Loading...
Imagen creada con IA de algunos de los problemas que sufrió Canarias durante el siglo XVIII / AH

De tributos humanos a la erupción de Timanfaya: así fue el siglo más duro en Canarias

El siglo XVIII fue un periodo especialmente sombrío para Canarias con crisis sanitarias, erupciones volcánicas, sequías, plagas e, incluso, tributos humanos a la Corona española

La historia de Canarias está repleta de momentos luminosos, pero también de capítulos oscuros que marcaron generaciones enteras. Entre erupciones volcánicas, epidemias devastadoras y crisis agrícolas, las islas han conocido siglos en los que la adversidad parecía no dar tregua.

El creador de contenido @8canarias_, conocido en TikTok por sus vídeos de divulgación histórica, ha señalado cuáles fueron las etapas más duras que vivieron los canarios. Y, según explica, hay un periodo especialmente sombrío que resume el espíritu de lo que muchos podrían llamar con justicia “las islas desafortunadas”.

Epidemias mortales

El siglo XVIII comenzó con una crisis sanitaria de gran magnitud. En Tenerife, la llegada de la fiebre amarilla procedente de un barco de La Habana provocó decenas de miles de contagios. Entre 6.000 y 9.000 personas murieron en cuestión de meses, una tragedia que dejó cicatrices profundas en la sociedad insular.

Poco después, en 1720, la viruela se cobró más de un centenar de vidas en apenas una semana, mostrando la fragilidad de unas islas que todavía carecían de defensas médicas eficaces.

Erupciones encadenadas

A las epidemias se sumaron las erupciones volcánicas. Entre 1704 y 1705, en Tenerife se abrieron tres bocas: Fasnia, Arafo y Siete Fuentes. Pero la verdadera catástrofe llegó con el volcán Trevejo (1706), cuya lava arrasó el puerto de Garachico, el más importante de la isla en aquel momento. La pérdida de este enclave comercial supuso un golpe económico del que la zona tardó siglos en recuperarse.

La desgracia no terminó ahí. En 1712, el volcán del Charco, en La Palma, volvió a cubrir de lava tierras de cultivo y viviendas. Y entre 1730 y 1736, la erupción de Timanfaya, en Lanzarote, se convirtió en la más duradera de la historia de Canarias: seis años de actividad continua que arrasaron pueblos, cubrieron cosechas y ampliaron el territorio insular a costa del mar.

Revuelta campesina

El descontento social también dejó huella en esas décadas. En 1718, la villa de Agüimes, en Gran Canaria, fue escenario de un motín campesino contra los abusos del Conde de la Vega Grande. Este episodio, conocido como el Motín de Agüimes, simboliza la tensión entre las clases populares y los grandes terratenientes que controlaban las tierras más fértiles.

El levantamiento derivó en procesos judiciales, pero también en redistribuciones de tierras que, con el tiempo, dieron lugar al origen de barrios y pueblos actuales del sur grancanario.

@8canarias_ ¿Es ésta una de las peores épocas de Canarias? Te cuento lo que pasó en los primeros 60 años del siglo XVIII. #8Canarias #Canarias #IslasCanarias #parati #fyp ♬ Epic Music(863502) - Draganov89

Sequías y plagas

Como si no bastaran epidemias, volcanes y motines, el Archipiélago sufrió entre 1740 y 1741 una sequía extrema que dejó campos secos y cosechas arruinadas. De esa situación nacería en El Hierro la tradición de la Bajada de la Virgen de los Reyes, rogativa popular para pedir lluvia y fertilidad a la tierra.

A la escasez de agua se unieron las plagas de langostas, que devastaron miles de hectáreas de cultivo en varias islas, poniendo en jaque la supervivencia de la población.

El tributo de sangre

Otro elemento oscuro de la época fue el tributo de sangre, una orden real de 1678 que seguía vigente en el XVIII. Por cada cien toneladas transportadas en los barcos que salían hacia América, debían embarcarse cinco familias canarias para poblar los territorios ultramarinos.

Este traslado forzoso supuso la emigración de miles de isleños, que se vieron obligados a abandonar sus hogares para cumplir con los designios de la Corona. Una práctica que dejó vacíos demográficos en algunos municipios y marcó la identidad de comunidades canarias en lugares como Venezuela, Cuba o Uruguay.

Décadas de adversidad

La suma de epidemias, erupciones volcánicas, sequías, plagas agrícolas, motines sociales y migraciones forzosas hizo que las primeras décadas del siglo XVIII se recuerden como uno de los periodos más complicados de la historia canaria. Aunque el Archipiélago logró sobreponerse con el paso del tiempo, el recuerdo de aquellos años ha perdurado como símbolo de resistencia y capacidad de adaptación frente a la adversidad.

En palabras del creador @8canarias_, fueron tiempos en los que todo parecía conjurarse contra las islas: “epidemias, volcanes, motines, sequías, plagas y hasta tributos humanos”. Una lista que resume bien por qué la memoria popular todavía los considera como las décadas más duras que ha vivido Canarias.