trenes del archipiélago

El vídeo recuerda cómo las redes sociales se han transformado en un espacio de denuncia colectiva, donde lo que empieza como un chiste puede convertirse en un altavoz ciudadano

Irene Cartaya

En las redes sociales, el humor se ha convertido en un espejo de la realidad. Entre risas y exageraciones, muchas veces se esconden las verdades más incómodas, esas que no aparecen en los discursos oficiales pero que laten en la calle. Canarias, un territorio marcado por su insularidad y por eternos debates en torno a la movilidad, acaba de recibir una de esas bofetadas irónicas que, lejos de ser banales, ponen el dedo en la llaga.

El tema no es nuevo, pero pocas veces se había condensado con tanta claridad en apenas unos segundos de sátira. Porque detrás de la risa, lo que se refleja es la preocupación diaria de miles de personas que no logran llegar a fin de mes, ni mucho menos acceder a una vivienda digna.

El vídeo viral

La cómica canaria @albaboek ha sido la autora del vídeo que circula con fuerza en plataformas como Instagram y TikTok. Con su estilo desenfadado, comienza presentándose: “Me llamo Canarias y me voy a comprar un tren”. La frase, aparentemente inocente, da pie a una crítica demoledora hacia los proyectos ferroviarios que desde hace años generan debate en las islas.

En tono de parodia, asegura que no comprará uno, sino dos: uno para Gran Canaria y otro para Tenerife. Y, como si de un escaparate de lujo se tratara, describe con entusiasmo el futuro tren: blanco, con rayas y capaz de alcanzar los 300 km/h por la GC-1. Una exageración humorística que conecta con el imaginario colectivo y evidencia lo desmesurado de las cifras vinculadas al proyecto.

Una crítica social

Más allá de la broma, el vídeo introduce un contraste doloroso. La humorista pone en boca de Canarias una respuesta imaginaria a la pregunta que todos se hacen: “¿Y para vivienda, hay algo?”. La respuesta llega sin titubeos: “Que va, mi niño, no tengo suelto”.

De este modo, se hace evidente la paradoja: se destinan miles de millones de euros a proyectos ferroviarios mientras los jóvenes y familias enteras no consiguen pagar un alquiler o acceder a una hipoteca. En las islas, el problema de la vivienda se ha convertido en uno de los grandes desafíos sociales, con precios al alza y una oferta cada vez más limitada.

@albaboek 🚂🇮🇨 andén 922-928 #canarias #humor #comedia ♬ sonido original - Alba Boek

Resonancia en redes

El vídeo no tardó en acumular miles de visualizaciones y comentarios. Muchos usuarios celebraron el ingenio de la humorista, mientras otros subrayaron la validez de la crítica que esconde. La mezcla de risa y malestar se convirtió en la clave de su viralidad, pues cada espectador encontraba en esas frases cómicas un reflejo de su propia experiencia.

El caso recuerda cómo las redes sociales se han transformado en un espacio de denuncia colectiva, donde lo que empieza como un chiste puede convertirse en un altavoz ciudadano. Y en este caso, el foco está puesto en la pregunta de fondo.

Entre humor y realidad

El éxito del vídeo de Alba radica en la capacidad de unir dos planos que pocas veces se cruzan: el de la sátira y el de la cruda realidad económica de las islas. Con un lenguaje sencillo y cercano, logra traducir la complejidad de un debate político en imágenes que todos entienden.

El resultado es un recordatorio incómodo: mientras algunos sueñan con trenes futuristas atravesando las carreteras insulares, miles de canarios siguen soñando con algo más básico y urgente, un techo propio. Y quizá esa sea la verdadera razón por la que el vídeo ha calado tanto: porque no solo hace reír, también invita a pensar.