Hay quienes vuelven al lugar donde nacieron como quien regresa a casa tras una larga travesía. Y hay quienes, al pisar la orilla de su tierra, sienten que algo dormido despierta de golpe: la memoria, el olor, la pertenencia. Así lo ha expresado siempre una de las actrices más queridas del cine y la televisión española, que no solo compartió su emoción, sino que la convirtió en una declaración de identidad.
No fue un discurso en plató ni una entrevista planificada. Bastó un paseo matutino junto al mar y un breve vídeo en redes sociales para recordar lo que significa llevar el Atlántico en la piel.
Un mensaje muy personal
La actriz Toni Acosta compartió en su perfil personal un vídeo cargado de sentimiento. Con la brisa de Candelaria como escenario y un tono íntimo, la intérprete expresó: “La canariedad es mi estado de ánimo favorito. Lo tengo, suele estar dormido porque no vivo aquí. Pero vuelvo, siempre vuelvo.”
A través de estas palabras, Acosta pone voz a una emoción que muchos canarios reconocen: esa mezcla de nostalgia, arraigo y gratitud que solo se despierta al regresar a casa, al reencontrarse con el mar y los recuerdos de infancia.
Canariedad como identidad
La actriz profundiza en lo que implica ser isleña, más allá del lugar físico. “Un día cualquiera, por la mañana, sola, cuando corro o camino junto al mar, se me despierta.” Y entonces, con la sal en el aire y la luz de enero sobre el agua, los recuerdos se imponen: la niña que fue, la tierra que no se olvida, las palabras pequeñas que arropan.
En su mensaje, Acosta reivindica esa forma de estar en el mundo tan propia del archipiélago: “Soy de la Navidad soleada, soy del calorcito y los diminutivos, soy de agua salada y de mar. Soy canaria, coño. Qué suerte tengo".
El valor de lo cotidiano
Lejos de un discurso grandilocuente, las palabras de Toni Acosta capturan lo esencial: la belleza de lo cotidiano. Un paseo solitario, el olor a salitre, la calidez de un invierno sin abrigo. La canariedad, tal como ella la define, es un estado del alma que emerge en los gestos simples y los paisajes familiares.
Ese "qué suerte tengo" no suena a privilegio, sino a conciencia plena del valor que tiene pertenecer a un lugar donde el tiempo parece fluir de otra manera.
Orgullo sin artificios
El vídeo ha generado una oleada de comentarios positivos y una conexión emocional con quienes comparten ese mismo origen. El mensaje de Toni Acosta no solo evoca nostalgia, sino también orgullo y pertenencia, una manera de recordar que ser canario es mucho más que un dato del DNI.
No importa cuántos años se viva fuera o qué tan lejos se esté: para muchos, regresar al archipiélago es como reencontrarse con uno mismo.
Raíces que no se pierden
En tiempos donde la inmediatez de las redes sociales a menudo resta profundidad a los mensajes, el vídeo de Acosta se alza como un canto sereno a las raíces. Una forma de celebrar la identidad sin necesidad de artificios ni banderas, solo con palabras que salen del corazón.
Porque como bien dice ella, “soy canaria, coño”, y a veces no hace falta añadir nada más.